Un crimen argentino

La historia de esta película basada en un libro del periodista y escritor rosarino Reynaldo Sietecase nunca logra despegar. En parte, esto se debe a que todos los personajes están construidos con trazos gruesos y sin matices.

Por Nicolás Bianchi

Estrenada prácticamente al mismo tiempo que Argentina, 1985, este film, que es el primero de Lucas Combina como director, también se sitúa a principios de los 80. En este caso, se trata de un policial basado en un caso real, como fue la desaparición de un empresario rosarino que en Un crimen argentino se llama Gabriel Samid (el nombre en la realidad fue otro).

Los encargados de investigar el caso, y protagonistas de la película, son Antonio (Nicolás Francella) y Carlos (Matías Mayer), dos empleados judiciales jóvenes que deben lidiar con una desaparición que, al parecer, no fue realizada por los militares. Sin embargo, ambos están presionados constantemente por el oficial Servera (Alberto Ajaka) un represor de pelo engominado y mirada enfurecida que quiere resolver el hecho lo más rápido posible.

El principal sospechoso por el episodio es Márquez (Darío Grandinetti), un abogado ex convicto que fue la última persona vista junto al desaparecido durante una noche de juerga en un cabaret. Al igual que en la película que reivindica el trabajo de los fiscales Strassera y Moreno Ocampo, aquí los héroes son nuevamente dos tipos comunes que se desviven y arriesgan por cumplir con su trabajo, que consiste en llegar a la verdad.

Pero, a diferencia del film que representará a Argentina en los próximos Oscar, la película de Combina nunca cobra vuelo. En primer lugar, esto se debe a que los personajes no están lo suficientemente moldeados como para despertar interés. Por ejemplo, Antonio y Nicolás son más parecidos que diferentes. A su vez, el represor Servera es un violento sin matices, prácticamente un cliché.

En el elenco no faltan actores de renombre como Rita Cortese o Luis Luque, más la novedosa aparición del humorista Luis Rubio como el abogado de la familia del desaparecido. Sin embargo, no hay una sola línea de diálogo que resulte atractiva. De hecho todas las conversaciones lucen demasiado impostadas y calculadas, sin lugar para otra cosa que no sea la información que la película quiere comunicar al espectador. En este sentido, ningún personaje tiene una manera particular de hablar ni trasmite rasgos de personalidad al expresarse.

Otro de los grandes problemas de la película es que, para ser un policial, carece del suspenso y la intriga necesarias en este género. Todo se resuelve con demasiada facilidad, más allá de las dificultades que encuentran los investigadores para lidiar con Servera. A su vez, entre las virtudes del film es posible destacar la recreación de una época, impecable desde lo técnico y visual, pero sobre todo desde lo conceptual: son días en las que todos los que no integran las fuerzas armadas viven presionados, perseguidos y amenazados. Reina la oscuridad, y eso el film lo transmite bien.

Está disponible en HBO Max. Contacto: [email protected]

Una interesante historia sobre una investigación de un desaparecido (que por una vez, no eran los responsables los militares, seguramente porque era un rico empresario, bastante golfo eso sí). Hay dos investigaciones paralelas que se entorpecen entre sí, la de los policías judiciales, que quieren saber la verdad y resolver el caso y la de los militares, que lo que quieren es encontrar un culpable lo más rápido posible y cerrar el caso. Los actores, cada uno en su papel estan bastante bien, desde el irascible pero integro juez,al sibilino y cínico coronel y a la pareja de policías judiciales que intentan resolver el caso de la mejor manera posible, aguantando la presión de los militares. La intriga se mantiene muy bien a lo largo del film y Darío Grandinetti, genial como siempre, que carisma y autenticidad desprende este hombre. basada en un hecho real por cierto

Este es el típico caso de un film que atrapa con el envoltorio, pero no tiene mucho contenido interesante. El envoltorio es la sinopsis, el poster, la idea de que va, el elenco…todo eso parece genial, parece una película que va a ser interesante…lamentablemente el contenido no está a la altura del envoltorio.

Ojo, no es una mala película, por eso no le puse menos de 5. Tampoco es bueno, por eso no le puse más de 5. Es como una de esas películas “meh”, esas películas que, si no las ves no te perdés de nada, y si las ves quizás sentís que perdiste 2 horas de tu vida. Uno de los principales problemas es la lentitud y la longitud. Tiene algunas situaciones demasiado lentas, nada parece avanzar con buen ritmo. Ni siquiera es que la película arranca bien arriba y cae. Se mantiene todo el tiempo en una meseta de la cual hace esfuerzos, en vano, para salir y no logra hacerlo.

Partamos de la base que es una película enmarcada en el género policial, pero no tiene suspenso o situaciones que atrapen al espectador, que te den ganas de ver más, de querer seguir viendo, que te intrigue a sentarte bien recto en el sillón y prestarle atención. Si bien es cierto que la vi medio tarde y pegaba algunos cabezazos, creo que si el film me hubiese atrapado lo suficiente no se me cerrarían los ojitos.

La historia es madia confusa por momentos, está situada en la época más nefasta de mí querido país, la dictadura militar, hay una puja entre los militares y los fiscales que quieren investigar esta desaparición, para ver quién descubre la verdad primero y también ver a quién le conviene más que este comerciante aparezca vivo o no aparezca directamente. El guion hace aguas en varios momentos, como dije antes, la lentitud de algunas situaciones hace que no sea tan interesante. También que sea tan larga es un montón.

Algo que para mí rescata al film son las actuaciones. Tenerlo a Nico Francella también te garantiza un buen público femenino. A Matías Mayer lo vi bastante este año, primero en “Iosi, el espía arrepentido” luego en “Barrabrava”, cada vez que lo vi me convenció de que es un gran actor, con gran futuro. Tenerlo a Luis Luque y a Daría Grandinetti es garantía de que van a hacer bien su papel, y así fue son dos piezas importantes de este film con dos buenas actuaciones. Otro que quiero destacar es Alberto Ajaka, un actor que sin saber lo vi en varias producciones, pero quizás no se destacaba, en esta se destacó bastante bien y lo estoy viendo en una serie llamada “El Lobista” dónde también me está gustando. Tiene un buen elenco secundario que se complementa con todos.

Creo que es un film que promete mucho, pero se queda en el camino. Una de las cosas que hable con mi compañera de vista de este film, fue que podría haber sido peor y también podría haber sido mejor, cómo dije al principio nos vendieron algo que no era, cómo la frase esa que dice “me vendieron gato por liebre”, me quedé con ganas de algo más profundo e interesante. Además de que me quedaron un millón de dudas.

Mi recomendación: Pasable película argentina, le falta un poco de sal para que sea más interesante.

Mi puntuación: 5/10

Estamos en Argentina, a finales de 1980. En la ciudad de Rosario, la familia de un empresario denuncia su desaparición. Un crimen argentino parte de una idea muy interesante: abordar la terrible temática de los desaparecidos de la dictadura a través de un caso sin connotaciones políticas, un tratamiento indirecto abierto a la metáfora pero muy efectivo a la hora de reflejar la sensación de amenaza (esas constantes injerencias de los militares en las pesquisas) que sufría la sociedad argentina de la época

A pesar de contar con un buen guion y buenas actuaciones, es lamentable que cuando los porteños vienen a filmar a Rosario caigan en manos canallas. Este es otro triste ejemplo, como lo fue la película Rosarigasinos, de cómo los fanáticos del equipo de criquet atacan a los del equipo de fútbol de Newell´s. Ponen a un policía vestido de leproso, una casa de fotografía tiene un afiche canalla, y en la radio se escucha un clásico donde juega Poy (concejal de la ciudad) y el Central Argentine Railway Club gana 3 a 0. Poco después, en otro partido de criquet ganan 5 a 1 y salen a festejar, y una de las investigadoras es canalla. Todo dicho. Una vergüenza. Es triste que los porteños se dejen engañar así y esta película sea repudiada por su parcialidad. Esto no le hace bien al cine nacional. Una película para el olvido.