Mondovino

Humilde documental, con respecto a sus medios, pero una soberbia crítica lanzada con cierta altanería al mundo del vino. Un repaso de lo político, social, cultural y a menudo psicológico, que rodea a los diversos productores y profesionales del vino en los dos hemisferios.

Puntos a favor que personalmente le encuentro al documental.
- Una visión muy clara del efecto globalizador que tiene el mercado del vino.
- La amplia representación de productores y su variada forma de entender la vida (mucho más diversos que sus propios vinos)
- Un producto (el filme) de correcta factura; fotografía, música, montaje… a pesar de contar sólo con una steadycam (cámara la hombro)
- La capacidad de Jonathan Nossiter para entrar en cada una de las bodegas (casas) que se propone, entablar una cordial conversación, presionando y preguntando lo justo para obtener algo así como una declaración en cada una de sus entrevistas.
- El lenguaje plano y directo para referirse a los vinos, evitando en todo momento esa pretenciosa jerga del elitista mundo del vino.

Puntos no tan a favor que personalmente le encuentro al documental.
- Un documental difícil de digerir a partir de las dos horas de duración, aún para los que nos vemos atraídos por este mundo. Extenso, que hace que la última hora resulte monótona y repetitiva.
- La parcialidad del director, no tanto por su postura o comentarios, si no por el propio montaje. Hay ciertas declaraciones que pueden sacarse de contexto.
- El apartado español (el mini documental sobre España) deja clara constancia del efecto globalizador y mercantilista que tanto critica. Una reunión con los mandamases del vino Español (focalizándolo hacia Ribera de Duero y Rioja) en lujosos hoteles y tiendas de Madrid y Barcelona. Regocijándose de los excelentes vinos que son capaces de hacer (noventaymuchos puntos Parker) y que el consumidor medio no se puede permitir. Y todo ello sin pisar una viña.
- Una vez más en el apartado español, las partidistas opiniones y completamente fuera de lugar, del taxista-distribuidor del documental en el territorio español.

Recientemente han pasado este documental por TVE-2, y sólo me cabe decir que coincido plenamente con los puntos a favor que señala la crítica anterior de Víctor.

No obstante, me llama la atención que en sus puntos "no tan a favor" menciona el llamado apartado español, el cual (creo) no aparece en la copia proyectada: aparece Pernambuco, País Vasco francés, Burdeos, Cerdeña, California, Nueva York, Londres, Florencia, y Cafayate/Argentina, pero ni una sola escena sobre España.

Por lo demás, un fascinante y valiente documental sobre la industria del vino, pero también sobre la globalización, el imperialismo USA, el fascismo en Europa,... que se me hizo corto en su duración.

Extenso pero documentado reportaje que sin requerir de una voz en off nos lleva a distintos lugares del mundo (desde Pernambuco en Brasil, hasta el Sur y Norte de Francia, costeando Cerdeña, Italia hasta el Valle de Napa, en los Estados Unidos,…) que nos ofrece distintas versiones de cómo los propietarios de diferentes viñedos viven de los beneficios que les aportan las distinguidas uvas que florecen de sus cepas a la espera de elaborar uno de los bienes alimenticios más apreciados por el hombre desde hace siglos.

Lógicamente Jonathan Nossiter procura mantener un debate sobre un eje de discordia que aborda el tema en cuestión: la lucha de élites en el mundo vitivinícola. No es lo mismo poseer un terreno de ocho hectáreas que poseer decenas de miles de ellas, crear un imperio y seguir las políticas de comercialización imprimidas en un solo sello (en el caso de las bodegas californianas de la familia Mondavi) a la vez que son asesorados por expertos como el francés Michell Rolland para que se asienten en Borgoña, o reciban el visto bueno cualitativo a través del olfato, desde un despacho en New Jersey, de uno de los mejores catadores del mundo, Robert Parker de la especializada revista “Wine Spectator”.

El conflicto se origina en un pueblo de Francia con la intromisión de Mondavi en quedarse unos terrenos y la negativa de frentes activistas que consiguieron cambiar una alcaldía para evitar el asentamiento de una familia norteamericana que rige sus patrones sin respetar la base de los orígenes en que se nutren las cepas para realizar buenos caldos. Y una razón justificada se demuestra en el testimonio de otra familia, Hubert y sus hijos Etienne y Alix de Montille, entre otros, que dan fe de una necesaria testarudez que los viñedos son de uno porque así generaciones anteriores han respetado para que siga así.

Imprescindible documental que nos enseña que hay detrás de lo que aparentemente se aprecia como un arte y acaba siendo un lucrativo negocio que roza el engaño y se ríe de la Historia con el fin de alcanzar las cotas de Mercado.

Rodada con calidad de super ocho y con mano de aficionado. Insufrible de ver con el movimiento de cámara errático y tembloroso. Aporta opiniones que en su mayor parte no se justifican, o son lugares comunes sobre los grandes vinos o exabruptos pretendidamente cómicos, hasta donde he podido aguantar. Lo del premio en Cannes puro chauvinismo.