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Tokyo Shaking

Drama 11 de marzo de 2011. El mayor terremoto que ha experimentado Tokio desencadena el desastre de Fukushima. Alexandra acaba de llegar al país procedente de Francia, para trabajar en un banco, y tiene inesperadamente que afrontar esta crisis nuclear.
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
15 de octubre de 2021
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tokyo shaking es, como poco, una agradable sorpresa. El guion que firman Cyril Brody y Olivier Peyon recoge y muestra el drama individual, familiar y laboral de una mujer francesa, con un alto cargo de dirección en un banco. Hasta aquí no sería ninguna novedad que no hayamos visto mil veces cambiando solo de empresa o ciudad. La sorpresa viene cuando ese drama se desarrolla durante el terremoto, real, de Tokio del 2011 y la posterior explosión de la central nuclear de Fukushima.

A pesar de estos acontecimientos, Peyon mantiene firme el pulso para no desviar la mirada de Alexandra y caer en la tentación de rellenar metraje con las espectaculares imágenes de la catástrofe. Estas solo se muestran en las noticias que aparecen en los televisores para que sirvan, únicamente, como brutal detonante de los acotamientos humanos que afectan a la protagonista.

Alrededor de ella, van pasando sus empleados, su marido por videollamada, sus vecinos, la plantilla del servicio y, como contrapunto y antagonista, el jefe supremo, un gran personaje tan despreciable como bien definido.

La gestión que Alexandra debe llevar a cabo no es fácil y está al vaivén de las noticias, confusas cuando no contradictorias, que van llegando del terremoto y sus consecuencias. Karin Viard realiza una buena interpretación mostrando con sutileza su desconcierto, sus dudas y el temor a tomar unas decisiones que pueden costar vidas, además de su propio trabajo o su familia.

En varias escenas, Peyon incluye diferentes planos de Alexandra caminando o subiendo en un ascensor rodeada, sepultada casi, por mucha gente que va también a sus oficinas. Ella es una más, una insignificante persona en una superpoblada metrópoli. Y sin embargo, de sus decisiones, antes o después del terremoto, dependen muchos presentes y muchos futuros.

El planteamiento de este film, por su singularidad, supongo que tendrá diferentes lecturas. Yo me quedo con la más obvia: Alexandra es la misma al comienzo y al final de la película. Es fiel a sus principios y estos, centrados en su consciencia de que de ella dependen seres humanos (no números ni compatriotas), son los que le guían en el momento de la crisis. Y las decisiones, algunas, para mí, heroicas, son coherentes con su modo de vida en tiempos de “paz”.

Tokyo shaking es, por tanto, un canto a la cotidianeidad y una muestra de que la mejor preparación para un tiempo de crisis es vivir cada momento con honestidad y sincera preocupación por las personas que nos rodean.

www.contraste.info
Revista Contraste
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20 de octubre de 2021
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un tono agridulce

El tono de la película Tokyo Shaking es el que falla en algunas ocasiones. No se acaba de afinar la propuesta que Olivier Peyon quiere llevar a cabo porque los elementos narrativos como la música, no van de la mano con lo que se muestra en pantalla. Da la sensación de que cada departamento ha ido por un lado distinto y no se han sabido coordinar de forma correcta. Es una pena porque el film está contado con singularidades y particularidades que llaman mucho la atención.

No obstante, Tokyo Shaking se disfruta con entusiasmo a la par que estupor frente a la catástrofe en la que se ve envuelta Alexandra, la protagonista. También hay momentos de pausa que sirven para afianzar la fuerte ética y moral que nos muestra Alexandra en sus decisiones. Por otro lado, la fotografía es notable pero queda en un segundo plano y no hay nada característico, novedoso o peculiar que haga que sume a la trama. Simplemente hace su función y sirve cómo vehículo conductor para que la historia avance sin tapujos ni medias cintas. No está mal pero se podría haber arriesgado más.

Por ende, la situación dramática por la que está pasando la protagonista de está historia, tiene que tener mucho más carácter pero en algunas escenas y secuencias la banda sonora adquiere un clima que parece que ella misma, no se tome en serio. Algo que realmente no encaja en Tokyo Shaking.

*Una protagonista muy acertada

Lo positivo de Tokyo Shaking es la propia protagonista y la toma de decisiones que ejerce en la misma. Lo que ella representa es todo lo necesario para ser una “mujer empoderada”, contenta con sus decisiones y siempre con una correcta visión de hacer lo correcto. Sin embargo, en el film nada mas lejos de la realidad, se presenta a una mujer comprometida con su trabajo y sus quehaceres personales. Nada más.

Conforme van pasando los sucesos y se va complicando la cosa en Tokyo, nuestra protagonista evoluciona y adquiere una empatía y cercanía con ciertos de sus empleados realizando diversas y complicadas decisiones en favor de ellos. Alrededor de ella van pasando sus empleados, su marido y sus hijas, los vecinos y la plantilla del servicio de su edificio y el jefe de su empresa. Todos ellos le dan la clave a Alexandra para tomar la decisión correcta en el momento correcto.

En cuanto a los temas que se tocan a lo largo de Tokyo Shaking son tan diversos como ricos en su haber. Temas como la familia, el trabajo y el equilibrio entre estas dos, el sacrificio y/o la empatía con los demás. El film siempre ha estado muy acertado con una fuerte crítica directa al conjunto de Europa occidental y en especial, a Francia.

*La catástrofe

Con la llegada del terremoto de Marzo de 2011 en la costa de Japón, todo se complica y comienza lo que será el núcleo principal de Tokyo Shaking. El 11 de marzo de 2011 por ende, un triple desastre sacudió la costa este de Japón: un gran terremoto de magnitud 9, un posterior tsunami con olas gigantescas y, como consecuencia de ello y por fallos humanos, un accidente nuclear de nivel 7 (el más alto) en la central de Fukushima Daiichi.

En este aspecto, la cinta adquiere un respeto admirable que apuesta por no dar bombo con imágenes espectaculares de la catástrofe. Solo, diegéticamente, y a través de las propias noticias, vemos las duras y caóticas imágenes y acompañamos a la protagonista en esos momentos tan difíciles. El director se contiene y no se desvía con lo que realmente quiere contar.

*Conclusión

Tokyo Shaking es una película que tiene un fuerte sentido de lo que es ser un ciudadano comprometido con las personas que nos rodean.

La mejor manera de prepararse para los tiempos más convulsos es a través de la honestidad y de la sinceridad y esto, sin duda, se muestra perfectamente en Tokyo Shaking.

Escrito por Cristian Urriaga Sepúlveda
Cinemagavia
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