A veces disfruto de un cine narrativo, otras cuando veo un gran ejercicio de estilo, pero pocas , muy pocas disfruto del cine como una torsión de mi punto de vista. Este último formato requiere una gran valentía, porque por definición no entra en los cánones de lo aceptado, ni popular.
En sí, hablar de lo "nuevo" no puede ser reconocido, a lo sumo, solo conocido y solo a veces admirado.
Solo he llegado a ver tres películas de este cineasta español, pero en los tres casos he visto un producto valiente e indómito a los formatos que el medio impone, y en este último caso sutil y elegante.
El dialogo teatral puede resultar artificioso, pero permite situaciones y elementos que no serían acompasados en otro formato, si no que se lo digan a un Dalí, o a un Unamuno en sus retóricas geniales.
Diálogos teatrales en una vida cotidiana, que a su vez se teatraliza en una obra. Un drama vital , sazonado con toques de humor y guiños estéticos casi pictóricos.
Me fascina la actuación de una Maribel Verdú madura, carismática, e impactante.
Quizás estaría mas cerca de merecer un ocho que un nueve, pero la valentía es un valor que se agradece por su frescura. Es única, y en mi opinión, GENIAL.