De tan mala que es...es mala. Mi voto por romper el mito de que la serie B debe ser cutre y mala. No, la serie B debe ser ingeniosa como mínimo para resultar atractiva, no debe verse como una competición para ver quien hace el mayor bodrio para que unos cuantos masocas aplaudan con las orejas. De la misma temática y con menos presupuesto, recomiendo Eating Raoul de Paul Bartel, donde al menos hay un esfuerzo de guion y dirección tremendos, destila cierta genialidad pero de forma tremendamente honesta, no pretende engañar a nadie.

En su primer film Cronemberg se atreve con todo menos con el sexo, aun siendo este, pieza central de la película. Y digo esto porque para Cronemberg lo gráficamente explicito es su marca de la casa, en lo violento y en lo corporal, es capaz de provocar sensaciones realmente desagradables y así lo demuestra en su primera película. Lo que le falla es que en un guion donde la trama gira en torno a la violencia sexual, ni las actuaciones, ni las escenas dan la talla. Las violaciones no son creíbles, los "zombis" no actúan como depredadores sexuales, rozando la mayoría de las veces el ridículo. Pretende meterse en fregados muy oscuros como el incesto o el sexo de menores, pero esta oscuridad no llega a penetrar nuestra mente debido a esos fallos que nos sacan constantemente de la película. Aun así, buena declaración de intenciones de lo que estaría por llegar.

Buen cine de género made in España, con connotaciones políticas y sociales más que evidentes. Heredera de Cube en su estilo y argumento, nos presenta en un micro escenario y muy pocos actores situaciones que ponen al límite al ser humano.

Algunos dirán que es naif en su argumentario, otros que excesiva en lo visual y para otros demasiado abstracta en su concepto y desenlace. A mí personalmente, sin contradecir lo anterior, me parece una gran obra donde estos "defectos" resaltan como sus grandes virtudes.

Primero, no deja de ser cine de género, no hay que sobre analizarlo, no trata de ser transcendental, reflexiva, etc. Segundo, el carrusel de sensaciones que recibe el espectador viene por lo explícito de su imagen y sonido (mención especial a este, fenomenal), no sobra sangre, no sobra violencia, ni heces, ni asco ni repulsión, se trata simplemente de eso, de mostrar el lado mas grotesco de las personas. Y por último, sobra cualquier explicación, lo que es, es y lo que no te explican lo deduces, lo interpretas o lo cuestionas tú como espectador activo.

Nota sobre el final en el Spoiler

De buen principio la película parece funcionar viento en popa, tiene los ingredientes necesarios para agradar a buena parte de los fans del slasher y porque no, de las míticas producciones italianas de cine Giallo. Jóvenes atontados, asesinatos originales, estéticos y sangrientos pasan delante de nuestras retinas a buen ritmo y los recibimos con agrado y cierta euforia. Pero el globo se empieza a deshinchar así como avanza la trama, descubrir los asesinos es un tremendo bluff y el final es desastroso, parece como si no hubiera sabido como terminar la historia, muy muy descafeinado. Y es curioso, porque los que hayáis visto algo de Giallo (Suspira, Profondo Rosso, por citar loss más clásicos) coincidiréis que los finales no son precisamente su fuerte. Álex de la Iglesia perdió una oportunidad para hacer algo diferente dentro del género slasher, como hizo con las Brujas de Zugarramurdi dentro del género fantástico con su apoteósico final.

Aquí todo es cutre y nada funciona. Soy fiel defensor del cine de serie B, porque pese al bajo presupuesto de este tipo de cintas hay ejemplos de esfuerzo e ingenio infinito en algunas de ellas. No me suele divertir el mero hecho de que sea cutre, mucho aficionado repite el mantra de "me gusta de lo mala que es" y no, no tiene por qué ser así. En esta película nada es divertido, los momentos cómicos son muy lamentables, lejos queda de guiones sobresalientes como Evil Dead o Brain Dead o Bad Taste o Eating Raoul (la lista es interminable). Los diálogos son sosos y los personajes nada carismáticos, ni por excéntricos ni sobreactuados nos hacen levantar una ceja. Está falta de ritmo hasta caer en el sopor, la chica protagonista, se pasa media película en la ducha sin hacer nada, solo existe por el mero hecho de ser capturada y rescatada. Y sobre los efectos especiales, bueno, aquí probablemente ha ido el 90% del presupuesto de la película, disfraces de goma espuma que en cierto modo resultan grimosos y decorados circenses más o menos logrados. En definitiva, una mala película de serie B donde todo falla. Totalmente prescindible