Kills on Wheels

Kills on Wheels no pasaría de ser una película de acción más del montón si no fuera por un pequeño gran detalle: sus protagonistas son minusválidos. Orbitando sobre ese giro de tuerca la película convierte un film típico de sicarios y mafiosos en un producto original que mezcla con soltura acción, drama y comedia.

Es curioso que creo que es la primera película húngara que veo en mi vida. Sin grandes alardes técnicos (tampoco los necesita) la calidad no desmerece de otras producciones europeas de más renombre y cumple perfectamente a todos los niveles.

Aparte de su acertado guión (y gracias al mismo), hay que destacar el buen hacer de los actores que forman el trío protagonista y especialmente al adulto del grupo, el personaje de un exbombero caído en desgracia y reconvertido en todo un antihéroe de cómic a ojos de sus jóvenes compañeros de aventura.

Inteligente y divertida, pero, sobre todo, diferente, porque veo lo de siempre, pero desde otra perspectiva. He pasado un rato más que agradable viendo esta película, porque me han gustado la ambientación y los personajes, el tono y el ritmo, lo que me cuentan y cómo me lo cuentan. Quizás no sea una gran película, pero tiene muchas cosas buenas. Con propuestas de este tipo, el cine húngaro está de enhorabuena, sí señor.

El buen cine se encuentra en cualquier lugar. De Hungría viene esta película; muy buena por cierto. Y lo digo con antelación porque es muy fácil sacarle punta a un lápiz, o dicho de otro modo, es de ser muy simple meter el dedo en ojo ajeno. Todas las películas tienen sus carencias, sus limitaciones, sus defectos, algunas de estas dificultades son resueltas a lo largo del metraje, gracias al talento, al ingenio o a la originalidad, y en otras ocasiones se dejan sin darle una respuesta válida, por poca visión, por falta de medios o por escasez de experiencia, entre otras inevitables razones. Kills on Wheels es una película original y autentica, bien realizada, bien interpretada, e inteligentemente bien resuelta.

Uno de los personajes principales es un exbombero de nombre Ruspaszove, que se encuentra en una silla de ruedas desde hace tres años, y que sale en libertad después de cumplir una condena en prisión. Destruido por perder su antigua vida, su trabajo, a su pareja y su movilidad termina por entregarse a las drogas y el alcohol emprendiendo de este modo un camino hacia su propia destrucción, infravalorando su vida se convierte en sicario de un mafioso para costearse su futuro incierto. En un centro de rehabilitación conoce a dos jóvenes adolescentes; Zolika que debido a sus problemas en la columna vertebral utiliza, al igual que Ruspaszove, una silla de ruedas y Barb con parálisis cerebral, compañero de habitación y de andanzas de Zolika. Sus dos nuevos amigos terminaran por ayudarlo en su también nuevo trabajo de asesino a sueldo. Otro personaje importante en la historia es Rados el mafioso despiadado y cruel que se sirve de Ruspaszove para eliminar a sus rivales. Cuatro papeles impresionantemente bien ejecutados dotan a la historia de un realismos tan cruel como humano. Un meritorio sobresaliente a estas cuatro interpretaciones.
El guión de esta historia está escrito por Attila Till que es además quien dirige la película, su segundo largometraje. Con Kills on Wheels demuestra un gran talento en originalidad y en atrevimiento, y en saber resolver tanto la limitación de la historia como su desborde. Con un muy buen planteamiento y una excelente dirección construye alrededor de los personajes una trama sencilla pero bien elaborada y con notable eficacia e ingenio, que demuestra que esta película es mucho mejor de lo que parece cuando acaba que en su propio comienzo, gracias a que resuelve las incógnitas y cuestionamiento de credibilidad de la historia, de un solo plumazo. Los bocetos de tira de comic que salen a lo largo del largometraje es una prueba evidente de la habilidad de ese director que demuestra que sabe muy bien lo que se trae entre manos. Esta sencilla historia, sin alardear en medios técnicos ni visuales, encierra una estupenda película, algo que no sorprende viniendo de Hungría donde se hace un cine de altura.

Pinta que Attila Till va dar que hablar en el futuro.

Otro talento de originalidad húngaro que he tenido la suerte de ver no hace mucho es “White God (Dios blanco)” tan excelente como sorprendente.

Una historia igual pero diferente, donde unos tullidos de manera surrealista se enfrentan a unos mafiosos sin escrúpulos y sin honor. Una historia contada como un cómic y llena de tópicos, pero con la reducida movilidad de los protagonistas.
Da una visión de las dificultades de los minusvalidos para hacer cualquier cosa normal, pero una cosa ha quedado demostrado, se puede tener movilidad reducida y una imaginación superdesarrollada que te convierten en un héroe de acción donde pueden mas lo bemoles y la mala hostia que dos bandas organizadas.

La vida desde una silla de ruedas con un toque de humor negro, ya hizo algo parecido Alex de la Iglesia con Acción Mutante. No es una película agradable, ni tiene un mensaje moral, tiene frescura porque son jóvenes y aun con las limitaciones que tienen, están llenos de vida.

Merece un 6 por atreverse a filmar esta poco probable historia de estos tres tarados que interpretan muy bien su papel.