Mordaza atómica

- (Según el propio Eisenhower, ¿sospechoso, habitual?): Era completamente innecesario lanzar las bombas, Japón estaba derrotado, se iba a rendir de un momento a otro (en cuanto entraran los rusos, como mucho, seguramente). Por lo tanto, crueldad infinita y sadismo absoluto.
- Eligieron, a propósito, con la toda mala o peor idea, población civil, no objetivos militares, mujeres, niños y ancianos en su mayoría, unos doscientos quince mil asesinados, más de lo mismo.
- Organizaron un partido de fútbol en el lugar de los hechos, en Nagasaki, con la sangre de los muertos todavía tan reciente (al de unos pocos meses), llamado Copa Atómica, además recochineo, mal gusto, desvergüenza, espanto, oprobio.
- Hicieron un montaje documental hablando solo de las consecuencias científicas, geológicas o botánicas de las bombas, no de las humanas (se ve que poco importantes cobayas), utilizando en algunos trozos para ello música clásica o ligera como acompañamiento de fondo. Escribieron a ese respecto titulares como "Épico film sobre la bomba atómica" sin caérseles los palos del sombrajo ni el alma a cachos.
- Ocultaron las pruebas más fehacientes de su monstruoso delito, crimen sin par de lesa humanidad, ignominioso genocidio, durante décadas de ominoso y miserable silencio, sal en la herida.
American way of life.
Es decir, premeditación, diafanidad y alevosía, todos los pecados capitales y de los otros.
El horror sin parangón. El mal sin límites.
Así se escribe la historia y así se oculta, así se elige lo que la gente ve/sabe o no, las películas que se hacen o no, los temas que interesan o no, los buenos y los malos, los santos inocentes y los diablos, suma y sigue.
Para espectadores como usted, y como aquel.
Hedor repulsivo dicen que había (en Hiroshima tras la bomba), también se huele, aquí y ahora.
Sombras (seres humanos desintegrados, pulverizados, abrasados, calcinados, borrados de la faz de la tierra de un plumazo bombazo, convertidos en nada en de segundos décimas) y efectos (gringos eufemismos para no nombrar, por ejemplo, los supervivientes quemados, mutilados, hechos papilla padeciendo tormentos terribles).
Es un documental admirable; y aterrador, abrumador, abominable lo que nos muestra, y como tal, correcto formalmente, pero canijo, se nos queda demasiado corto (acaba demasiado pronto y de aquella manera; aludiendo o encomendándose, con la esperanza de que semejantes o parecidos atroces hechos no vuelvan a jamás repetirse, a los buenos sentimientos o a la conciencia de entes, instituciones o seres gerifaltes y sus semovientes obedientes ciudadanos que... bueno... eso... ), aunque, por supuesto, es la mar de instructivo.