Tentaciones (Serie de TV)

Una de las tantas comedias recordadas de la televisión colombiana es con Tentaciones en la que una familia como lo son Rodríguez Iriarte cuyos protagonistas fueron la diligente pediatra de clase alta Camila Iriarte; el perezoso y “el cafre” beisbolista de clase media Rafael Rodríguez; la hija comprensible y que lidia los problemas de sus padres Pilarica; y las suegras odiosas, fastidiosas y clasistas que le hacer la vida añicos a Rafael: Clemencia Holguín y la tía solterona Piedad Holguín; y la sobreprotectora madre de Rafael doña Charito cuyo nombre de pila es Rosario Pataquiva de Rodríguez. Con estos miembros de la familia que deben soportarse el uno al otro un ángel feo, bobalicón, llorón, necio, perseverante y optimista llamado Serafín tiene la misión de proteger la familia como sea; y es devoto del divino niño y de la divina señora colgado en el corredor de la casa.

En la otra cara de la moneda; hubo tres diablas sexis, despampanantes, cínicas, nefastas y maquiavélicas que intentaban separar a la familia en las que se destacaron Luz Bella, Salomé y Luz Buenona que por medio de una apuesta en la que Serafín y cualquiera de las tres diablas mencionadas incluyendo un insulto por parte de ellas tildándolo de sapo, batracio o renacuajo con alas. Si Serafín perdía, se marchaba con alguna de ellas al infierno, de lo contrario, el que ultimo ríe…

Historias alocadas y alguna de ellas entre realistas y fantasiosas es la que tiene que lidiar la familia Rodríguez incluyendo un vecino atenido de la familia Frigo que es el amigo y cómplice de Rafael, que tenía atracciones amorosas por Camila y la tía Piedad pero no con Pilarica ya que la veía como una amiga más; y la empleada del servicio bastante creyente, y a la vez, supersticiosa Minerva que es la mediadora de los problemas de la familia Rodríguez Iriarte.

Tanto el ángel Serafín como las diablas cogían a cada miembro de la familia de acuerdo con sus virtudes y defectos y es donde, por un lado, Serafín aconseja a alguno de ellos y a veces se arriesga a hacer algo indebido con el fin de que no haya resquebrajamiento familiar; por otro lado, cualquiera de las diablas los manipulaba a su antojo y creaban cizañas y artimañas para terminar el matrimonio. Para afianzar uno de los dos, o ambos, personificaban personajes ilustres o radiantes para ganarle confianza y sacarle provecho de las situaciones logrando su objetivo.

No hay que olvidar que hubo rotación de actores que unos supieron llevar el papel y otros no: Karl Troller reemplazado por Juan Carlos Arango (Rafael Rodríguez); Tania Falquéz reemplazada por Margarita Durán y posteriormente por Maria Paulina de Zubiria (Camila Iriarte), y las diablas que supieron dar picante a cada historia como lo son Nórida Rodríguez (Salomé) y Rosemary Bohorquez (Luz Buenona), excepto Isabella Santodomingo (Luz Bella) que le fue aceptable. La mayoría de las historias eran bastantes impredecibles y el final como lo quiere Serafín no todo puede pintar color de rosa ya que en algunos capítulos cualquiera de las diablas las puede alterar y es preferible un mal arreglo que un buen pleito. Hay que entender que esto es una comedia y en toda comedia los finales felices no están garantizados. Pero de todas maneras, la mayoría de capítulos Serafín se sale con la suya.

Por lo tanto, esta si fue una comedia graciosa para pasarla un buen rato y reírse a carcajadas con una sola propuesta: la familia estando a la merced del ángel o de la diabla para caer o no en las tentaciones que se le presentan. Hay que tener cuidado con lo que se piensa, dice y actúa ya que le puede generar consecuencias a corto, mediano o largo plazo en sus vidas.

No obstante, se hizo un remake llamándola divinas tentaciones y menos mal no pegó por que a quién carajos se hace un reencauche con los chistes recalentados y con actores que no dieron la talla como lo son Ines Oviedo, Mauricio Vélez, Santiago Rodríguez, Martha Lucía Restrepo, etc. Mejor dicho, y lo itero: lo original gusta; lo sofisticado o camuflado haciéndose pasar de original jamás.