Aunque la película tuvo bastante impacto en su salida y, no solo por el famoso cruce de piernas de Sharon, hay ingredientes que la degradan minuto a minuto.

Desde el comienzo sorprende el lenguaje, que puede tener justificación para el carácter de mujer fatal de ella, pero todo está sexualizado sobremanera y puede ser incluso una aberración para los tiempos de igualdad que corren. La película hace gala de un machismo desproporcionado y, verla en versión original pone los pelos de punta, la excesiva violencia injustificada y trato del actor hacia el sexo femenino así como la permanente sobreactuación de Michael Douglas no tiene ningún sentido.

No se transmite deseo, pasión o lujuria, se transmite violencia y eso aborrece y desconcierta al espectador. La obra es un catálogo del cuerpo de Stone con una actuación magistral.

Aunque la película y su argumento es bastante dinámico, en ciertos momentos hay situaciones irreales, sobreactuaciones casi siempre presentes o incluso las persecuciones callejeras son cutres para un sector tan experimentado como el americano. Un título pasable, muy sexualizado y machista. Si consigues apartar todo eso, es posible que incluso pases un rato de entretenimiento.