La película no es del todo mala, incluso es entretenida, pero surgen varios interrogantes: ¿qué es exactamente creerse un cowboy? ¿llevar la indumentaria tradicional y montar a caballo de vez en cuando? Mas allá del delirio de Harlan, creo que ni el guionista ni el director lo tenía claro. Suena divertido y hasta prometedor, pero en la realidad es poco convincente. Eso sí, con una cuidada fotografía.
De los personajes sabemos muy poco: un padre severo y ausente, una adolescente rebelde y un hijo retraído y ensimismado. Apenas son tintes superficiales en los que no se ha profundizado demasiado. El personaje de Tobe, recuerda casi inmediatamente al de Tracy en “Thirteen” (también encarnado por Evan Rachel Wood)
Finalmente parecería que Wade entra en razón, pero sus hijos siguen aún en la nebulosa.

En principio la idea es atractiva, aunque muy mal abordada. El protagonista y director (Chris Waitt), se propone un reencuentro con todas sus ex novias, para entender los motivos por los cuales simpre lo abandonan; y por fin ser capaz de tener éxito en sus futuras relaciones. Chris es básicamente un holgazán, depresivo, desaliñado, infantil, sin proyectos, con problemas de erección (producto de sus neuras) ¿Y todavía se pregunta por qué lo dejan?
En su recorrido irá documentando el proceso de una forma agresiva, egocéntrica, exhibicionista y patética. Lo que a Chris le hace falta es un poco de humildad y unas cuantas sesiones de terapia.
Get a life first!

Una película muy bien lograda.
Con unas grandiosas interpretaciones de sus dos actrices principales. Logra una poderosa conexión y una química en pantalla, perferctamente plasmadas.
Isabelle Huppert y Sandrine Bonnaire, un dúo inmejorable.

Una película dogma cargada de emociones, que retrata el dolor de sus personajes con mucha intensidad.
Resulta verosímil y muy conmovedora.

Tal vez los momentos más interesantes de la película son cuando ambos son niños. Una vez adultos resulta un absurdo sinsentido de interminables juegos perversos, con el subtexto del ¿amor?
La estética se asemeja al estilo de Michel Gondry y Jean-Pierre Jeunet, la cual es tan atractiva como cansina. Y como "broche de oro" un final como algodón de azúcar. Puaj!
Lo mejor: la versión de Louis Armstrong de "La Vie en Rose" y el guapo Guillaume Canet.