El colegio de los animales mágicos

La película arranca presentando a quienes nos acompañarán a lo largo del film. Por un lado, muestra a los entrañables animales mágicos y, por otro, a Mortimer Morrison, el propietario de la “Tienda de animales mágicos”, que junto a su cuervo recorre el mundo en busca de más criaturas mágicas.

Ida, la protagonista, es una adorable niña –y bien podría ser la sucesora de Pipi Calzaslargas– que llega a su nuevo pueblo junto a su madre. Allí conoce a sus nuevos amigos Benny y Joe. Uno es un pequeño patoso y el otro el típico chavalín espabilado que quiere ir de malo, personalidad que el actor no acaba de interpretar con soltura. Además, el colegio tiene personajes muy cómicos como el director y el bedel, entre otros, que tienen cierto paralelismo con Seymour Skiner y Willy de Los Simpsons.

La cinta sorprende en muchos puntos con escenas musicales al estilo de El gran showman o High school musical. Y sorprende porque es un título que no acaba de definirse entre el género musical o el de aventuras. Esa combinación resultará curiosa para algunos, mientras que para otros gustos puede ser idónea. Aun así, El colegio de los animales mágicos es una propuesta entretenida, con valores como la amistad y unos protagonistas que harán disfrutar a los más pequeños.

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Con o sin niños, esta película es T E R R I B L E.
Fui al cine arrastrada por mi sobrino de 5 años y creí que dejaba allí solo al chiquillo. Puedo prometer y prometo, que no me he salido prácticamente nunca de un cine, pero si no llega a ser porque mi hermana me mata si le dejo solo, lo hubiese hecho.
Cualquier niño, adulto, perro o jirafa querría arrancarse los ojos antes de ver esta película.
¿Cómo alguien permite y produce estas aberraciones?