La venganza de los Muñecos 3

Esta tercera entrega de la saga se ambienta en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, por lo que se sitúa cronológicamente antes que las dos partes anteriores. En lo que respecta a detalles de ambientación histórica, uniformes, etc. la verdad es que no da demasiado el cante, considerando lo exiguo de la producción en esta clase de películas.
Lo importante en esta curiosa serie, a mi entender, no estriba en las historias, por lo general mediocres por ser amables, sino en el diseño de los muñecos y las barrabasadas que cometen. En esto último, está a la altura de las dos primeras entregas de la serie, no así en cuanto al diseño marionetil, puesto que aparece un único muñeco nuevo, un pistolero de seis brazos, que no llega al nivel de otros personajes más icónicos y molones como por ejemplo Blade o Torch.
Con todo, se explica el origen de la Mujer Sanguijuela o del citado Blade, así que nadie que disfrutase con las dos entregas anteriores, que de todo hay en la villa del Señor, debería perdérsela. En definitiva, sólo para fans de la serie o amantes de lo bizarro. Personas normales, abstenerse.

Tercera entrega de la saga iniciada con Puppet Master (David Schmoeller, 1989), y precuela de esta, centrada en el personaje de Toulon durante la época nazi. Dirigida por el prolífico director de serie B que ha realizado películas como Creepozoides (1987) y La Hermandad (2001), y protagonizada por Guy Rolfe (Dolls: La Casa de los Muñecos Diabólicos, 1987) y Richard Lynch (El Libro de los Muertos, 1993).

En Berlín, durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi desarrolla una droga que reavivará a los muertos, con el fin de utilizar esto en pro de la guerra. Toulon despierta la sospecha como un disidente nazi, y su secreto es descubierto. Durante una invasión nazi en su hogar, la bella esposa de Toulon promete vengarse con la ayuda de sus títeres animados Pero es asesinada; Toulon desea venganza y sus marionetas ayudaran en esta causa. Logrando escapar a Suecia y posteriormente a América.

La tercera entrega de la saga estrella de la productora Full Moon cambia por completo de escenario al trasladarnos al periodo de la ocupación nazi, elemento que aporta un aire fresco a la saga que es ayudado por unos personajes (algunos nuevos y otros conocidos) que suman enteros a la película, resaltando una nueva marioneta con mucho carisma. La trama es, como viene siendo normal, muy simple, aunque en este caso encontramos un plus en una gran cantidad de muertes, algunas de ellas bastante ingeniosas.

Puppet Master III es, de momento, la mejor entrega de la saga, con un argumento simple pero fundamentado, en el que las muertes están justificadas además de ser divertidas. El que haya pasado un buen rato con las dos entregas anteriores, tiene un buen rato asegurado con esta tercera parte.

Nota personal 6/10