Sor Angelina, Virgen (C)

Emocionada semblanza realizada con gran precariedad de medios en la que un Francisco Regueiro inconmensurable hace gala de una habilidad narradora fuera de lo normal.

Desde el rasgueo de una guitarra española hasta unos ojos que miran de frente son capaces de generar fuerza interpretativa y eso el director lo sabe.
Y lo utiliza.
Lo utiliza con maestría.

Las escenas son una sucesión de realismo contenido y respetuoso, de vida cotidiana reflejada en cada frase y de intimidad que irradia hacia el exterior su mensaje.

Sor Angelina regresa 24 horas a casa. Allí se reencuentra con sus padres, hermanos, amigas y algunas vivencias de su muy grato recuerdo. La práctica del genial Regueiro en la Escuela Oficial de Cinematografía y sin duda uno de los mejores y más redondos trabajos de su generación: ya se advierte el humor, el surrealismo dentro de lo cotidiano, lo absurdo y lo anticlerical. Con precarios medios, Regueiro (cineasta fundamental, único e insobornable de nuestro cine, todavía no reconocido) entrega una película magnífica, llena de hallazgos y vigente. A descubrir.

Este corto de Francisco Regueiro posee una curiosa relación con otro del mismo año dirigido por Mario Camus, "El borracho", pero creo que es más interesante y casi tiene ya esa atmósfera tan personal del cine de Regueiro de los años 60 y 70.

La historia es sencilla: una monja visita a su familia, que emigraron de la provincia de Jaén a la ciudad de Madrid y viven pobremente en una casa del extrarradio. Hay realismo social, feísmo social (como en el corto mencionado de Camus; ese tipo de cine desgarrado debía ser lo más en el Nuevo Cine Español practicado desde el I.I.E.C. o la posterior E.O.C.), y ciertos detalles irreverentes, como el chorizo que se come la monja delante de nuestros ojos.

Hay buena dirección, buenas interpretaciones, buena fotografía en blanco y negro, y un estupendo uso de la música. Para que no falte de nada, Regueiro mete una referencia a su Valladolid natal y se encomienda a Gonzalo de Berceo en la cita inicial del corto. Esta referencia a la literatura medieval española es interesante, porque posiblemente Regueiro tituló su primer largometraje, "El buen amor" (1963), en referencia a "El libro de buen amor", del Arcipreste de Hita.