3096 días

Retrato de un secuestro que duró 3096 días justos, el de Natascha Kampusch, que Horman hace sublime huyendo de todo el amarillismo y terror vacío que podría haber usado, para hacer una cinta de silencios, de miradas y gestos más que de diálogos. La interpretación de la protagonista, tanto por la adolescente como por la niña roza lo sobrenatural y el calvario que la pobre chica pasó en manos de un zumbado que no pudo resistir que huyera y se lanzó al tren está contado sin alardes de tortura, sin violencia extrema. Arranca los lagrimones inevitablemente, pero lejos de ser una cinta ñoña es una auténtica obra maestra.
Fotografía, imagen, sonido y recursos técnicos impecables.
Muy buena, en serio.
Lo mejor: Natascha de niña manteniendo la mirada a la cámara en un primerísimo plano suplicando volver con su madre, con la que discutió el día de su secuestro.
Lo peor: El tono de "basado en hechos reales" puede hacernos pensar en Antena 3 a las 4 de la tarde. Nada más lejos.
La partitura final es impresionante.
Qué gozada...

Perfecta recreación del excelente libro homónimo de Natascha Kampusch, con admirables interpretaciones, en particular de la niña Amelia Pidgeon, que está fantástica como la Natascha de ocho años, y de Antonia Campbell-Hughes en el papel de adolescente. Sorprende que se aborde el aspecto sexual del secuestro, algo en lo que Frau Kampusch no quiso profundizar en el libro, con lo que esta magistral película es un magnífico complemento a este, además de una invitación a leerlo, claro.

Antes de ver esta película, desconocía quién era Natascha Kampusch. Ahora parece que lo sé todo. Es la magia del cine. En este filme se narran los 3096 días que pasó la niña, adolescente, mujer, secuestrada por Wolfgang Přiklopil.
Aunque parece la historia de un secuestro, en realidad es un extraño bio-pic de la ahora famosa escritora y periodista austriaca. Hay momentos de consternación, hay grandes momentos en los que la pareja que interpreta a la secuestrada y a su captor nos demuestran el valiosísimo aporte a la divulgación del hecho, hay momentos en los que se nos hace difícil creer que tal tipo de secuestro fuera posible.
La experiencia de este filme es buena. Nos volvemos rápidamente testigos de los padecimientos de Natasha y la locura de su muy extraño captor. Aún es difícil entender qué es realmente lo que padecía o vivía Wolfgang en su mundo. Lo peor, ¡cuántas veces nos topamos en la calle con un ser decente como él!

Esta crónica de un secuestro no anunciado, es un film que brilla por luz propia, donde los elementos de intriga (psicológico), el suspenso y la forma de contarnos la historia (con escasos diálogos), su cineasta, nos lleva de la mano (cámara) de un mundo claustrofóbico de Natasha, a esa luz de esperanza y poder escapar de su secuestrador. Y es que el espectador siempre abriga, desde el primer momento del infeliz suceso, cómo logrará escapar.

Lo interesante de la historia es ver cómo dos personas (secuestrada y secuestrador¿formalizan una amistad?, ¿y que en cualquier momento desaparece? Que nadie se crea que sea cierto tal benevolencia y que en cualquier momento “saltará la libre”. Así que esto es un buen ingrediente en la aprehensión del espectador, en unos actores que lucen cómodos y sinceros en sus respectivas interpretaciones, donde las identidades no se cruzan ni lastiman, aunque en algún momento pareciese que sí.

Historia pues altamente recomendada, pues en ningún momento decae la trama, ya que conociendo que toda la historia es un flash back, la pregunta siempre está: ¿Cómo se zafará de su secuestrador?


Gonzalo Restrepo Sánchez

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