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Taekwondo

Drama Fernando está de vacaciones con sus amigos en una quinta en Ezeiza. Descansan en la pileta, toman alcohol, fuman, y sacan a la luz sus intimidades más profundas mientras exhiben una libertad lúdica, como si fueran niños en una colonia de vacaciones. (FILMAFFINITY)
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
28 de enero de 2017
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película trata acerca de un muchacho (Gabriel Epstein) que es invitado a la casa de un compañero (Lucas Papa) de sus clases de Taekwondo (esa nimiedad es la que da el titulo al film). El anfitrión tiene como invitados a un grupo de amigos (exclusivamente del genero masculino) que se han juntado a disfrutar de unos días de jolgorio y relax. El protagonista (invitado) es homosexual y tiene la duda, a causa de ciertas actitudes, acerca de si su amigo anfitrión también lo es. A lo que aparentaría ser un flirteo le sigue la total indiferencia lo cual genera dudas, titubeos y vacilaciones en el huésped.
La película sigue los patrones del cine de Berger, con un ritmo sincopado, no apto para los que no están dispuesto a moverse un ápice de los cánones del cine pochoclero de Hollywood.
Lo que le criticaría es el hecho de que aun siendo argentino por ahí me costó entender algunos diálogos. Los actores deberían trabajar un poco mas el tema de la dicción y mejorarse los aspectos técnicos para que los parlamentos sean mas diáfanos. Asimismo Berger debería evitar caer en excesivo vocabulario vernáculo, máxime cuando el mismo ha pasado a tener trascendencia allende nuestras fronteras, de lo que se infiere que para los espectadores foráneos el esfuerzo será aun mayor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
argentina26
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18 de marzo de 2018
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que tropecé casualmente con la película HAWAÏ de Marco Berger, me di cuenta que nos encontrábamos ante un talento del cine.
El cine destinado a un público gay, generalmente ofrece trabajos poco imaginativos, aplastados por rolles y obviedades con las que, personalmente no me identifico. Resulta tan sencillo fabricar un producto para homosexuales, que con solo trasladar la pantomima alrededor de las locas, llenando una pantalla de mariquitas malas, gritonas y en celo continuado: ya tenemos historia.

El director argentino, Marco Berger, supo crear un mundo de miradas, de gestos, de presencias ausentes. A nadie debe extrañarle que en el momento actual, y globalmente tolerante; todavía exista marginación, tabús, miedos; así como ciertas dudas a reconocer lo que somos y nuestra condición sexual. Y eso mismo ofrece el director argentino, atravesado por su exquisita sensibilidad; donde los silencios resultan más persuasivos que cualquier diálogo.
Cuando me enfrenté a TAEKOWNDO, estaba convencido, que tropezaría con los mismos encantos que en PLAN B, AUSENTE, o la obra maestra HAWAÏ. Y efectivamente, la elocuencia de las escenas que nos muestra; donde cada una de ellas tiene su propio significado, confirma una lectura visual oculta que el espectador ha de descubrir.
Una nueva forma y manera de hacer cine, actual, diferente, mágica; como la de otros grandes cineastas, que desde su posición, nos entregaron sus obras maestras que permanecen y se recuerdan, tras décadas de haber sido creadas.

<Propongo a quienes gestionan esta página, que cada uno de los votos a las críticas deba argumentarse brevemente. Porque según informan por estos lugares; aunque la película no coincida con tus gustos, no es razón suficiente para darle al dedito para abajo. El criterio que debe seguirse, es el que yo, humildemente empleo, siguiendo las directrices por aquí marcadas.>

PROPUESTAS: MUY LARGA, PEDANTE, CORRECTA, BIEN ARGUMENTADA, NO COINCIDO CON SU CRITERIO, BUENA.
ANHELL
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23 de junio de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Taekwondo” (2016) de Marco Berger & Martín Farina con Gabriel Epstein, Lucas Papa, Nicolás Barsoff, Francisco Bertín, Andrés Gavaldá, Darío Miño, Juan Manuel Martino, Gaston Re, Arturo Frutos, entre otros.
Drama argentino de temática gay, que sigue a 2 jóvenes que se hicieron amigos durante sus clases de Taekwondo, por lo que uno invita al otro a pasar unas pequeñas vacaciones en su casa de campo junto a sus otros amigos.
Allá, mientras disfrutan de diversas actividades lúdicas, todos se relajan, mientras las miradas van y vienen entre los 2 amigos.
Esta película ratifica y consolida las carreras de los 2 prolíficos directores, cada vez más maduros, dueños de estilos propios; y confieso que realmente me gusta el estilo de Berger, que filma todo a un ritmo lento en escenas para “voyeurs” en la vida de chicos muy guapos en sus actividades cotidianas, donde generalmente visten solo pantalones cortos y ocasionalmente nada, esto último es el estilo de Farina, donde el primer plano del cuerpo llena la pantalla.
Y si bien la película no cuenta con una trama en sentido estricto, es encomiable la forma en que recrea un universo masculino heterosexual, en el que hay un infiltrado gay que, al no saber el resto del grupo de su condición, aunque hay uno que sospecha, hace de privilegiado testigo de todas las confesiones, miedos y fantasías, así como recrea su vista con los hermosos cuerpos que campean a su alrededor, inadvertidos de ser objeto de deseo; y por ello, la película destila homoerotismo a raudales; belleza masculina pura, donde la cámara encuadra torsos, piernas, pecho, muslos, penes… pues trata sobre el arte de capturarlo todo en su mejor tono; de ahí que el desarrollo es lento, para absorber esa belleza sin llegar al porno; aunado a momentos de silencio que se compaginan a través de las miradas, dando la oportunidad de absorber lo que la cámara ha capturado.
Y como película que toca el tema de las relaciones masculinas, es refrescante cómo aborda el tema desde una postura no estereotipada; pues se trata de descubrir y sentirse cómodos el uno con el otro, a partir de un diálogo mínimo; de estar presente.
Eso es por lo que aplaudo a Marco y Martín; pues no se trata de completar la conversación, sino de darle a la audiencia la oportunidad de crecer con los personajes, al apreciarlos, al conocerlos; pues ellos están quizás más idealizados de lo que muchos están acostumbrados a ver, ya que este es un mundo donde la ropa es “opcional”, los amigos no discriminan con respecto a la sexualidad, y los conflictos superficiales se resuelven rápida y fácilmente.
Este subtexto ficticio, proporciona un contrapunto conmovedor a la realidad, al tiempo que resalta todo lo que es genial en la interacción humana.
Como dato, el título es un “macguffin”, a nadie se le ve practicar taekwondo, ese solo ha sido un medio para llevar al objeto de deseo a un ambiente privado.
Una vez más, Berger demuestra que el erotismo es mucho mejor que sexo; aunque todavía es una noción animal de atracción humana combinada en contacto y vínculo; se aferra a su narrativa, a menudo pensando en “lo harán o no”, siendo reducida a una angustia adolescente, al juego erótico y a las ganas saciadas solo estando 100% seguro.
Este es un tema recurrente en casi todas las películas de Berger, y en una de las películas de su codirector, que parecen estar obsesionado o fascinado con hombres latinos heterosexuales y de constitución promedio, lo que se agradece, pues muchos no son bellos sino atractivos, que son 2 conceptos diferentes y aquí se aprecian ambos.
Y a pesar de lo atractivo que es cada uno de ellos, todos caen en otras categorías también, ligeramente extravagantes o sexys, o simplemente atractivos, y nada de pluma.
No obstante, el filme abusa del primer plano del cuerpo; y agrega 3 visitas de mujeres:
La vecina, la sirvienta y la novia con la amiga, que bien pudieron ser cortadas, pero evidentemente se usaron para demostrar la heterosexualidad de la mayoría.
Todos los actores son convincentes en su entrega, en las conversaciones en su mayoría intrascendentes, ocasionalmente ofensivas y sexualizadas; pero sobre todo se agradece la entrega por hacerlo real, natural y erótico, demostrando que están seguros y contentos con la escasez de sus armarios, y la agradable desnudez casual; y por ello el filme no entra en lo soez, pues agrega el sentido del humor, la fluidez y el buen rollo, por eso y más hay una notable dirección de actores, donde bien podemos acordarnos de quien es quien, aunque sea por el estereotipo, sin dejar a nadie por fuera, aunque es una lástima que el asunto del amigo que presiente la homosexualidad, Leo, no se resuelva satisfactoriamente.

SIGO EN LA ZONA DE SPOILERS POR FALTA DE ESPACIO
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro Zamora Cubillo
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25 de junio de 2017
16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine de Berger los personajes viven en una especie de limbo, donde todo es perfecto, el paisaje, quizás la más realista en ese aspecto de sus películas sea Plan B antes que terminara de forjar ese estilo preciosista, de verano, césped de un verde perfecto, casas quintas ocres, y hombres muy bellos y jóvenes, ninguno pasa los 30 años. Visualmente es como un comercial, tranquilamente podría ser la publicidad de un spa resort gay, sobre todo esta película, donde se regodea en algo que le encanta al director: la genitalidad masculina, en esta ocasión en vez de 2, tiene 10 amigos, que con la excusa de un fin de semana juntos, aprovecha para desnudarlos a más no poder.
Que este cine que el director construye tan mediocre, tan falsamente poético y tan obviamente descarado pero no en el sentido provocador, sino en lo evidente que son sus intensiones onanistas.
No hay nada más, a Berger no le interesan los conflictos, ni siquiera de pareja, ya que en sus películas no hay parejas, estas se están por formar, bueno, ni siquiera noviazgos, nada, solo amistades que pueden transformarse o no en algo más, punto, eso es todo, esos tipos que se sienten atraídos llegan a tener sexo, aunque durante la película ni siquiera llegan a tener sexo. Creo que el director tiene una gran incapacidad para construir relaciones que trasciendan la amistad o la atracción, y por eso se queda en su zona de confort y vuelve sobre lo mismo una y otra vez, también le cuesta ver más allá de sus fantasías sexuales, ya que lo que no son hombres hermosos con cuerpos trabajados, en su cine molesta, son pura distracción, las mujeres son poco más que moscas, tampoco hay gordos, viejos, niños, nada, únicamente hombres con carita y cuerpazo.
Y lo peor es la crítica que en su afán de inclusión termina haciendo una discriminación positiva tan obscena que solo genera irritación, al director lo alaban y le ven e inventan méritos que no tiene, nada más que por ser gay, y hacer cine que trata casi exclusivamente sobre gays. Si fuera un director que hace iguales películas, pero en vez de (mal) explotar la tensión sexual de homosexuales, lo hiciera de heterosexuales, todos dirían que su cine es vacío, básico, onanista, mediocre, monótono, no participaría en ningún festival, ni nadie escribiría ni 1 párrafo sobre él más que para criticarlo, pero como Berger es homosexual y hace cine queer, se ganó el cielo de la condescendencia progre.
Y lo digo siendo homosexual, pero que a un director se lo sobrevalore de esa manera por su orientación, es patético.
Tal vez las "ovejas negras" que no vemos en este director, el poeta, genio, observador, analista de los homosexuales, que los demás sí, nos tenemos que refugiar en los comentarios web, y quedar en muchos casos como trolls, cuando nada más lejos de la realidad, solo expresar lo que los demás no quieren ver.
Manuel
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30 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos frente a otra película de temática homosexual, que como ya es costumbre de este afamado director nos cuenta una historia de amor y romance con un ritmo lento pero necesario, que contiene pocos diálogos…pero que la magia surge de las miradas, los gestos y las acciones de los personajes. En esta ocasión nos presenta a 9 protagonistas varones distintos entre sí a simple vista pero tan iguales en el fondo; la fotografía que presenta este filme es simplemente maravillosa pues retrata con una belleza artística el atractivo físico de todos y cada uno de los actores; en conclusión la cinta es una delicia visual.
Jesús
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