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La feliz. Continuidades de la violencia

Documental Mar del Plata. La ciudad feliz. El gran centro de veraneo argentino, primero de la aristocracia, y a partir del peronismo también de la clase trabajadora. Pero tras la fachada del verano feliz late una larga historia de violencia política. En 1971, miembros de la CNU (Concentración Nacional Universitaria) asesinan a una estudiante de arquitectura en una asamblea del centro de estudiantes. A partir de ahí, la violencia política creció, ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
5 de julio de 2020
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En La Feliz, continuidades de la violencia, el realizador Valentín Javier Diment traza una relación entre la violencia política de los 70 y el surgimiento de grupos neonazis que protagonizaron distintos ataques en la actualidad.

Por Nicolás Bianchi

Uno de los historiadores consultados para el documental abre el juego al decir que, desde hace ya mucho tiempo, Mar del Plata dejó de ser una ciudad balnearia llamada La Feliz. La belle epoque y los días del turismo social como principal actividad de la urbe quedaron atrás. Hay realidades sociales que exceden a esa pintura de centro turístico festivo.

La Feliz, continuidades de la violencia se va a centrar en un puñado de grupos ‘neonazis’, ‘fascistas’, ‘nacionalistas’ que protagonizaron una serie de ataques contra referentes políticos y sociales marplatenses. Desde pintadas, grafitis e insultos hasta golpizas. Los grupos de jóvenes de extrema derecha dirigieron, y dirigen según se da a entender, su violencia contra representantes de la diversidad sexual, militantes de izquierda e inmigrantes.

El contexto que Diment le da a la violencia de hoy son los hechos que se produjeron en los años 70. Así como ahora surgen estas patotas, entonces comenzaron a agruparse en torno de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), a la que se define en la película como el brazo universitario de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Los grupos fascistas actuales tienen distintos representantes. Los jóvenes, los que parecen llevar adelante las acciones, no tienen voz en el documental. Sí son entrevistados un abogado que los defiende, otro que los reivindica y el dirigente nacionalista Carlos Pampillón, a quien se indica como la última referencia de estos grupos.

Valentín Diment, el director, opta por una lógica más televisiva que cinematográfica. Se busca contraponer los puntos de vista de manera polémica, creando una discusión entre los entrevistados de derecha y los de izquierda. De un lado están los compañeros o familiares de los militantes desaparecidos en los 70 mientras del otro quedan los personajes que defienden a la dictadura militar. Pampillón, el más enfático en este sentido, sostiene que “los militares se quedaron cortos”.

El documental también se permite un relato pormenorizado de algunos de los casos de violencia más graves de los años 70, en un intento por enfatizar que lo que sucede ahora puede desembocar en aún más graves consecuencias en el futuro. La problemática que surge de aquella época es tan compleja que la película no puede abordarla por completo pero opta por mencionar todas las aristas posibles. En algún punto la información resulta abrumadora ya que se interponen declaraciones de entrevistados con textos de archivo que se resaltan. Se hace imposible escuchar a alguien que dice una cosa y leer un texto que dice otra al mismo tiempo. Una voz en off es un recurso que en varias películas documentales suele ordenar y participar de la narración (Herzog quizás sea el ejemplo más notable) pero es un artilugio que Diment descarta. La voz es de los historiadores, los militantes, los referentes sociales y también de los ‘fascistas’.

Los mejores momentos de la película se producen cuando se deja a los entrevistados soltarse, cuando el montaje no los asfixia. Allí surgen los mejores testimonios y las acciones más curiosas, como un abogado que, en un extremo de delirio, dice que no se lo puede acusar de nazi por tener un libro con una esvástica en la tapa que le combina con el sillón rojo en el que está sentado. La multiplicidad de testimonios tiene sus virtudes también, ya que brinda un retrato más amplio de la sociedad marplatense. Al incluir diversos actores el problema que trata el documental adquiere una dimensión mayor.

Por los juicios de la verdad impulsados por los gobiernos kirchneristas varios de los represores que actuaron en los 70 en Mar del Plata fueron juzgados y encarcelados. La Justicia, en los casos actuales, también ha reaccionado. Aunque desde lejos Diment nos permite observar que es un tema que está lejos de estar cerrado.
El Golo Cine
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27 de diciembre de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La feliz, continuidades de la violencia, es un largometraje documental argentino del año 2018, dirigido y guionado por Valentín Javier Diment.

El documental retrata parte de la reciente historia violenta en Mar del Plata de los años 70, donde se desarrollaba en Argentina la lucha armada por el socialismo y la resistencia en armas contra las sucesivas dictaduras y gobiernos títeres orquestados por los milicos desde el 55, hasta la actualidad con grupetes neonazis amparados por la politiquería macrista y lo más rancio de la corrupción de la política capitalista, netamente represora y profascistoide.
Maija Meier
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