El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo

Entretenimiento gamberrete juvenil que en realidad esconde unos cuantos mensajes de gran calado solapados. Posiblemente no fuese esa la intención de los directores. Tampoco Graham Bell quería inventar el teléfono, investigaba sobre aparatos que facilitasen la escucha a los sordos. Aunque hace unos pocos años reconocieron que un tipo se le adelantó con la patente de dicho aparato.

Como entretenimiento, funciona. Como siempre, habrá quien se despolle y habrá a quien no le haga puta gracia. Esta última opción parece la mayoritaria a juzgar por la nota media de esta página. Sin embargo somos unos cuantos los que nos reímos con gags como el del bolsillo, el baile de "no controles", el botellín a lo bestia, el ICADE, las fotocopias, Javivi alquilador de coches... y sobre todo con la jerga que emplean estos dos canallas, que siembran el film de frases que la convierten en peli de culto. No son esos chascarrillos duros de La Chaqueta Metálica o El Sargento de Hierro. Tampoco son las réplicas absurdas de El Gran Lebowski. Pero a ciertos niveles de complicidad funciona decir de borrachera frases como:

"- ¿A qué hora se pone bien esta terraza?"
"- ¿Quién es más canalla, Rafa de La Unión o Café Quijano?"
"- No es verde aguacates. Es gris. Gris perla."
"- ¿Me pones una copa?"
"- Nuestras niñas, nuestras copas, nuestro ambiente..."

Así como funciona repetir la palabra canalla, reirte con ese "huhuhuhuhu", las caras de Santiago Segura y demás. Súper fuerte.

Mi lectura personal es la de dos personas que han seguido fieles a sus principios y se niegan a aceptar que su momento ya ha pasado y que son objeto de escarnio y mal decir por parte de sus cóetáneos. No importa, la canción de los créditos iniciales esconde la respuesta que debemos encontrar cuando todo se nos pone en nuestra contra y parece que estamos haciendo el imbécil. Una frase sencilla y aparentemente vacía de significado, pero que si lo piensas, a la hora de la verdad te explica mucho más que cientos de manuales de autoayuda:

"¿Y qué más da? Si son cosas de la edad..."

No estoy de acuerdo con las críticas tan airadas que recibe esta película. Quizá sea poruqe todos esperaban una comedia de tintes fascistas, o inundada de mujeres desnudas o con toques de desacertado uso sexual.
Pues bien, está claro de que no es así. Como tampoco creo que sea la intención del director crear una película desternillante.
Personalmente creo que tiene sus puntos buenos de humor; las interpretaciones de los dos personajes principales me parecen muy acertadas (adecuadas a lo que intentan dar a entender); Y si además rascamos un poquito en la superficie de la parafernalia "pija", encontramos algo que estoy seguro, nos ha pasado a muchos: en un momento de tu vida eres "lo mas", de repente cambias de aires y cuando vuelves has dejado de estar en el candelero. En ese momento empiezas a preguntarte que es lo que has hecho realmente en tu vida, los cambios que se han producido y te planteas dos cosas: o seguir la corriente imperante en el momento o mantener tus señas de identidad y ser fiel a uno mismo; reafirmación; esto último es de resaltar en la película pues es el camino que finalmente llevan los protagonistas, quienes, a pesar de aparecer como "niños remilgados", estúpidos y "canallas", terminan siendo los únicos que muestran un verdadero sentimiento de cariño hacia una persona (vease la escena final en el taxi).
Finalmente, la ambientación, desde la banda sonora EXCEPCIONAL, esas canciones de los 80, ni siquiera hacer mención al empapelado y a los posters y carátulas junto a los cassetes y VHS que inundan la habitación de Pocholo y Borjamari, me parece un vulgar ejercicio de cinismo crítico (o de ignorancia que también es posible).
En definitiva, en el cine lo que se ve, es lo menos importante; hay que rascar la superficie.

Mucha gente tilda a esta película de payasada, de bodrio infumable y de paradigma de la situación actual del cine español. Una película zafia, grosera y sin gracia que hace que el mundo del cine se parezca cada vez mas al Atlético de Madrid, muchos medios, mucho dinero y bochorno tras bochorno.

Vivo en Valladolid, estudio en una universidad privada y he salido mucho de fiesta por Madrid y la primera media hora de pelicula no podía parar de reirme de lo bien que trajo segura ese mundillo a la gran pantalla.

Pocholos y Borjamaris hay muchos por ahí sueltos y el ver reflejada la realidad de forma tan convincente hace que esta película haya tenido muchos visionados por mi parte pese a que a partir de la mitad se pierda toda la fuerza con la que arranca.

Sin duda cumple con su objetivo sobradamente, el reflejar un sector de la sociedad y la forma de vivir de muchas personas desde un punto de vista canalla (y nunca mejor dicho) y nada pretencioso y yo cuando la fuí a ver me esperaba algo peor que la primera parte de la película y algo mejor de la ultima, aun asi tiene mi beneplácito por lo comentado anteriormente

He dicho alguna vez y lo repito, que los dos géneros cinematográficos que no necesitan ser buenos o malos, sino resultar coherentes con sus fines son el Terror y la Comedia. El primero tiene que dar miedo y el segunda hacer reír, no hay más. El problema radica en que esas dos cuestiones suelen ir vinculadas con el subconsciente y con experiencias muy personales, y por lo tanto son dos experiencias que se reciben en el individuo de forma totalmente personal, incluso al margen de la formación intelectual o la moral.

Digo todo esto porque pienso que muchas miles de personas no han captado “El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo”. Y es que no es para todos. Me imagino a los chavales jóvenes totalmente perdidos, o a otros más maduritos que ni fueron ni se movieron en esos ambientes. Pero os aseguro que la cosa fue así o peor. Es un homenaje a los que tienen treinta y muchos y disfrutaron de una manera muy concreta su juventud.

El guión es desigual, podemos decir que tiene unos primeros treinta o cuarenta minutos de francamente buenos, aunque reconozco que se va paulatinamente desmoronando hasta llegar a producir cierto desinterés.

Más allá de los dos protagonistas, destaco la actuación de una prometedora Pilar Castro, y las apariciones del “cruel” Willy Toledo. Y la estupenda música, que no falte nunca con temas míticos como "Words Don't Come Easy". Aporto otro:

A Benito sólo le quedaba su Golf GTI turbo inyección,
Pero se jodió el invento, no pasó la revisión,
Tal vez tu puedas pensar que todo esto es un desatino,
Pero Benito Carrizosa está contento,
Porque tiene un disco del pingüino.

Nota: 5,3.

No es que quiera defender esta película, de hecho el título ya dice poco de ella. En cambio, yo que la empecé a ver en el plus con la expectativa de quitarla a los 5 minutos, la acabé viendo completamente e incluso pasándomelo bien. La película es un conglomerado de tonterías, algunas con más gracia que otras, pero el fondo no es tan tonto como parece. La idea de unos personajes que se han quedado anclados en los ochentas no es mala y como lo llevan a la pantalla no es tan horroroso.

Pero si me animo a escribir una crítica sobre esta película no es con el objetivo de analizarla sino de reflexionar con qué ánimos analizan algunas personas ciertos films. La crítica más votada dice en su título "Para gente sin cerebro" y esto resulta ofensivo a la vez que injusto.

Creo que lo que no es inteligente es ver una película titulada "El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo" y protagonizada por Santiago Segura y esperarse una obra de arte. Esta película no esta hecha para ese tipo de "integrista" que piensa que el cine es exclusivo para una supuesta élite intelectual. No entiendo sinceramente que hacen algunos de ellos viéndola ... ¿para ponerse de mal humor y descargarse en Filmaffinity?.

Yo prefiero ver una peli de forma relajada y en su contexto. Si no me gusta, jamás pondré en duda la inteligencia de quien haya disfrutada con ella, para gustos los colores.