Inusitadas veces nos escondemos tras el velo de lo despreciable, lo incomprensible... tal como en la mente de Pink; este joven se encuentra cara a cara con el vacío existencial, tal como el que sufre cada alma humana, en algún momento de nuestras pequeñas vidas dentro del macro sistema social y cultural.

Este film refléjanos el martirio y la desolación que implica el darnos cuenta de nuestra soledad e incompletud, llevándonos hasta el límite de nosotros mismos a través del lenguaje universal de la música, única e insustituible (de la mano de esta extasiante banda). Cruda y salvajemente transita nuestro inconciente dándonos una mirada tanto social como individual del contexto occidental; film que por supuesto aparece en los albores de los ochenta, pero que describe una realidad cultural y social que no deja de tener vigencia.

Sin duda una obra de arte que en algún futuro cercano dará cuenta de lo que la locura significa en realidad, ese mundo mágico que habla de nosotros... ¿será acaso ésta nuestra verdadera realidad?

Esta película coloca al género zombie en una nueva categoría, mezcla el terror y el humor con una originalidad que desorienta a los fanáticos de entonces que buscaban en este género ciertas características estandarizadas por el director Romero. Así, se pueden apreciar diferencias tales: Zombis mas inteligentes, rápidos y peligros; la obsesión de devorar cerebros humanos para calmar el dolor de la muerte, se los puede matar solo incinerándolos, etc.

Como la vida no escatima en paradojas, también se puede pensar a esta película como una anticipación de lo que un año después se conocería como el desastre de Chernobil, cuya explosión nuclear aun tiene efectos sobre la salud. En este film vemos como el producto de la negligencia humana libera un químico que despierta a los muertos, tal como pasaría poco tiempo despues en esta central nuclear.

En particular por el valor histórico y fílmico de esta película considero que debe ser tomada mas allá de su calidad cinematográfica como un film digno de ser mirado.

Una propuesta interesante que devela lo obnubilante que puede ser la ciencia en la obsesión por descubrir algún sentido a nuestra existencia. Un film mental que explora las emociones colectivas, ya que experimentando en el umbral nos encontramos ante la posibilidad de explorar esa única verdad inminente reconocida en vida llamada muerte. Es de esas películas que te dejan pensando, mas allá de su narrativa despierta en el pensamiento del espectador reflexiones filosóficas inherentes a nuestra naturaleza cósmica y humana.

No puedo describirla de otra manera:

Intransigente en sus insignias, manipuleo del corazón que llora a moco tendido cuando en si es moco y agua y sal y siempre alimento.
como no poder decir palabras si es escritura y sello cuando habita en las historias, como no reducir al recuerdo cuando nunca fue olvidado, como no gritar a los cuatro vientos cuando estas enamorado.

Sin dudas este film es más que una ida hacia el horizonte, sin recortes ni tapujos nos lleva a ese lado oscuro donde una simple luciérnaga puede hasta cegarnos de deseo, en la inmensidad de este universo, allí se esconde y desde allí grita para dejar a la abulia posmoderna ahogarse en las callecitas Rioplatenses... resplandecientes como los hilos de esta historia que atrapa sin encarcelar y que apena de tanta felicidad.

Un encantador viaje hacia lo más profundo de cada si mismo, develando lo simple que resulta todo más allá nuestros miedos existanciales, al cambio, la muerte, la soledad. Es esta una esperanzadora historia que nos recuerda de que nunca estamos solos cuando nos animamos a más.
Un sutíl remedio para esos treintones sentimentalistas y cobardes que no esten conformes con su mediocre estandar de vida y quieran vivir una vida plena de azañas; un delicado haz de afectos de insondable dicha y ternura que te acompañan a lo largo de esos hermosos veinte minutos.