99 Mujeres

A pesar de su más que extensa filmografía, compuesta por más de doscientas películas rodadas por los parajes más variopintos del globo terráqueo, el abuelo Franco no es excesivamente conocido entre el gran público y tampoco goza (ni gozo nunca) del beneplácito de una rista de críticos lameculos. Y es raro, porque un tío que ha conseguido rodar tan exagerada cantidad de celuloide y permanecer laboralmente activo a sus 73 añazos merece sin dudar entrar en la historia del cine o al menos en el Guinness de los Records, dejando al margen la calidad de sus cintas.

Yo tuve la oportunidad de acercarme al personaje hace como un año, en una entrevista concedida a un periódico a raíz del anuncio de que el Goya de Honor 2008 iba a caer en sus manos. En ella el bueno de Jess contaba de una manera muy lucida como las subvenciones estaban destruyendo al cine español y como estas hacían que la creatividad de los filmes patrios brillara cada vez más por su ausencia . Su teoría, acertadísima, hizo que su nombre no se me borrara de la cabeza.

Hace poco he tenido la oportunidad de visionar por primera vez una de sus películas, esta “99 mujeres”. La ambientación recuerda a veces a aquella isla del Diablo del relato de Charrière (aquella cárcel de la que es casi imposible salir), y el reparto está compuesto por mujeres semidesnudas de una fuerza (física y psicológica) mayor que la de los hombres, manipuladores y torpes. El "Woman Power" tiene sin duda en Franco a uno de sus más ardientes seguidores.
La banda sonora parece sacada de una película setentera de James Bond con Connery a la cabeza.
Si bien no se puede decir que sea ni mucho menos profunda en los temas que toca, entretiene, algo con lo que Jess Franco se daría por más que satisfecho, según palabras textuales suyas.

Habrá que ver algo más de este madrileño internacional, sin duda.

Es casualidad, destino o teoría del subconsciente que el famoso 20 N haya sido la fecha en la que haya contemplado por primera vez una película del famoso Jess (sabemos por Favio Rossini que la fama es conseguir llevar una faceta al extremo hasta convertirla en sublime).

Hastiados de contemplar obras maestras del séptimo arte, mirando el cronómetro del DVD mientras elucubramos una nota adecuada a la personalidad creada en ese infinito llamado Internet, captamos lo insólito como gotas de agua en el desierto.
Reminiscencias del sabio Premutos o C. Fernández hacen que los sentidos se dilaten para captar una esencia que a mi humilde entender defrauda, avergüenza y humilla, pero que conquista de forma para mi inexplicable.

Franco no cree en los beneficios de la bondad pero cree en ella. Franco no cree en los hombres ni en las mujeres pero cree en ella.

Es lo único que he conseguido extraer de una película bastante chapucera y creo que descuidada, aun así bastante difícil de catalogar con una simple nota del 1 al 10.

Es curioso, pero la recomendaría simplemente para saber las opiniones que genera.
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El tío Jess, a parte de que era un buen tipo, estuvo condicionado por la maldita censura franquista, y esto se aprecia y mucho en esta regular película. No nos vamos a engañar, el guión es previsible, cuesta horrores que pasen los minutos (se hace eterna) y en las escenas más comprometedoras o quizás más interesantes aparece el dichoso fundido en negro. No sé si habrá circulando otra versión sin censura (lo desconozco) pero en la versión que visioné las tijeras campan por doquier. Eso sí, hay un poco de erotismo, cine mondo y momentos mínimos de intenso terror en la última parte de la película, concretamente en la escena de la huida de la reclusas por la selva, especialmente el intento de violación de una de ellas. Sin duda también el paso del tiempo le ha afectado demasiado.

Hay que reconocer que el señor Jesús Franco es un auténtico todoterreno del cine, múltiple cultivador de distintos géneros, es un director dela vieja escuela , todo un buscavidas , que siempre buscaba los gustos del público o sea sexo y violencia a tuti plen , eso sí siempre con su sello personal . En esta historia que nos ocupa , que transcurre en un improbable penal de mujeres a cual más hermosa y sensual . Una historia de mujeres y para mujeres ,Jesús Franco se adelantó varios años al movimiento power woman, tan de moda hoy en día . Con dos magníficas actrices, Mercedes Mc Cambridge y la angelical Maria Schell, sobre todo la primera, una actriz que bordaba los papeles de mala malísima , destaca con su papel de jefa de funcionarias de prisiones, por lo demás erotismo que se insinúa pero no sé muestra y algo de sordidez y violencia, directores como don Jesús ya no quedan por degracia.

Esta película me causó un gran impacto.

La ví en un pueblo de Toledo cuando tenía unos nueve o diez años. Nadie me advirtió de lo que iba a ver y llegó a ser lo más fuerte que había visto hasta entonces. Aún hoy tiemblo cuando pienso en esas escenas, como me pasa con otras tantas que ví años más tarde.
No, desde luego, mi idea de ver cine no es la de pasar un mal rato.
Tal vez ahora la vería con otros ojos; pero eso os lo dejo a vosotros, yo no me atrevo.