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La patata caliente

Comedia Narra las aventuras y desventuras de Bernardo Mambelli "Gandhi" (Renato Pozzetto), un ex-boxeador, devoto comunista y, sobre todo, muy enamorado de Maria (Edwige Fenech). (FILMAFFINITY)
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
18 de abril de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agradable combinación la que ofrece la trama de esta película: por un lado, la parte semierótica, con la siempre bellísima y esta vez enamorada Edwige Fenech, que no tiene que luchar contra otra fémina para disfrutar de su novio el ex-boxeador “Ghandi”, que solo pega con ganas a los que odia, -lo que le impidió ser campeón mundial según la película-, ya que la rival de la Fenech son las obsexiones políticas de “Ghandi”, -ambos trabajan por sueldos bastante bajos según parece, y el además es el representante de los trabajadores ante los capitalistas de la empresa-, pero mientras ella prefiere disfrutar de las 3 horas libres del sábado para bailar, etc, él necesita informarse más aún sobre el socialismo y la revolución social, y lo primero es siempre los sábados ir a ver películas soviéticas y el poco tiempo que quede a bailar.

La película pega un giro de temática cuando Gandi salva de una brutal paliza por parte de unos nazis a un chico joven, al que lleva a dormir a su casa, para que se cure, hecho que tiene varias consecuencias: el chico joven resulta ser gay y se enamora de “Gandi”, éste que odia a los nazis, y al mismo tiempo a los maricones, y que nunca ha sentido nada sexual por ningún hombre, sin embargo ve a su joven amigo como una buena persona, lo que despierta en ambos sentimientos mutuos de ayuda; el resto de las personas que rodean a Ghandi, esto es, su novia Fenech, los compañeros de trabajo de ambos, la divertida y super cotilla portera del edificio donde vive Gandhi dudan sobre si Ghandi, que hasta ahora ha sido presentado como el monstruo de la masculinidad, ex-boxeador, amante de la buena comidad y de su novia Fenech, ha descubierto su nueva sexualidad.

Las escenas durante casi todo el metraje son divertidas y no repetitivas. La película no es tosca, las escenas eróticas breves ciertamente son porque las pide el guión, y trata mucho más temas que la típica comedia italiana de los 70: aquí se habla de política, del que dirán, del amor, de buenos sentimientos.

En general yo suelo ser un defensor del cine erótico de los años 70 y 80 en España y en Italia, -sin ser un especialista sobre el tema-, pues, aunque seguro que son tantas que las habrá de todos los colores, algunas son bastante divertidas, (casi todas las de Edwig Fenech en Italia y las de los Ozores en España lo son), y además el director Steno sube el nivel de la película en todos los aspectos.
En definitiva, sin ser la octava maravilla del cine, entretiene y con buen gusto. Para lo que corre hoy día, todo un tesoro.
Así que música maestro y, en este caso, salud camaradas, dejen de leer críticas, enciendan la televisión y vean la película.
P.D. Que grande era Steno (Recomiendo Guardias y ladrones 1951, Totó el rey de Roma también 1951), y que grande Monicelli que trabajó mucho con él.
P.D. Esta película la programan con cierta regularidad en el canal 8 Madrid TV.
18 de Abril de 2.022.
Piano y yo
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