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Hacia Broadway (Harold apasionado) (C)

Comedia Harold es un humilde escritor perseguido incansablemente por su casera para que le pague el alquiler. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
16 de mayo de 2011
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luces y sombras hay en todas las ciudades. Luces es que te pongan aceitunas como pelotas de golf. Y sombras es que Bebe Daniels tenga que estirar el dólar que el águila parece una cigüeña. Las mismas sombras son las de Harold Lloyd que tiene tan poco dinero que tiene que agacharse para contarlo. Sabemos que el chico en el curso de mecanografía no pasó el corte. Pero lo malo es que el chico y la chica deben el alquiler del piso y al tercer aviso les encierran. En aquella época pasaba eso y más. Y aquí igual que en Charlot emigrante al que no paga se le sacude y se tira a la calle. El que sacude es el mismo que LLoyd le pone de todos los colores en Ay, mi madre. Por suerte para mi el mundo de Harold LLoyd está lleno de luces.
RONNIE JAMES DIO (CUENTA BLOQUEADA)
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27 de febrero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé de donde sacan los títulos... el video que he visto lo traduce de otra forma.

Aquí Harold está que se sale. Las escenas más llamativas porque es la que más acción hay, es en el hostal y cuando aparecen los policías. Una coreografía muy conseguida. Tanto que supera al mismo Charles Chaplin.

Me encanta las primera imágenes cuando critica la vida de Broadway (lo que vendría a ser a día de hoy Hollywood). Las frases del principio son muy épicas. Como esta que me ha encantado: "Luces es que te pongan aceitunas como pelotas de golf. Y sombras es que se tenga que estirar el dólar que el águila parece una cigüeña."

Harold está en perfecta forma, y lo demuestra en esta película que a día de hoy te despierta alguna risa y eso se agradece!
edugrn
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9 de marzo de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
67/06(06/03/24) Divertido cortometraje silente con casi 105 años de vida, un disfrute ver al vitalista Harold Lloyd con su sempiterno sombrero de paja y sus gafas redondas intentar escribir a máquina una ‘gran obra maestra del teatro’, defender a una núbil joven, intentar escapar de los acreedores, burlarse con sus trampantojos y acrobacias de la policía. Destaca como la primera película de dos carretes de Lloyd que presenta su personaje de "gafas". Dirigido por el maestro del humor Hal Roach, fue el primer trabajo de un contrato de nueve películas de dos carretes que Harold Lloyd hizo con Pathé Exchange en abril de 1919. Cuando la película se estrenó en noviembre de 1919, fue recibida con gran entusiasmo, en parte debido a la reciente publicidad que rodeó a su estrella después que una bomba de utilería explotara durante una sesión de fotos, dañando sus ojos y cortándole el pulgar y el índice derechos. Milagrosamente, Lloyd logró recuperar completamente la vista y pudo asistir al estreno de “Bumping Into Broadway” en la ciudad de Nueva York. Al final, la película no sólo recibió excelentes críticas, sino que batió varios récords en los cines de todo el país, consolidando el lugar de Lloyd como una estrella de comedia de primer nivel. Un trepidante corto de humor ligero, entretenido, con todo un aluvión de slapstick, que provoca muchas sonrisas, ello con un ritmo acelerado, saltando por tres escenarios (la casa de huéspedes; un teatro de Broadway; y un club-casino clandestino), todo ello rezumando buen rollo, con momentos chistosos gráciles, exhibiendo en gran parte del metraje Lloyd su fascinante capacidad física para las persecuciones, saltos o figuraciones falsas (convertirse en mesa camilla, colgarse con una gabardina de un perchero, y más),

Arranca de modo cínico mirándose el ombligo, con un rápido vistazo a la glamorosa vida de Broadway y la arrogancia que a menudo se asocia con sus actores. La película luego pasa a la historia de "La Chica" (Bebe Daniels) y "El Chico", (Lloyd) ella aspirante a actriz y él un dramaturgo inédito. Ambos artistas humildes que luchan por triunfar, y cada uno está atrasado en el pago del alquiler de una pensión dirigida por una casera severa (Helen Gilmore) y un "gorila" grande y matón (Noah Young). Al tener sentimientos románticos por la chica, el chico le da todo su dinero para pueda pagar el alquiler atrasado. Ahora sin un centavo, el chico debe encontrar diferentes maneras de eludir a la casera y al portero.

El argumento no es el fuerte del relato, sin capacidad de hondura dramática alguna, ni se pretende, aquí es una nimia historia para ir hilando gag sobre gag. Desde la disputa entre el humano y la máquina o sea Lloyd contra su máquina de escribir. Tenemos en la primera parte en la casa momentos tan jocosos como la paliza que le da el matón de la dueña a un huésped que se retrasa con el pago, un pelele en las manos del grandullón queda lo voltea, golpea, zarandea, y lanza por las escaleras del porche a la calle ante la aterrada mirada de Lloyd que se ve reflejado en el sufridor moroso. Y está la furibunda persecución de la dueña y el matón a Lloyd, con el trampantojo de la chaqueta y el sombrero sobre la silla o su (fallida) escondite en el cesto de ropa. Acabando como premio al deseo de una ‘mujer’ (se nota es un hombre disfrazado, Guy Leonard); Está la segunda aparte en el teatro, el prólogo a esto es un descacharrante ensayo de bailarinas. También chancesca la firma de viajar de Lloyd, metiéndose polizón en un auto descapotable, luego escondiéndose en la parte exterior trasera de un coche y hasta metido en un cubo de basura con ruedas agarrado a u coche con Lloyd intentando introducirse en él para vender su obra al productor, tenido que sortear a un inquisidor portero. Llegando al momento picantón en que Lloyd retraído y ruborizado se encuentra con una bailarina. Como defiende a la Chica del abusón director de la obra; y llegamos a la tercera parte en el casino ilegal con entrada triunfal gracias a un perro callejero. Una vez dentro Lloyd, gracias a su buenismo revienta la banca sin pretenderlo en la ruleta, con la mala suerte que justo cuando recoge ganancias aparece la poli para una redada. Clímax radiante de jolgorio imaginativo donde Lloyd va escapando una y otra vez de decenas de sus perseguidores uniformados, con acrobacias, saltos, deslizamientos, escondiéndose detrás de ellos, haciéndose pasar por mobiliario, o enganchándose de una percha (¿?). Para al final regalarnos un desternillante epílogo donde se rompe la cuarta pared de modo irreverente (Spoiler).

Bebe Daniels apareció con Lloyd en más de 150 películas, esta fue su penúltima unión, pues luego pidió ayuda a Cecil B. DeMille para escapar dele encasillamiento y dar el salto a films dramáticos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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