A decir verdad, se trata de una película muy entretenida. El film tiene un enfoque bastante original y distinto a lo que es el cuento de hadas de los hermanos Grimm, ya que más que centrarse en una historia de amor o en la figura de una débil y delicada princesa, la película adquiere un aspecto totalmente bélico y mágico. Así pues, abundan los encantamientos, hechizos y una magia negra que sorprende.
Con respecto a los paisajes he de decir que están muy conseguidos. Sin duda uno de los escenarios que más me llamó la atención y que podemos vincular fácilmente con el cuento de Blancanieves es el bosque lleno de hadas, de bellos animales, música celestial y paisajes armoniosos.
En cuanto a los personajes, destacar la actuación de Chris Hemsworth (cazador), pues destila dureza, dolor y compasión a la vez que una gran ternura. Charlize Theron (reina malvada), se mete de lleno en su papel, una mujer obsesionada con la belleza, el poder y la juventud eterna, dispuesta a hacer todo lo necesario por conseguirla. Kristen Stewart (Blancanieves) desprende la dulzura y el encanto típicos de las princesas, pero considero que en algunas escenas le falta el coraje y la sangre tan necesarios en esta versión bélica.
Por último y desde mi punto de vista, pues soy una gran apasionada de las historias de amor, cabe decir que a la película le falta ese toque de pasión entre Blancanieves y el cazador, ya que durante todo el largometraje surgen esas chispas y emociones que constantemente te dejan con las ganas de un beso o de que ocurra algo más entre ellos, pues se ve claramente como se gustan. Además, creo que hubiera sido buena idea ver con quién decide Blancanieves compartir el mandato de su reino, aunque se suponga.