America Latina

Puede exasperar en algunos momentos, no digo que no, el visionado de esta tan inquietante como discutible obra de los D'Innocenzo, una pareja de hermanos cineastas italianos que ya habían llamado la atención cinéfila antes con su inmediatamente anterior propuesta, la interesante aunque igualmente descompensada 'Favolacce' ('Queridos vecinos' en España).

Y es que la película sigue permanente y exhaustivamente a un tipo, un exitoso dentista y padre de familia (con casoplón y vida más que resuelta), en su día a día en el trabajo, en sus momentos familiares y en sus salidas y confidencias con un amigo al que no le van tan bien las cosas.

Que el tipo esté representado por Elio Germano, el mejor actor italiano del momento tras Toni Servillo, ayuda a sobrellevar esa posible exasperación o tedio puntuales que pueda llegar a sentir el espectador, algo que en cualquier caso queda al menos momentáneamente interrumpido cuando este personaje baja al sótano y descubre algo inconcebible, desolador, que le hace dudar hasta de sí mismo, y a su vez, sobre él, al espectador.

Sobre este impactante descubrimiento gira todo el quid de la cuestión, y a este inquietante misterio nos agarramos para continuar siguiendo al cada vez más extraño dentista en su personal descenso a los infiernos. Que finalmente convenza la resolución ya es cosa de cada espectador, y al que esto escribe no le ha molestado -ni apasionado- especialmente, pero sí que le ha conseguido intrigar y permanecer interesado lo suficiente hasta llegar a ella... como para contemplar en positivo la propuesta, aun con sus problemas y trampas. Y pese su estiloso diseño, a veces más preocupado por ciertas florituras que por la narrativa.

Una de esas películas de cine radical que cada año nos trae una nueva edición del Atlántida Film Fest de Filmin, donde se puede ver estos días.