El acecho
28
9 de enero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un grupo de hombres que viven por y para cazar a un hombre. Escuchas, espionaje, grabaciones, fotos, así trascurre su vida. La misión es abatirle una vez que se aseguren de la identidad de la presa. Pero frente a las numerosas suposiciones, Julius quiere tener la certeza total.
La acción se desarrolla en la ciudad, en lo que parece un modesto piso de periferia. Entre el grupo de “cazadores”, la tensión va subiendo a medida que van surgiendo desacuerdos entre los miembros. Unos quieren apretar el gatillo, Julius prefiere esperar y, mientras, uno de los chicos, Raphaël (Jean-Louis Trintignant) muestra cada vez más interés por la vecina de enfrente.
Poco a poco entramos en el mundo de estos hombres que comparten, por razones distintas, un único objetivo: cazar al antiguo nazi.
Un detalle tonto, que me intriga: Raphaël habla en francés desde la primera conversación con la chica que conoce y eso que se supone que están en Barcelona. De hecho, es curioso ver esos paisajes que resultan familiares, aunque sean de los años 60.
Film policíaco, psicológico, bélico, de gran sobriedad en la puesta en escena y en los diálogos, acompañado de ruido de puertas, pasos, llaves que giran…; a veces una música suave acompaña. Sin tener ese ambiente que envuelve, la película comparte la sobriedad de los films de Jean-Pierre Melville, por ejemplo El ejército de las sombras (L’armée des ombres, 1969), que cuenta los avatares de un grupo de la Resistencia o Crónica negra (Un flic, 1972). En El acecho, la ciudad costera que aparece al final se asemeja, salvando las distancias, a la ciudad del mar que aparece al principio de Crónica negra.
La acción se desarrolla en la ciudad, en lo que parece un modesto piso de periferia. Entre el grupo de “cazadores”, la tensión va subiendo a medida que van surgiendo desacuerdos entre los miembros. Unos quieren apretar el gatillo, Julius prefiere esperar y, mientras, uno de los chicos, Raphaël (Jean-Louis Trintignant) muestra cada vez más interés por la vecina de enfrente.
Poco a poco entramos en el mundo de estos hombres que comparten, por razones distintas, un único objetivo: cazar al antiguo nazi.
Un detalle tonto, que me intriga: Raphaël habla en francés desde la primera conversación con la chica que conoce y eso que se supone que están en Barcelona. De hecho, es curioso ver esos paisajes que resultan familiares, aunque sean de los años 60.
Film policíaco, psicológico, bélico, de gran sobriedad en la puesta en escena y en los diálogos, acompañado de ruido de puertas, pasos, llaves que giran…; a veces una música suave acompaña. Sin tener ese ambiente que envuelve, la película comparte la sobriedad de los films de Jean-Pierre Melville, por ejemplo El ejército de las sombras (L’armée des ombres, 1969), que cuenta los avatares de un grupo de la Resistencia o Crónica negra (Un flic, 1972). En El acecho, la ciudad costera que aparece al final se asemeja, salvando las distancias, a la ciudad del mar que aparece al principio de Crónica negra.
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