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Críticas de Karlsterio Kovas
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
4
5 de enero de 2020
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una coproducción de la Fox y StudioCanal (la antigua Canal+) plagada de actores franceses y británicos, y está muy ligeramente basada en la novela de H.G. Wells, que a este ritmo va a ser la obra literaria con más adaptaciones televisivas del mundo. En el mismo año que esta serie han hecho otra, ambientada en el siglo XIX, que por cierto es bastante superior a la que tenemos aquí.

Si alguien espera una adaptación cuando menos parecida al libro pero ambientada en la actualidad, que se vaya olvidando: esta serie se parece al libro como un huevo a una castaña. Y además, tiene más de castaña que de huevo, ya que la serie es aburrida con ganas. Apenas hay acción. Más de la mitad de la serie son planos largos de los personajes caminando o metidos en un interior pero hablando todo el rato de su familia. De vez en cuando hay algo de acción, pero estas escenas están muy mal tratadas, con pésimos enfoques de cámara, sin ninguna emoción.

Las interpretaciones quizá sea de lo único que se puede salvar de esta serie. Hay actores y actrices que, a pesar de los aburridos diálogos, hacen todo lo que pueden. Pero el guión les obliga solo a llorar cuando pierden a algún ser querido. Los personajes no sufren más presión, no parecen preocupados por la situación apocalíptica en la que se encuentran ni se vienen abajo, y solo terminan secando sus lágrimas cuando algún familiar (la familia, otra vez la familia) termina palmando. El resto del metraje se lo pasan con la misma cara de póker de siempre.

Hay que mencionar aparte los efectos especiales, pero no por su calidad, sino por su práctica inexistencia. Bien es cierto que se puede hacer buena ciencia ficción con efectos mínimos, pero para eso el ritmo debe ser rápido, interesante, y mantener la atención del espectador, cosa que no logra en ningún momento la serie.

Los cambios de focos terminan mareando al espectador. Al principio de la serie los protagonistas aparecen separados en varias subtramas. Estas subtramas van pasando de una a otra muy rápidamente, en algunos casos solo están activas por un tiempo de apenas unos segundos. El espectador termina mareado porque no sabe a qué viene ese cambio de foco de la acción, y esto es algo de lo que se abusa mucho en la serie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Karlsterio Kovas
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6
15 de julio de 2020
12 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unos jóvenes que hacen el Camino de Santiago desaparecen en el Pirineo navarro. La Guardia Civil encuentra sus pertenencias, y entre ellas hay mucho material grabado con sus teléfonos móviles que es lo que pasamos a ver. Con esta premisa arranca esta serie del siempre interesante José A. Ledo, y aunque es una serie correcta, falla en lo principal: su nula capacidad para sorprender al televidente.

La historia está correctamente narrada. Los capítulos son cortos, de apenas 15 minutos cada uno, y se puede ver tranquilamente de un tirón. Las interpretaciones, que recaen en su mayoría en actores y actrices jóvenes, son también aceptables: cuando sus personajes han de tener miedo, tensión, o entrar en pánico, los intérpretes lo saben reflejar . El guión está bien estructurado. La producción, la realización, los exteriores (bellísimos), están bien tratados, y la serie destila un buen hacer que ya quisieran otras muchas series de este lado de los Pirineos.

Pero falla en algo. Y falla en el propio concepto de la serie. Todo lo que nos aparece en pantalla son las grabaciones que hicieron los protagonistas con sus dispositivos móviles de los sucesos que ocurrieron durante la desaparición, algo que hace 20 años podía ser muy novedoso, pero ahora, en 2020, está ya demasiado trillado. Son demasiadas las películas y series que hacen de este concepto su máxima seña de identidad, desde Blair Witch Project hasta (salvando algunas distancias) REC.

Con este sistema es muy díficil mantener la atención del espectador. La cosa se complica cuando vamos avanzando en la serie y no vemos sorpresas, ni tampoco una tensión que nos mantenga pegados en el sofá. Es todo muy previsible, las acciones se desarrollan y conforme lo van haciendo nos vamos imaginando el resultado final, sin que nada nos pueda sorprender o inquietar. Para una serie que basa su interés precisamente en eso, en la inquietud que pueda causar, a medio camino entre el thriller y el género de terror, todo esto no es una buena señal.

Afinando más podríamos también echar la culpa de que la serie no cuaje a los personajes protagonistas: los jóvenes adolescentes descerebrados que desaparecen en los bosques navarros tienen el carisma de una mesa del Ikea, y aunque los actores se esfuerzan de dotarles de miedos y temores (en este tipo de productos los protagonistas son siempre víctimas, nunca héroes), nos pasaremos la mitad del metraje deseando que se los carguen de una vez. Los personajes están ligeramente estereotipados: están el guaperas, la guapa, el amante de los cacharros, el raro, y la chica perteneciente a una minoría étnica, aparte de secundarios como el tío raro y seco (¿por qué la gente rara es tan seca? ¿es que no pueden ser raros y además simpáticos?) y los personajes-relleno que aparecen de vez en cuando para dar más énfasis a la naturaleza de los malos.

En definitiva, una serie de correcta factura a nivel técnico, pero que trata un tema muy visto de una forma muy convencional que no logra mantener el suficiente interés.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Karlsterio Kovas
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7
3 de agosto de 2020
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El equipo de una base científica en la Antártida se dispone a volver a sus hogares tras pasar el verano polar trabajando en la misma. Dejan allí, durante el invierno, a un pequeño retén de trabajadores que mantendrán la base operativa hasta la llegada del nuevo verano. A la vuelta del verano vuelven algunos trabajadores, encontrándose con varios cadáveres y un misterio que tendrán que resolver hasta que llegue la policía.

Ésta es la historia de esta coproducción entre Mediaset, Hulu Japan, y HBO Asia. Aunque el reparto es muy internacional, si nos fijamos en los nombres del staff técnico veremos que en su mayoría son españoles. Parece que tanto Hulu como HBO han puesto principalmente el dinero para llevarla a cabo. Los hermanos Pastor, creadores de la serie, tienen experiencia en situaciones similares, ya que no es la primera vez que se ponen al frente de un reparto de actores/actrices internacionales para desarrollar una de sus historias.

La serie no deja de ser un thriller en el que sus protagonistas se encuentran encerrados, que si bien en esta ocasión se desarrolla en la Antártida, bien podría haber ocurrido en una estación espacial, una base submarina, o un poblado en el Amazonas. Normalmente en este tipo de series el director intenta que el aislamiento sea un personaje más, que el sentido de claustrofobia o de confinamiento sea de vital importancia en la trama. En esta serie, aunque se intenta, no logran transmitir esa sensación en el espectador. Los personajes se encuentran aislados, pero rara vez se desesperan por salir de ese lugar y en pocas ocasiones lo intentan.

La serie, eso sí, es tramposa. Con el recurso de tener dos visiones complementarias, y al mismo tiempo opuestas de lo ocurrido, mantiene al espectador pegado frente a su televisor. La información se da con cuentagotas y nunca de forma de completa: siempre nos queda la duda de saber quién miente, quién dice la verdad, y cuánta cantidad de esa verdad hay que la que dicen. El director juega con el espectador, le da pequeñas dosis de información, y maneja el tiempo a su antojo para crear una falsa sensación de misterio. De hecho, la trama no empieza clarificarse hasta el 5º episodio, cuando la serie consta de 6 capítulos. Durante esos 5 episodios el espectador estará intentando encajar la información que se nos da en el primer capítulo haciendo elucubraciones sobre lo ocurrido.

Las interpretaciones son correctas. El reparto es competente, con algunos intérpretes noveles y otros más experimentados cuyas caras nos sonarán como secundarios de otras películas y series. La cara más conocida para el público español quizá sea la de Álvaro Morte, nuestro querido "Profesor" de la Casa de Papel, poniéndose en la piel del cocinero de la base, español como el actor que le encarna.

A destacar sus efectos especiales, pero no por lo positivo. En las escenas del exterior de la base el chroma se ve a la legua. Que yo recuerde, es la única serie que, rodada en los últimos 15 años, cuando vemos una maqueta se nota perfectamente que es una maqueta. Afortunadamente no influye para nada en el desarrollo de la serie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Karlsterio Kovas
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