La película que más he visto en mis 33 años de vida... un guión bastante original y actuaciones memorables, prácticamente mi generación ha visto esta película cuando menos una vez. Lo mejor: indiscutiblemente el personaje de Christopher Lloyd, y Marty McFly ¿O debo decir Michael J. Fox?. ¿Lo peor? sus dos secuelas.
Anotación al margen: en latinoamérica tuvo un doblaje al español bastante famoso.

A pesar de ser una película desbordante de color, revela situaciones muy obscuras de la humanidad; aborda la vejez, la soledad, la obsesión, los sueños frustrados,las ilusiones rotas, el divorcio, la locura... y todo desde un punto de vista que entretiene y que no es para nada deprimente. La secuencia de la juventud y vejez de Carl es una de las mejores que he visto en la historia del cine. Por otro lado, al igual que Gran torino del maestro Eastwood demuestra que los ancianos lejos de ser abandonados en un asilo, tienen mucho, muchísimo que enseñar, y que nosotros tenemos mucho, muchísimo que aprender de ellos.
Esta película es una bella lección de cine.

Una joya de la animación. Cada escena es equiparable a una nihonga. Punto culminante de su carrera, este largometraje cierra con broche de oro la filmografía del maestro Miyasaki. Definitivamente no es para niños, temática y guión dirigidos a un público más maduro. Trata sobre la vida de Jirō Horikoshi, ingeniero en aeronáutica quien diseñó el famoso Mitsubishi Zero, avión japonés de guerra tristemente recordado por el bombardeo a Pearl Harbor y sus kamikazes. La parte onírica-aérea-mecanizada es lo más “Miyasaki”, pero cuenta con una historia de amor y drama imperdible, así como el preludio histórico a la Segunda Guerra Mundial. La animación y la atención al detalle es impresionante.

Definitivamente es una película difícil de ver, concebida ex-profeso para provocar, aunque guardando las distancias, ya no tan escandalosa como en el año de su lanzamiento. Para esto tendríamos que ubicarnos en la convulsa década de los 70, con la todavía hegemónica iglesia gobernando las buenas conciencias y marcando el destino de nuestras sociedades fuertemente católicas (leáse latinoamérica, Portugal, España y por supuesto, Italia). De igual forma, debe recordarse que fué filmada durante los duros años de las dictaduras en el cono Sur de América. Así que... ¿que es lo que pretende Pasolini? no más que dar una tremenda vuelta de tuerca a nuestras anestesiadas conciencias contando una historia sobre explotación, degradación y el abuso del poder que las oligarquías siguen ejerciendo sobre la gente; por eso los poderosos están representados como "el duque", "el presidente", "el magistrado" y -no podía faltar- "el monseñor". Los nombres ya están, podemos ponerles el apellido que queramos (Pinochet, el Vaticano, el FMI, etc.) Pasolini se vale de toda clase de parafilias para contarnos esta historia por demás perturbadora. Creo que ubicada dentro de un contexto metafórico, logra completamente su objetivo. Esto es cine de denuncia, provocativo, mucho de lo que le hace falta al séptimo arte de nuestros tiempos. Desgraciadamente, creo que la película sigue teniendo la misma vigencia que en 1975... ¿qué hemos hecho para impedirlo?