Sol ardiente 3: Ciudadela

“Si no existieran las pequeñas personas, los hombres grandes no sabrían lo grandes que son. Llegará el día en que la gente pequeña crezca y se dé cuenta que tan pequeños no son”.

Palabras de Kirik, personaje que, ahora, ocupará un sorprendente lugar entre la familia de Sergei Kotov y con las cuales expone lo que, de muy buena manera, se verá reflejado en esta parte final de la magnífica trilogía “Quemado por el sol”. Aquí, la rueda giratoria de la vida motivará impensables decisiones; habrá cambios de personalidad que nos dejarán sorprendidos; y el líder soviético, Iósif Stalin, seguirá luchando para derrotar a los nazis, contando ahora con el ascendido Sergei Kotov al mando, con quien planeará la toma de La Ciudadela, una fortaleza que los alemanes vienen ocupando.

La historia toma ahora un rumbo más sereno, más familiar y reconciliatorio, y la guerra dará lugar a ejercicios humanos de notable valía. ¿Encontrará, por fin, Dmitri Arsentiev a su rival Kotov? ¿Qué pasará si se encuentran? ¿Qué ocurre con Nadia, la joven enfermera que sigue añorando el reencuentro con su padre? ¿Qué pasa en la familia Kotov tras casi un lustro de ausencia de sus seres queridos? ¿Qué ocurrirá con el plan de tomarse la fortaleza alemana?... Son, éstas, algunas de las preguntas que tendrán respuesta en la parte final de una historia que deja sensible huella por sus grandes valores cinematográficos, su impacto sociológico y su demanda antibelicista magníficamente desarrollada.

Nikita Mikhalkov vuelve a demostrar que, en él, pesa la grandeza de su nación, la unión familiar y la espiritualidad a partes iguales, y en éste -como en el resto de sus filmes- fluyen sentimientos de la más alta calidad, con personajes que, inevitablemente, dejan una huella imborrable en los corazones. Aunque sin el impacto de las partes anteriores, “QUEMADO POR EL SOL 2. CIUDADELA”, también tiene momentos bastante tensos y significativos, pero, sobre todo, en sus aspectos sentimentales es donde desbordará su mejor ejercicio, al tiempo que podremos comprobar que, lo que parecía una demanda contra su gran líder, tiene en realidad otro significado.

Nikita Mikhalkov, vuelve a poner sobre su cabeza al atribulado y valiente Sergei Kotov, el soldado del Batallón Penal, llamado, por su juicio y arrojo, ¡y hasta por su profundo sentido de la paternidad!, a dejar profunda huella. Oleg Menshikov, sigue siendo Dmitri Arsentiev, el oficial de la NKVD que, ahora, quizás aclare hechos que reclamaban respuesta. Nadezhda Mikhalkova (Nadia Kotova), sigue siendo la comprometida enfermera… y ahora demostrará que también es de armas tomar. Viktoriya Tolstoganova (quien reemplazó a Ingeborga Napkunaite en el rol de Marussia desde “Éxodo”), tendrá ahora un fuerte papel cuando el pasado regrese intempestivamente y en un momento bastante inoportuno; y entre otros, Anna Mikhalkova, aparecerá como la mujer violada que, en pleno ataque alemán y en campo abierto, reclamará que está a punto de dar a luz, ¡una escena para recordar!

Los insectos y los ratones darán lugar a algunas simpáticas metáforas y el filme transcurre con bastante fluidez ya que, Mikhalkov, fue aquí mucho más estricto con la edición… quizás atendiendo a la sugerencia que le hicieran en el Festival de Cannes. Majestuosa música de Eduard Artemiev con magníficos fragmentos de Richard Wagner... y mucha atención a la originalísima manera como se resuelve el ataque a La Ciudadela, porque podrá comprobarse que, para Mikhalkov, el heroísmo es otra cosa.

En resumidas cuentas, la trilogía “Quemado por el sol”, es otra gran joya que reafirma que, el arte cinematográfico también puede buscarse en otras latitudes… con muchas posibilidades de atinar.

Título para Latinoamérica: SOL ARDIENTE 2: CIUDADELA