Eiken

La frase del título resume a la perfección mis impresiones al conocer el tetamen del personal femenino de "Eiken", cuyo tamaño medio bate récords absolutos y desafía la ley de la gravedad con un desparpajo digno de estudio.

Y es que el atractivo de "Eiken" está precisamente en ese hilarante dato. La apoteósica hinchazón de pezones convierte a este anime en una bizarrada de serie Z, y sirve como reclamo inconfundible para quien, como yo, busca darse un baño de absurdo y cachondeo mental.

Pero, aparte de eso, esta miniserie no da para más. No es más que una inmensa, enfermiza y repetitiva paja animada. Con unos diálogos de película porno (muy propios); situaciones basadas íntegramente en mostrar al prota en la tesitura de desenvainar o no su espada y acabar con tanto sufrimiento; infinitos planos de bragas, de tetas, alusiones sexuales de todo tipo y sin ninguna sutileza; personajes (todos) que sólo sirven para enseñar carnaza; una historia principal plagada de topicazos, previsible hasta matar... En fin, una joya.

Claro que a lo mejor el humor absurdo del que hace gala podría justificar esta sarta de despropósitos.

Pues no.

Porque "Eiken" no hace más que repetir chistes, sin inventiva, a lo largo de toda su trama. La incredulidad de los primeros momentos se convierte en aburrimiento cuando ya llevan unos veinte minutos metiéndote las mismas situaciones. Que si se le parte el sujetador a la chica, que si el chico queda aplastado bajo el peso de sus enormes berzas... todo es lo mismo.

Y eso por no hablar de la temática. En una de las series que podrían compararse en intenciones a ésta, "Dokuro-chan", el humor funciona a base de las alusiones sexuales, el gore, las idas de olla, los diálogos surrealistas, las parodias y referencias culturales, etc.; es decir, hay una cierta compensación en su absurdo, no es todo la misma jodida traca. Aquí sucede exactamente lo contrario. Sexo, sexo, sexo, sexo, sexo, sexo, sexo y más sexo. Y no hay más.

El peor anime que he visto nunca. Sumamente machista, excesivo, casposo y repetitivo. Le doy un 3 porque al menos no se toma en serio, y en algunos momentos su humor bruto funciona.

La verdad es que hay momentos en los que tiene sus golpes (de puro brutos que son) pero es una locura de grandes tetas, miles de chavalas, enormes tetas, una competición absurda, grandiosas tetas, mucho sexo y... ¿He mencionado las tetas? Vaya tela que obsesión tienen estos japos con enormes glandulas mamarias. Una "historia" que muestra una estúpida y surrealista competición en un hiper abarrotado instituto donde se suceden una tras otra escenas de sexo, sin historia, sin sentido, sin desarrollar ningún personaje... además de muy machista (mujeres florero u objetos sexuales por doquier)... buff...