Magnetic Rose

No deja de ser curiosa la progresión de un género como la ciencia-ficción, eternamente repudiado y relegado a una categoría menor hasta que Stanley Kubrick llegó con su 2001 a demostrar que podían contarse grandes historias a través de los códigos del fantástico futurista. Hubo trabajos previos que ofrecían esta madurez (Metropolis) pero no fue hasta el trabajo de Kubrick cuando las majors norteamericanas decidieron dejar de poner a marcianitos de plástico y bichos gigantes enfrentarse a la raza humana y tomarse un poco en serio las cosas. En Europa la cosa cambiaba: años más tarde, tres obras clave del género como Solaris (Andrei Tarkovksy, 1972), Star Wars (George Lucas, 1977) y Alien (Ridley Scott, 1979) llegaron para cambiar por completo la forma de afrontar el cine de género.

"Rosa magnética" de Kôji Morimoto se basa en un manga del reputado Katsuhiro Ôtomo (Akira, 1988), que a su vez encontraba su inspiración en varias obras literarias que curiosamente dieron lugar a los ejemplos del cine de los setenta previamente mencionados. Morimoto, conocedor de que la ciencia-ficción más interesante es aquella que no muestra sino que sólo insinúa, la que busca la intriga más que el susto y la tontería fácil, firma con este trabajo su obra más sobria hasta la fecha y uno de los mejores ejemplos (animados o no) de cómo la ciencia-ficción puede trascender hasta la primera categoría a través de una sobresaliente historia y una dirección elegante, pero sin excesos ni virtuosismos.

La trama se inicia cuando un grupo de basureros espaciales reciben una llamada de socorro de lo que parece ser un lugar abandonado. Dos de los tripulantes de la nave se introducen en el lugar con la intención de rescatar a quien ha activado la alarma, pero una vez dentro, se encontrarán con algo que no esperaban. Olvidad el efectismo, no hay nada en "Rosa magnética" pensado para los devoradores del cine de palomitas, tiene un ritmo pausado, los detalles son tan importante como los elementos en primer plano, se juega muchísimo además a nivel visual con el extremo colorido de algunas partes y el barroquismo de otras. Es un trabajo personal, que sale adelante no ya gracias a la calidad intrínseca de la obra original (el manga de Ôtomo) sino por la notable aportación en el guión del que más adelante se coronaría como uno de los grandes del anime, Satoshi Kon.

Rosa magnética puede considerarse un plagio/homenaje de Solaris. Puede decirse que sólo repite los esquemas que funcionaron en trabajos como Alien. Pero sobre todo, lo que hay que agradecer es que en estos tiempos no se nos trate como idiotas y se entregue un trabajo tan personal como sobresaliente en las formas y, como poco, notable en el fondo. Sencillamente deslumbrante, cada segundo y cada minuto está calculado para formar un global memorable. De lejos, lo mejor del recopilatorio en el que está incluido, "Memories".

Fuertemente influenciada por Solaris, la obra maestra del director ruso Tarkovski, Rosa Mágnetica nos propone una aventura espacial en la que dos astronautas se ven atrapados en una misteriosa nave a la deriva que trata de retenerlos jugando con sus mentes, sus propios recuerdos y los ajenos. Como curiosidad no esta mal, es una de esas rarezas que de vez en cuando nos dejan los japoneses, el dibujo y la animación está muy influenciado por Akira y se nota mucho en escenas como la destrucción del satélite Corona que tanto nos recuerda a la del famoso satélite Sol de la película de Otomo. Aunque en elgunos momentos le falte algo de intensidad, el final es bastante bueno.

El mejor de los tres mediometrajes, por ser el que mejor trasmite a la perfección ese aislamiento y vacio que nos lleva a acabar pensando en una palabra: La soledad. El estilo gráfico es espectacular, de diez. Creo que aunque el espectador no llegue a comprender al completo la historia, disfrutará viendo algunas escenas que posiblemente le recuerden a una película muy famosa. Tampoco paso por alto su música que es una completa delicia y el personaje de Heinz que transmite unos sentimientos que llegan al espectador.

Cada vez me gusta más la ciencia ficción "seria". No desprecio la variante del género donde hay monstruos o rayos de colores, pero me parece más interesante cuando es "seria". Pongo esta palabra entre comillas ya que seguramente haya un nombre para esta categoría pero a fin de que se me entienda.

Como tal no inventa nada, recuerda en algunas cosas a obras de su género, pero la gracia es en como lo cuenta. Por un lado su apartado visual es exquisito, mezclando esa oscuridad espacial con decoración barroca. Por otro lado, a pesar que algunas cosas no quedan explicadas, es como narra y desarrolla la historia. Mención especial a la trama del tripulante rubio, un ejemplo de como contar algo sin darlo masticado.

Se podría haber realizado algo con más minutos para poder desarrollar esos huecos que nunca explican, no obstante se entiende perfectamente y entretiene hasta el final.