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Hanbun no Tsuki ga Noboru Sora (Serie de TV)

Serie de TV. Animación. Comedia. Drama. Romance Serie de TV (2006). 6 episodios. Durante el invierno, Yuichi fue hospitalizado debido de su hepatitis. A pesar de eso, intentó escaparse , pero fue pillado a tiempo por el personal del hospital. Un día, conoció a Rika, una chica de su edad, del edificio de al lado. Su belleza era enorme, pero casi tanto como su egoísmo. A pesar de que lo controlaba, empezó a sentirse atraído por ella. Sin embargo, cuando Rika le contó todo sobre su ... [+]
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
13 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta serie de 6 episodios es ideal para verla una tarde, es corta y te mantiene enganchado a la historia del romance de estos dos jóvenes que presenta la historia: Rika y Yuichi, los cuales están ingresados en un hospital por distintas causas...
Yuichi por una hepatitis A y Rika en cambio lleva la mayor parte de su vida en el hospital a causa una válvula débil de corazón, la cual es hereditaría y la tuvo su padre también en su día, que murió también por esta anomalía...

Yuichi se hace amigo de Rika y juntos van compartiendo vivencias y afianzando lazos, aunque Yuichi no está al corriente de la gravedad de la enfermedad de Rika...

Personalmente me ha gustado, ha sido un anime conmovedor y entretenido.
EGG
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9 de febrero de 2017
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La peor condena posible: la incertidumbre. Peor incluso que la muerte, pues la muerte es certera, pero la incertidumbre deja un resquicio por el que tal vez pueda colarse la esperanza, y luego arrebatársela a quien la albergaba.
Y está siempre presente en este curioso drama sobre la vida.

Drama que describe una aventura no muy fascinante, tampoco original, pero capaz de ser comprendida a escala universal, la de un chico y una chica tocados individualmente por la desgracia de la enfermedad pero unidos debido a ello: Yuichi y Rika, pacientes en el hospital de la ciudad de Ise, de donde era originario el prestigioso Tsumugu Hashimoto, a quien, ya con varios galardones en su haber y trabajando para Dengeki Bunko, le nace la idea de escribir una historia completamente alejada de los típicos géneros de fantasía y ciencia-ficción que manejaba la editorial.
Por eso no mucha confianza había en ello, amenazando incluso con una cancelación si el primer volumen no tenía el éxito esperado, pero la habilidad del autor para el drama y su imaginación no sólo superó las expectativas de ventas de sus jefes, sino que daría pie a toda una franquicia expandida a lo largo de los años. "Hanbun no Tsuki ga Noboru Sora" se publicó en ocho volúmenes de 2.003 a 2.006 y poco después sería adaptada en los formatos de manga, serie de televisión, telenovela radiofónica, incluso versión cinematográfica; el anime fue encargado al diseñador y director Yukihiro Matsushita mientras proseguía la saga original, de la cual era un gran fan.

Sorprende la corta duración que decidió la productora: sólo seis episodios. El hospital, escenario casi único, es el mismo en el que el propio Hashimoto fue ingresado por una enfermedad de hepatitis, la que sufre Yuichi, quien pasa sus días en un ciclo interminable de hastío de no ser por varios personajes un tanto increíbles a su alrededor (Akiko, enfermera abusiva y pendenciera; Tada, un anciano pervertido; y sus compañeros de instituto). Detalle incómodo que se irá acrecentando episodio tras episodio: la inclusión de situaciones e individuos poco realistas en un universo totalmente real y cotidiano.
Ello afecta al punto clave de la serie. No es increíble el modo en que Yuichi y Rika, de la misma edad, se conocen, pero sí la manera de evolucionar su relación, que irá atravesando distintos y muy dispares estados emocionales; en la ligereza melodramática del "slices of life" y con toques de humor a menudo simpáticos, otras veces absurdos y fuera de lugar, la serie nos adentra en las vidas de todos ellos de forma natural y entrañable, destacando la extrañeza del personaje de Rika, niña caprichosa, complicada, habitual de las habitaciones de hospital, afectada de una enfermedad congénita del corazón que heredó de su ya desaparecido padre.

En su similar condición de huérfanos paternos, Yuichi y Rika comparten traumas, esperanzas, bromas y discusiones, siempre envueltos en la sombría incertidumbre de la muerte, aceptada por esta última, pues sus posibilidades de recuperación son mínimas. Si la amistad de ambos, nunca confesada en amor, sufre altibajos narrativos por culpa del carácter inestable e insoportable de la protagonista (en un episodio se aventuran a huir del hospital y visitar el monte donde la chica viajaba de excursión con su padre, y en el siguiente surge entre ellos una pelea sin justificación), sólo faltaba la intervención de los secundarios...
Akiko, pese a lo escandaloso, exagerado y desagradable del personaje, también tiene un lado bondadoso, hasta casi ser la celestina de la pareja de jóvenes. Natsume, por el contrario, hace deslizarse a la serie por lados oscuros y desquiciantes; doctor que desde siempre ha tratado a Rika, es el álter-ego de Yuichi unos años más tarde, un hombre herido por la pérdida de su esposa debido a la misma enfermedad cardíaca que consume a la anterior, y se destapa como una fuerza cínica e incomprensible, de recelo viscoso, perversidad retorcida, atentando contra la amistad de los chicos al ver reflejado en ellos el amor condenado al desastre que él sufrió.

Es un personaje alcohólico e injusto al que no le resulta nada difícil ganarse el odio del espectador, ralentiza el ritmo, se aferra al pasado sin aceptar la realidad y actúa de escollo, de piedra inamovible. Gracias a Dios está Akiko para castigarle de vez en cuando. No ayuda tampoco los actos de los susodichos protagonistas; Yuichi es alguien de débil voluntad (desagrada mucho verle siendo víctima de abusos físicos y verbales continuamente y sin defenderse, aunque me lo quieran justificar), que se deja llevar, tanto por decisiones de otros como por las maniobras del guión, clichés del melodrama trágico o auténticas incoherencias, y sólo lucha cuando la situación es insostenible.
En mitad de tales problemas de estructura quedan esos minutos compartidos con una caricia, una sonrisa o un simple silencio, valiosas promesas sin ningún valor real pero conmovedoras, y la oportunidad de los jóvenes para recuperar un recuerdo, sanar una herida o borrar una huella del pasado. Añadiendo ciertas referencias literarias actuando de mal presagio, Hashimoto atrapa el minuto presente en lo que tiene de más fugaz y le da un valor de eternidad; esa es la bonita sensación que nos dejan los instantes que Yuichi y Rika pasan juntos, en la escuela, en la azotea del hospital o en la habitación de ésta tras la peligrosa cirugía.

No lo veremos pero la novela continúa fuera del centro, cuando ambos consiguen regresar a una vida normal e ingresar en el instituto. Rika se convertiría en una alumna modelo por todos adorada; al final sí persiste la esperanza después de todo.
En el anime, sin embargo, queda esta nota de incertidumbre amarga pero consuelo romántico a la luz de una Luna en cuarto creciente (iluminando el cielo pero con una mitad oscura). Tal vez es mejor que se queden así: dentro de los muros infranqueables del hospital donde lo han podido lograr todo...
Chris Jiménez
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