3 días con mi papá

Tal vez el tema de la muerte de un familiar sea un argumento que se ha usado demasiado para desarrollar historias dramáticas con un tinte amable y descontracturado. Esta película no escapa a esa regla pero es esencialmente efectiva y disfrutable.

El guión mezcla avances y retrocesos temporales para definir a unos cuantos personajes que ocupan, cada uno de ellos, un rol protagónico según sea la escena, haciendo que esta obra sea una creación coral en cuanto a la psicología y descripción de la variopinta fauna que interpreta un numeroso y efectivo elenco. Hay situaciones y diálogos francamente hilarantes que por momentos parecen encajar en una comedia de enredos con superposición de diálogos, en los que unas voces hablan encima de otras en forma simultánea (si uno tiene un mínimo y fluido conocimiento del inglés captará muchos chistes que son prácticamente insubtitulables por la rapidez y brevedad con que se habla) opinando y cuestionándose por cosas muy graciosas que, a la vez, son muy dramáticas.

Hay momentos en que la sonrisa se convierte en ruidosa carcajada por lo absurdo de algunos acontecimientos. La ironía y el tratamiento crítico que se hace de las convicciones, prácticas, cuestionamientos y paradojas del catolicismo además de graciosos están planteados con mucho respeto.

La labor del elenco es muy buena, con especial destaque de dos grandes secundarios: Lesley Ann Warren y Brian Dennehy que con sus miradas y gestualidad hacen que el relato se simplifique en las ironías y son una demostración de talento y veteranía admirables. Asimismo, si bien la banda sonora no cuenta con cortes espectaculares ni rimbombantes, tiene unas cuantas canciones de autoría e interpretación del propio compositor de la música, John Ballinger, que son bellísimas.

Quizás el edulcorado desenlace se precipita demasiado sin un relato previo más elaborado y con escaso desarrollo. Aunque no es una obra mayor, me extraña singularmente la baja calificación de IMdb para una buena película que me atrevo a recomendar en estos momentos en que las salas de cine están cerradas y estamos sometidos a un doloroso confinamiento. Además del dolor que nos aquejan los miles de muertos que causa la pandemia, tal vez este filme permita lidiar un poco mejor con la finitud de las cosas y de nuestros seres queridos.