Un amor tan hermoso (Serie de TV)

Si estás aquí, no es casualidad. Nadie ve un drama coreano por casualidad. Te tiene que gustar. Y mucho. Pero si has visto este título en tu plataforma favorita de streaming y te ha entrado la curiosidad y además, no sabes de que va la cosa, pasa que te lo cuento.

Lo primero que tienes que saber es que si estás acostumbrado a los romances hollywoodienses donde a la primera de cambio los protagonistas se enamoran y se meten en berenjenales y, por supuesto, en la cama, los amores a la coreana te pueden resultar algo sosos y poco estimulantes. Y esto es así porque, normalmente, los guionistas coreanos quieren reflejar la moral de su juventud de manera más bien idealista. Sin embargo, ahí radica la clave de su éxito: situaciones que, a este lado del mundo, nos resultarían casi inverosímiles por su alto contenido almibarado y por sus protagonistas con una alta dosis de azúcar en vena, y que sin embargo harán las delicias de ese lado romanticón y banal que casi todos tenemos. Obviamente, no todos los doramas son así, pero todos fluctuan por esa línea y se apartan poco de ella. Y este en concreto pasa por todos los clichés habidos y por haber en el mundo de los doramas. Y tú te preguntarás, ¿qué tiene este, entonces, de especial? No sabría decirlo. Más que nada, porque tal como indica el título que he elegido para esta crítica, no ocurre nada destacable o que sea digno de mención para que sobresalga entre los otros mil que existen en su género. Y aún así, me ha mantenido enganchada hasta el final.

Son capítulos de veinte minutos amenizado con música ligera y alegre, con protagonistas que van desde los quince a los treinta años, y se centra única y exclusivamente en la relación de amor de los protagonistas (y muy en el fondo, de alguno de sus amigos también). No hay más. No hay moralejas ni se tratan temas controvertidos o de actualidad. El amor es el núcleo de todo. Pero esos veintidos capítulos de los que consta esta telenovela son tan lindos, tan plácidos y tan amenos, que lo único que consiguen es que se te pase el tiempo volando y que no hayas pensando en nada durante lo que dura el capítulo. Y es que sirve para eso, justamente.
Si buscas un dorama un poco más maduro y serio (que lo hay, ¿eh?), este no es tu dorama. Pero si lo que quieres es ponerte ñoña hasta decir basta y que no se te haga eterno con relaciones tóxicas y problemas absurdos, cuenta con "Un amor precioso". Será lo que necesites cuando quieras desconectar y no tengas nada mejor que ver.