El dios de los caníbales

Hay películas a las que uno no puede exigir corrección formal, guiones trabajados o actuaciones mínimamente aceptables de sus actores. Uno de estos subgéneros es el cine explotation, que salvo pocas y dignas excepciones, siempre ha sido un género que jamás se ha tomado en serio a sí mismo. “La montaña del dios caníbal” es una de esas bazofias fecales cinematográficas, deliciosamente desaliñadas, con interpretaciones horrendas, y únicamente apta para cinéfagos que estén de vuelta, y que hayan visto tantos géneros y tantas películas que sepan apreciar sin prejuicios la desinhibida desidia de algunos de estos productos. Sergio Martino deja a un lado sus proteicos y formidables giallos para sumergirse de cabeza en una absurda y lisérgica aventura selvática, adentrándose en el cine exploation y aprovechando el eco de películas del género Mondo como: Holocausto Caníbal de Rugerro Deodato u Cannibal Ferox de Umberto Lenzi.
Como reclamo, intervienen actores que tuvieron su minuto de gloria en Hollywood, Úrsula Andress y Stacy Keach, la primera luciendo palmito y demostrando lo mala actriz que siempre fue, el segundo mostrando una desgana antológica. Ambos parecen pasar por la peli con el único objetivo de conseguir el peculio correspondiente a sus caches y salir corriendo hacia futuros proyectos de mayor proyección artística y comercial. Martino presenta una menor violencia explicita que la de otros productos similares, sorprendentemente, intercala chapuceramente a lo largo del metraje insertos de animales devorándose unos a otros, que resultan mucho más violentos y desasosegantes que la presencia de la propia tribu caníbal. A Martino le basta con poner de manifiesto el carácter depredador y obsceno de la naturaleza, interesándole menos las andanzas y rituales violentos de los nativos.
A pesar de las limitaciones comentadas, la película se hace entretenida, consiguiendo Martino crear una de esos bodrios entrañables que harán las delicias de los paladares curtidos en productos casposos y heces cinematográficas simpáticas de malas que son. Todos aquellos que se tomen a sí mismos y al cine demasiado en serio, deberán evitar por prescripción facultativa, el visionado de este engendro selvático.

Horror, erotismo y aventuras son los ingredientes básicos que mezclan ésta cinta italiana en que destacan un reparto encabezado por Ursula Andress (Agente 007 contra el Dr. No) y Stacy Keach (American History X). La esposa de un científico que se ha extraviado en unas islas de Nueva Guinea decide ir en su busca sin contar con los peligros que le depara la salvaje naturaleza de unos contornos todavía inexplorados por el hombre; aunque la raza humana hace presencia eso sí, en la apariencia de las antropófagas tribus de la zona que custodian lo que podría ser una mina de oro.

El italiano Sergio Martino, uno de los grandes del “giallo”, director de tan destacables joyas del subgénero como “La Cola del Escorpión” (La Coda dello Scorpione, 1971) y “La Perversa Señora Wardh” (Lo Strano Vizio della Signora Wardh, 1971), se apuntó a la moda de películas caníbales inaugurada por Ruggero Deodato y su “Mundo Caníbal” (Ultimo Mondo Cannibale, 1977), con la malsana intención de añadirle más ficción a los horrendos “mondos” que nos advertían lo desconocidas y peligrosas que aún podían ser algunas regiones de la Tierra. Otros nombres emparentados en el horror italiano tales como Umberto Lenzi (Cannibal Ferox, Comidos Vivos).

Aquí hay más dosis de aventura sin olvidar el recuento real de muertes bestiales entre serpientes, monos cocodrilos, sexo con cerdos y más casquería filmada con la intención de “alargar” un metraje que al fin y al cabo no deja de ser pésimo. Incluso el desnudo de Ursula Andress es gratuito (no es íntegro, contó con una doble y eso se acusa en el montaje en la secuencia del ritual).

La carrera de Martino acabaría destinada a realizar “explotations” de Ciencia Ficción como “2019; tras la Caída de Nueva York” (Dopo la Caduta di New York, 1983) o “Destructor, el Brazo de Acero” (Vendetta dal Futuro, 1986) moldes malísimamente calcados de destacados films norteamericanos que gozaron de buena salud en taquilla.

Ursula Andrees, ex-modelo suiza y eterna chica Bond protagonizó en 1978 este film de explotación caníbal, un súb-genero iniciado en Italia entonces de moda, y que también contó para la ocasión con el norteamericano Stacy Keach, seguramente recordado por muchos como Mike Hammer en la serie Mickey Spillane's Mike Hammer, o Barrabás en la famosa mini serie Jesús de nazareth, de Franco Zefirelli.

También destaca el actor italiano Claudio Cassinelli, fallecido en un accidente de Hélicoptero, precisamnte mientras rodaba de nuevo con Sergio Martino en Arizona, Estados Unidos, como el explorador Manolo, que se les unirá en su aventura por la jungla.


Durante su primera hora el film se desarrolla como una película de aventuras pura y dura, siendo los los cuarenta y siete minutos restantes donde realmente presenciamos el secuestro de la pareja protagonista por los salvajes y los posteriores ritos, que incluyen prácticas de canibalismo, sexo y zoofilia.

El metraje también incluye, como es habitual ene este tipo de largometrajes, muertes reales de animales, algo que el director de la película Sergio Martino, admitió que fue obligado ha hacer por presión de los distribuidores.

También se pueden ver desnudos explícitos, tanto de Ursula Andress, como de las nativas.

La película, pese a su duración de casi dos horas, se hace bastante entretenida, rodada en escenarios auténticos de la jungla, lo cual siempre es un valor añadido para cualquier producción, tiene un ritmo bastante bueno y tanto su una banda sonora decente, obra de los recordados hermanos compositores Guido y Maurizio De Angellis.

Entre lo negativo destacaría su mediocre fotografía, su pésimo montaje de sonido y un nivel de gore y violencia que no alcanza a ser lo suficiente demoledor e impactante.

Con todo es un film muy estimable dentro de su género y que se hace bastante recomendable para los aficionados al género caníbal y al terror italiano.

No sé porqué me empeño en ver este tipo de películas... Nada del otro mundo, casi clónica a las otras 4 ó 5 películas de caníbales que he visto, con escenas gores simplonas, una historia simplona, y eso si, buenos escenarios.

Y claro, como en todas las películas del estilo, media peli son trozos de documentales de animales... (Dios, la escena de la serpiente comiéndose al mono es eterna...).

Aventuras con peligros mortales que sirve como crítica a la codicia de la sociedad civilizada.

Sergio Martino aprovecha otra exploitation para presentar su obra caníbal. Nos deleita con paisajes y recorridos exóticos con la intención de anestesiar con su belleza y atemorizarnos con los peligros ficticios y reales que expone.

Cargada de racismo y maltrato animal, la obra del italiano se nos hace indigesta por razones reales y nos provoca divertimento en su vertiente más artística.

Demasiado metraje para una obra que pide su desenlace antes de la aparición del primer caníbal.

Para el recuerdo quedará la presentación de Claudio Cassinelli con su: "I am Manolo" o la aparición del primer enano caníbal de la historia del cine.