Mila Kunis encarna a una periodista talentosa de mediana edad a punto de casarse con un joven de NY de una elite a la que ella, mas trepadora que enamorada, quiere pertenecer a pesar de su procedencia.

Sus raìces incluyen a una madre soltera y trabajadora, con metas ambiciosamente claras para su hija a quien le marca el camino del éxito en términos de riqueza. Dinero: ni prestigio ni talento, virtudes que la protagonista tiene como valores genuinos.

Tardamos en saber que Kunis fue víctima de un tiroteo mientras era estudiante, un poco más se demora en tener idea de que ella podría haber formado parte del ataque cuando en realidad días antes había sido víctima de una violación grupal encabezada por su supuesto novio quien, quien por protegerse de la violación y porque puede, la acusa de haber formado parte del ataque.

Kunis, joven white trash, sensible e impotente es acusada de algo que no sólo no hizo sino, como se narra en un flashback de los tantos de la peli, se presenta como la fría asesina, cuchillo en mano, del tiroteador, quien urde el ataque por ser su gran amigo y protector en esa època de su vida.

Le arma una venganza por la que mata a dos de los violadores y deja lisiado al novio traidor. La joven Kunis -para entendernos, interpretada por otra actriz- cubre al violador y le clava un cuchillo en la yugular al amigo que urdió la matanza/venganza.

Nunca siente culpa ni nada.

Todo es brutal para esa chica.
Pero muy liviano en el relato que organiza esta película que relata el "empoderamiento" de la víctima cuando logra contar la verdad en un artículo del New York Times.

Más que celebrar la verdad, la protagonista, parece celebrar por sobre todo su logro profesional y la nota que firma junto a una foto suya a toda página en el prestigioso diario.