Como una esposa

¿Quién no ha soñado en un mundo futurista tener una bella modelo robot que cumpla con todas las fantasías de un hombre en la alcoba y de paso sea dócil, cariñosa y apasionada en el amor carnal? Así inicia ésta película y ya más luego su deriva es total.

Jonathan Rhys Meyers nos confirma lo que ya sabíamos: que es un pésimo primer actor. Cuando mucho, de reparto. Mientras que Elena Kampouris, una beldad pálida como la nieve e insípida, le va mejor en otros menesteres que en esto de la actuación. O ambos son de verdad muy malos actores o el guión les termina de hundir. Decimos guión porqué ésta es una película sin historia o con una historia mal contada sobre una argumentación absurda o hasta tonta sólo para estúpidos e imbéciles.

Cuando el cine es mediocre hasta los tuétanos hay que parar.

Un film cuya premisa empieza muy bien pero va decayendo y parece que los guionistas no sabían como acabarla.
Las interpretaciones no dan más de si ya que el guion no se lo permite pero últimamente Rhys Meyers anda algo perdido
Le pondré un regular(4) por qué sale Meyers.
Besitos y saludos.