Eyjafjallajökull (o simplemente ‘El volcán’)

No se salva, no interesa, no plantea nada novedoso. No entiendo su éxito en Francia. Todo son NO, porque es la sensación que me ha producido verla. Es una película aburrida, con un argumento manido y alejado de un planteamiento con un mínimo de coherencia para resultar serio dentro de lo que se supone una comedia.

No pierdas el tiempo porque no te aportará nada, que no hayas visto antes.

La erupción en Islandia de un volcán llamado Eyjafjallajökull en 2010, provocó una nube gigantesca de ceniza que paralizó el tráfico aéreo en gran parte de Europa. Más de 100.000 vuelos tuvieron que ser cancelados, más de 1 millón de pasajeros se quedaron en tierra, y se perdieron millones de euros.

De aquello hace ya 4 años. Parecía que sus catastróficas consecuencias ya eran cosa del pasado. Sin embargo, ahora nos llega Eyjafjallajökull (o simplemente El volcán), una comedia francesa efectista y simplona que toma aquel suceso como herramienta comercial.

La erupción del volcán, impide a los protagonistas coger el vuelo que los iba a llevar hasta Grecia, lugar donde tendrá lugar la boda de su hija. Los padres, divorciados años atrás, deberán superar su odio mutuo y colaborar para llegar a la ceremonia.

El rencor y la necesidad de colaboración, ya había sido explorado en clave humorística por Alex de la Iglesia en Muertos de risa, una película que en ciertos tramos recuerda mucho a esta. Si bien, Eyjafjallajökull es mucho más blanda e impersonal.

En este sentido, también encontramos similitudes con La guerra de los Rose, La poison, y su remake de 2001: Crimen en el paraíso.
Su viaje a contrarreloj recuerda a El mundo esta loco loco, y su plantemiento a Dos en la carretera.

Poco aporta Eyjafjallajökull a todas estas películas, aunque tampoco parece tener la intención de hacerlo. Su objetivo, de forma descarada, es la taquilla. En Francia ha conseguido ser el nº 1 en recaudación, aunque tengo ciertas dudas de su funcionamiento fuera, ya que la película intenta contentar a demasiado público, lo cual la hace previsible, le resta mala leche, y finalmente, diversión.

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Poco a poco se extiende el estrenar las películas en formato VOD (video on demand, video bajo demanda en castellano o básicamente ver la película online en plataformas digitales) a la vez que se exhiben en cines y en este caso estamos ante una cinta que se estrena exclusivamente con este sistema. Sin llegar al fenómeno que ha supuesto “8 apellidos vascos” en España, fue nº1 en Francia durante 2013, superando la barrera del millón de euros en taquilla. Seguramente ambas puedan definirse como comedias complacientes, entretenidas y con momentos divertidos aunque otros predecibles y sin llegar a ser cintas realmente notables.

“Eyjafjallajökull (o simplemente ‘El volcán’)” podría parecer la típica película muchas veces vista de un hombre y una mujer (en ese caso un ex-matrimonio) que se llevan mal y que durante el metraje están destinados a encontrar sus puntos en común y acabar juntos poniendo por encima de lo que les separa, lo que los une. Por suerte, aunque tiene sus momentos predecibles, no lo es tanto como cabría esperar y mezcla el planteamiento mencionado con el sub-género de las road movies disparatadas que se van yendo de madre. Esto ofrece momentos puede ser que demasiado exagerados pero también otros bastante divertidos.

Por tierra, mar y aire, a veces juntos y a veces separados, Alain y Valérie recorren media Europa para llegar a tiempo a la boda de su hija, tras ser su vuelo cancelado por la erupción del volcán Eyjafjallajökull. Una de las cosas más importantes en este tipo de films, es el buen hacer de la pareja protagonista y la química existente. Dany Boon y Valérie Bonneton cumplen holgadamente en ambos sentidos y aunque el resto del elenco parecen más rápidos cameos que papeles secundarios, también nos dejan gratas e inesperadas sorpresas.

En resumen: Una comedia muy entretenida sobre la pequeña línea entre el amor y el odio, sobre la parte más literal de quererse a morir u odiarse a matar, con algunos momentos predecibles y exagerados, pero también con otros divertidos.

Nota: 6'5

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Aún, 48 horas después de ver este espanto, me sigo preguntando qué vi de antemano en ella para aventurarme a tragármela. Supongo que fue por el tema del volcán, que como reclamo publicitario funcionó conmigo, sin haber intuido que sólo se usaría de herramienta para que tenga sentido el viaje en unión de dos personajes con pintas de haber salido de la siniestra mente de Jose Luís Moreno.


La pareja protagonista no puede tener más malaje. La química entre ambos es inexistente. Llegan a caer antipatiquísimo los dos. A la gachí le asignan en el castellano una voz que no es que sea fea, es que no conjuga bien con su insulsa cara potenciando así la sensación de tirria hacia ella.
El tipo a su vez, en "Bienvenidos al norte" pasó con el aprobado haciendo de simpático idiota. Pero aquí resulta cansino siendo un auténtico idiota a palo seco.
Los gags del estilo -te odio- son demasiado infantiles y muy poco trabajados. Se hacen putaditas el uno al otro durante todo el film en un grado demasiado exagerado; no en plan "A ver si te mueres". Lo hacen en plan "A ver si te mueres de verdad en este preciso instante estando yo presente, por favor". Vamos, que si uno la diña, el otro se pone a dar saltos de alegría a menos de un metro. Así con esta naturalidad.

Después hay alguna escena (que se repite alguna vez) que me dejó frío. Me recuerda al tipo de sketch que hacen los payasos amateurs en la fiesta de cumpleaños de un crío. Resulta que el tío quiere una solución rápida a un problema en la ventanilla del aeropuerto ó de comisaría. Como no se lo dan, se pone a llorar de mentiras para apiadar el alma del que está tras el mostrador. Y aquí viene lo que me chirría: mientras llora, con el codo le da exageradamente a su acompañante para que haga lo mismo. Pero sin disimular lo más mínimo. Lo hace SIN QUE ESTE HECHO PERMUTE al del mostrador pese a que lo hace en toda su cara. Es como digo, como los payasos con los niños. Uno grita lo que le va a hacer al otro mientras el segundo silba mirando las nubes.



Si piensas que esta mierda puede tener aunque sea el atractivo de contemplar los distintos escenarios europeos... pues no sirve ni para eso. Da igual que pasen por Eslovenia, Croacia, Albania ó Macedonia. Todos los países que salen están representados por una carretera o un bosque.
Y hablando de países, más de una vez lamenté que no entrara en su recorrido Eslovaquia. Hubiera levantado la trama ver a esta gente bajo las garras del club Hostel. Aunque creo recordar que los franceses no cotizaban bien.


Para resumir; una soberana porquería. Con lo que gusta en Cádiz lo gratis, te digo que se ponen a repartir DVDs de esta película en la calle y no me pongo en la cola.

Típica comedia de enredo a la francesa que basa todo su encanto en unos buenos actores, magnificas localizaciones, diferentes “tour de forcé” y poco más. Es una película de lo más agradable, es razonablemente entretenida, pero es una fórmula que no da para mucho más. Típico producto prefabricado que aprovecha lo opuesto de los personajes (“del amor al odio al amor”) que tiene momentos buenos pero tampoco tiene nada destacable. Road Movie que propone una vuelta de tuerca a “Dos en la carretera” con toques a la comedie franciase. Por momentos recuerda a Billy Wilder, por momentos a Blake Edwards y por momentos a esas maravillosas comedias de Ugo Tognazzi o Alberto Sordi. Por desgracia, la automática dirección de Alexandre Coffre no ayuda a que esta película este a la altura de ninguno de ellos. Lástima que algunos destellos de inteligente crueldad (sobre el matrimonio y la guerra de sexos) sea ahogada por un final dulcificado que pretende contentar a todos los públicos. Agradable y entretenida, pero no arriesga demasiado.