El trío

Algunas películas de temática gay se exhiben en los circuitos comerciales con gran éxito, pero la mayoría son de serie B, underground o simplemente amateurs que solo ven cuatro amigos. Esta tiene una factura del segundo grupo, con un guión, dirección e interpretación para que hubiera sido del primer grupo, película de éxito. ¿Qué es lo que hace que estas películas no consigan llegar a más espectadores? Yo no lo se con certeza, aunque pienso que la distribución cinematográfica está tan dominada por los norteamericanos, que una película europea como esta y en el tiempo de su producción, tuvo que tener muchas trabas para llegar a las pantallas de todo el mundo. No estoy hablando de una obra maestra, ni siquiera diría que es muy buena, pero es una de esas historias “dulces” contada con gran maestría para que el espectador se sienta a gusto mientras la ve. No hay crítica social, no hay reivindicación, no hay política, solo hay una historia, y el cine existe cuando hay una historia que contar. A que se haga tan agradable de ver contribuyen en gran medida los actores, cada uno interpreta un personaje que en principio no podría cuajar con los otros, pero el director los dosifica y consigue una credibilidad de un cuento sin moraleja. La iluminación, en especial en los espacios cerrados, dentro de la caravana donde conviven, es tenue a pesar del caos reinante y con una tonalidad amarillo naranja que resalta el intimismo, la intimidad de cada uno de ellos.