Asalto al banco de Montreal

Hola, si la miro como la ví la primera vez seguro que le doy al menos 2 estrellas más, pero ni yo soy el que fuí en 1985 ni el mundo lo es ahora. En ritmo quedó un poco lenta y el argumento repetido y mejorado por muchas películas de "robos perfectos" que se inspiraron en esta cinta nos hace verla con otros ojos por lo que perdió mucha de su magia.
Una Kim Catrall cuando pintaba para estrella, antes de desaparecer de vista por un par de décadas y retornar de la mano de la cara de caballo de Sarah Jessica en "Sex & The City" acompañando a el genial Belmondo bastaban para meternos al cine. Una dirección que no descuida nada y actores secundarios que no desentonan. ¿Algo vieja ya para estos tiempos? Puede ser, pero si tienes un par de horas te recomiendo pasarlas viendo esto antes que un reality que muestren a gente "Atrapada por la cámara" o que simulan estar comprando antigüedades. Espero les sirva esta crítica, un abrazo.

Comedia a mayor gloria de Jean-Paul Belmondo, ejerciendo aquí de ladrón de bancos disfrazado de payaso, y cuya secuencia del atraco es tan simpática como infanfil y grotesca. Coescrita por Francis Veber, autor de la célebre, y bastante superior, "La cena de los idiotas" donde además su protagonista, Jacques Villeret, aparece aquí haciendo de taxista.

Para entendernos: el tipo de humor vendria a ser una mezcla de las peliculas de Louis de Funes, Parchis y un poquito de las de Terence Hill y Bud Spencer. (Sobre todo de Parchis). Y lo digo teniendo en cuenta que cualquiera de ellas es algo mejor a ésta que nos ocupa.

Contiene algunas secuencias de persecuciones automovilísticas, a cargo del especialista Remy Julienne. Interesante ver derrapar a un camión trailer como si fuera un coche de rallyes.

Probablemente funciona mejor la parte de acción que las situaciones cómicas, pero si te gustan las historias serias de robos y atracos mejor busca otra cosa.

380/02(02/11/21) Este es un film que tenía encumbrado desde mi niñez, no había querido revisarlo para no romper el aura que sobre él había depositado, cual Gato de Schrödinger mientras no la volviera a ver podría mantenerse con ese halo, pero con la reciente muerte de Jean-Paul Belmondo (06/09/2021) me he decidido a levantar la caja con el minino, y como temía el ‘mito’ se ha derrumbado. Un film ‘heist’ (‘atracos’) mezclado con la comedia (por momentos infantiloide), la acción y algo de romance del baratillo, donde lo mejor es la carismática presencia del actor galo, que a sus 52 años seguí manteniendo intacto su magnetismo; tiene un tramo inicial con el atraco al mencionado robo a la entidad del título bastante divertido (teniendo que otorgar patente de corso para suspender los niveles mínimos de realidad), pero aun así todo es muy ameno, con diálogos jocosos, con ententes burlesco como el que mantiene el ‘payaso’ con el jefe de policía (que odia los payasos, y ya somos dos), con ritmo trepidante, con giros bufonescos; tiene un modo ingenioso de escapar, que luego de una forma u otra han imitado muchos (aun con todo lo inverosímil y perezoso que resulta, pues podría haber sido creíble habiéndoselo currado un poco); Pero una vez que la acción sale del banco la película se vuelve tosca en la misión de llegar al aeropuerto y tomar un vuelo de escape a París, pero la cinta va sin rumbo, se atasca, pierde gracia, con un villano ridículo e irritante en la figura de ese gruista Lasky (histriónico Tex Konig), con persecuciones aparatosas (un tráiler derrapando!) que se resuelven de modo surrealista, con un triángulo amoroso que resulta grotesco, donde solo resalta la oda a la amistad, lo bueno en este apartado es la belleza sensacional de un Kim Catrall pre-Samantha de “Sex & the city”, con 29 radiantes años ilumina la pantalla con su sonrisa.

Como payaso disfrazado (Jean-Paul Belmondo), un ladrón profesional se introduce para atracar en el banco más grande de Montreal. Inicialmente mantiene a los clientes como rehenes. La policía rodeó inmediatamente el edificio, comandada por Simon Labrosse (notable Jean-Pierre Marielle). Grimm, ese es el nombre del hombre disfrazado de bromista, tiene dos cómplices. Buddy George (indolente Guy Marchand) como caricaturesco rehén miedoso, y Lise (Kim Cattrall), disfrazada de embarazada es también una rehén.

Se nota han gastado presupuesto en estas producción franco-canadiense, con escenarios bien manejados en Montreal, parís y Roma. Dirigida por Alexandre Arcady, aspirando a ser un producto comercial que compita con los de Hollywood, con algunos de poco fuste lo hará. El guión de Arcady, Daniel Saint-Hamont y Francis Veber (“La cena de los idiotas”, de este film tenemos aquí al ‘idiota’ Jacques Villeret, haciendo un chistoso rol de taxista aprobechado) está basado en la novela Quick Change de Jay Cronley, novela filmada nuevamente, como “Quick Change” (1990), protagonizada por Bill Murray Bill Murray, Geena Davis y Randy Quaid y codirigida (única vez en esta labor) por Murray junto a Howard Franklin.

No sé qué tiene este actor que nunca me ha convencido.
Va de simpático y ocurrente y yo lo encuentro banal y bastante simplón.
Bueno, en la película se disfraza de payaso que lo es bastante pero sin gracia.
Algunas secuencias de persecuciones automovilísticas de la época y poco más
La película está bastante trasnochada ya, se la ve antigua y no tiene el más mínimo interés.
Mal cine francés que también lo hay.

Directa, atrevida, intrigante, descarada, dinámica, atractiva, misteriosa, inteligente, magnética, ingeniosa, trepidante y sorprendente producción francesa de suspense y acción, en la que se presenta y desarrolla una historia de robos y engaños, con mucha ironía y desparpajo.

Alexandre Arcady, apuesta por una incursión en un relato de intereses e intrigas personales con poderosas dosis de suspense y diversión para todos los públicos.

La presencia y labor interpretativa de: Jean-Paul Belmondo, hace que la producción tenga un efecto magnético, conquistando la atención del público por completo.

Algunas situaciones de la trama y su desarrollo, se antojan forzadas e insostenibles, pero se disfrutan gracias al tono jocoso del conjunto.

Asalto al banco de Montreal, queda como un vertiginoso y trepidante entretenimiento de acción y humor para el recuerdo.