Excelente película de Brian de Palma sobre la guerra de Iraq. Se le ha colocado la etiqueta de falso documental, pero no creo que la intención de de Palma fuera simular un documental. En está película vemos la guerra como un conjunto de imágenes rodadas por diferentes personajes. El quién está detrás de la cámara y como la maneja es tan importante como lo que vemos delante.

Tenemos al soldado americano que rueda con una videocamara doméstica. Dice que quiere ser director de cine, pero viendo como maneja la cámara, y las horteras cortinillas de transición que mete en sus vídeos, enseguida nos damos cuenta de que es un personaje inmaduro que ve la guerra como un turista que está de paso, sin tomar conciencia de lo que realmente pasa a su alrededor.

Luego estan los reporteros franceses que hacen un documental. Vemos imágenes bellísimas, oímos datos contundentes sobre los abusos americanos, pero no vemos el sufrimento de los iraquíes y tampoco vemos nunca a los reporteros franceses que estan rodando el documental. Representan la visión europea de la guerra: crítica pero distante, como diciendo criticamos pero no nos implicamos.

Luego estan los periodistas árabes que siguen, cámara al hombro, a la mujer embarazada herida de bala al hospital, que entrevistan la padre de la adolescente violada y asesinada. Representan algo que no estamos acostumbrados a ver en el cine americano: el punto de vista de los habitantes del país invadido.

Tenemos también la visión de las cámaras de seguridad que nos muestra como actúan los soldados cuando creen que nadie les está observando.

Finalmente tenemos las imágenes de Internet, donde cabe todo: desde el emotivo mensaje que la mujer del soldado americano destinado en Iraq envía a su marido, hasta los vídeos de los extremistas islámicos mostrando sus acciones, pasando por la chica antisistema que lanza un alegato antiamericano cargado de rabia. Internet es el caleidoscopio donde todas la opiniones tienen cabida y donde pueden ser emitidas sin la manipulación de terceros.

Redacted no es una película sencilla de ver. Es un experimento arriesgado. Es una película interesante, que merece ser vista.

Una de las películas más flojas de Pixar. Tan carente de originalidad, que el diseño del personaje principal ha sido descaradamente copiado de otra película: "Cortocircuito". Película que por cierto una cadena de televisión se ha apresurado a incluir estos días en su programación, por motivos evidentes. Lo mejor son los minutos iniciales, sin ningún dialogo, con el protagonista solo en el mundo, sin más compañía que una cucaracha. Luego, a medida que aparecen más personajes y empiezan los diálogos, la película va decayendo y se va haciendo cada vez más previsible. Tenemos robots que se enamoran (naturalmente uno es macho y el otro hembra, que si no alguién podía a empezar a pensar cosas raras). Una nave espacial que recuerda al barco de la serie "Vacaciones en el mar". Hay ecologismo light (extremadamente light). Cierta crítica al consumismo (pero no demasiada, no vaya a ser que luego no compren el merchandaising de al película).Y una sensación de "todo esto ya lo he visto en otras películas". No entiendo el éxito y las buenas críticas que ha tenido. Para los adultos la encuentro demasiado infantiloide y para los niños demasiado larga y pesada.

Para terminar: Lo de humanizar a personajes no humanos solo funciona cuando se utiliza como metáfora. Funcionaba en "Buscando a Nemo", porque se simbolizaban las relaciones entre padre e hijo. Funcionaba en Ratatouille, porque representaba a quienes buscan hacer realidad un sueño que parece imposible (que hay más improbable que un rata se convierta en cocinero). Pero en Wall-e los robots son robots y no representan ninguna otra cosa, por lo que al humanizarlos tanto lo único que se consigue es que terminen pareciendo ridículos.