El alumno

Con un planteamiento muy poco creíble (alumno universitario perturbado, con instintos homicidas, acosa a una profesora, con cuadro depresivo, únicamente --no existe otra causa-- para que le suba la nota de la asignatura de ética) se nos ofrece este thriller con un argumento inconsistente y con un guion mínimo, lo que acrecienta la reiteración de situaciones fílmicas y el ritmo narrativo, en su totalidad, plano.

La verdad, solo con los dos personajes protagonistas (de lo poco salvable del film es el pequeño esfuerzo interpretativo de la actriz principal) se podría haber resuelto la trama, ya que los demás personajes (y aparecen unos cuantos, eso sí, carentes de mínima entidad) son prescindibles por completo: sin ellos, el hilo de la narración y el desenlace resultarían exactamente iguales.
Solo la secuencia final mantiene cierto grado de tensión, aunque se conoce, de antemano, cuál será su conclusión y el modo en que esta se solventará, como sucede en todos las producciones televisivas de parecida índole.

Una película, pues, prescindible, que refleja la dejadez estética de su director y la casi nula emoción de su contenido.