Si nos vamos a las dos primeras partes nos puede venir a la mente una sensación agridulce y de desilusión por parte de muchos fans. La primera, abusaba del metraje y se iba haciendo cada minuto más densa. La segunda, una película envuelta en una épica que no aparece de verdad en ningún momento y que se caracterizaba por su carencia de personajes.
En esta tercera parte, Jackson se ha deshecho de todos esos errores de principio a fin. El metraje está bastante reducido comparado con las anteriores; ningún momento de la película es tedioso o desesperante; por primera vez siento empatía hacia los personajes y veo que el guión quiere transmitir un buen mensaje y que por fin le ponen verdadero drama en las escenas; las interpretaciones son en algunos casos simplemente correctas y en otros maravillosas (quiero destacar a Sir Ian McKellen, Martin Freeman y Richard Armitage).
Posiblemente la subjetividad en esta película me ciegue de sus errores, que los tiene, pero para los fans de aquella trilogía que marcó nuestra infancia como es la de "El señor de los Anillos" puedo decir que se sentirán satisfechos con el final de esta precuela. Un placer volver a ese maravilloso mundo creado por Tolkien llamado Tierra Media de la que siento nostalgia al saber que para regresar allí me tengo que quedar con solo seis películas.

Sin duda alguna es la PELÍCULA que todo amante del cine vuela después de verla. Desde el primer segundo con la música de Nino Rota ya nos hipnotiza, después esas secuencias de la boda, Marlon Brando en uno de los papeles de su vida, Robert Duvall, Diane Keaton, James Caan y por supuesto el gran descubrimiento de Al Pacino. Todo en esta película es perfecto, la dirección y guión de Coppola son redondos, la estructura, el ambiente, la banda sonora, etc. Posiblemente sea la mejor película que he visto en mi vida, aunque no la que más me ha gustado. Como dicen algunos: "Es Shakespeare en el cine". Una gozada.

Creía que no podía ser peor que la tercera entrega, pero me equivocaba. La trama es absurda desde el principio: han decidido tirarlo todo por la borda hasta el punto en que se ha convertido en una película de zombies más con los tópicos de siempre. Resuelta que es una película de "terror" en la que no hay sustos, ni hay autenticas escenas que nos produzcan miedo. Van a lo más sencillo que es el gore de moda para llenar las salas y no trabajan para hacer una película verdaderamente sobre el Diablo.
Recuerdo que cuando vi la primera entrega tenía once años y salí del cine aterrorizado, rozando el trauma, nunca había visto una película de terror igual. La cuarta, me produce más risa que miedo.
La dirección sosa: se olvidan del metraje encontrado como ya pasó en la anterior. Hecho que hacía que la primera y segunda fueran lo que fueron.
Los actores tampoco se salvan, ni si quiera Manuela Velasco.
Pero lo peor de todo es el guión, es lo menos original que he visto en mucho tiempo y tiene un final que perfectamente lo podría haber escrito un niño de cinco años.
Todo lo demás es más de lo mismo. En resumen, una película que busca mucho los billetes y poco el talento, puede que no les guste ni a los fans de la saga.

Cuando las luces se encendieron en la sala de cine, tuve la misma sensación que cuando cortas una relación con una novia a la que has querido mucho. ¿Y ahora qué? ¿Cómo ha de afectarme? ¿Me voy a tener que aplicar a vivir sin esto? Acostumbrado a que todos los años, justo cuando terminaba una película de Harry Potter te entraban las ganas de que se pasara el año rápido para poder ver la siguiente cinta. Pero ahora las cosas cambian, y no habrá un continuará, se acabó la saga más exitosa de la historia del cine, se terminó ver crecer a los protagonistas principales, finalizó una serie de películas que marcó a toda una generación. Después de todo esto, es cuando te das cuenta como has crecido tú también al mismo tiempo que los personajes de las películas; la infancia, la adolescencia y la madurez abarcan estos diez años entre las ocho partes. Es para agradecer, persona por persona, hasta llegar a 3000 los que han hecho posible cada filme de la franquicia.
Esta última parte, consta de unos treinta primeros minutos muy a la altura de su antecesora, en la que vimos que era muy densa y en algunos momentos incluso bastante hueca, pero todo mejora, la acción se apodera de Hogwarts y todos los personajes se encuentran en una situación extrema. Un caos, una batalla, un final que dura más de una hora de metraje y que se te pasará volando. Entre todo ese tiempo, también hay espacio para el sentimentalismo, y es que hay verdaderas sorpresas que nunca habían salido a la luz durante toda la saga.
Pero no es solo asombro, muchas emociones aparecen, desde intriga, hasta llanto. Es imposible que no te salga alguna lágrima viendo los últimos minutos de la cinta, en los que te lleva directamente a tu infancia.
David Yates, ha sido más listo que en las otras tres películas que estuvieron bajo su dirección. Decide hacer auténtico cine de aventuras, acción, drama, y sobretodo, visualmente poderosa y espectacular.
Steve Kloves, ha reflejado como se debía hacer, cada una de las palabras de los libros para pasarlo a guión cinematográfico
El trío de oro acaba este Harry Potter demostrando que son actores que no fueron elegidos para realizar su papel por casualidad. No nos imaginamos otros mejores para interpretar a Harry, Ron y Hermione que ellos. Ya los veremos crecer profesionalmente en otros proyectos de otro tipo.
Y por último, agradecer a J.K. Rowling por crear una fantasía que nos hizo soñar con ella, porque cada vez que queramos ir al castillo de Hogwarts de magia y hechicería podremos coger una página de los libros o un plano de las películas. Larga vida a Harry Potter.

Esta cuarta entrega, es la más dinámica de todas las cintas del mago. Este "Cáliz de fuego" posee tres pruebas donde encontrarás acción trepidante cada segundo de ellas. Un dragón, un lago y un laberinto tendrán el placer de ver al Harry Potter más espontáneo y menos perspicaz que en las anteriores. Se abandona el misterio que afectaba a los personajes principales de las antecesoras y descubren la adolescencia. Esa parte de la vida en la que se empiezan a despertar las hormonas. Por eso, también, es la más personal, el reflejo perfecto se puede ver en las escenas antes y/o durante el baile. Las calabazas, los celos, la inseguridad, todos los sentimientos que florecen a esa edad se pueden ver en el trío principal.
La trama se consolida mucho más, por fin se le da un aspecto físico al Señor Tenebroso Voldermort y comienza la lucha entre los dos enemigos. Ralph Fiennes en su papel breve, pero brillante nos muestra a un antagonista muy bien definido y maravillosamente perverso y oscuro.
La dirección cambia, otra vez, y en este caso Mike Newel, y otra vez, se puede ver claramente el cambio. Mucho menos oscuro que Alfonso Cuarón y menos familiar que Columbus, su trabajo es de notable alto. Un director muy inglés donde se observa notoriamente su punto fuerte, la comedia romántica.
Como adaptación es simplemente infiel por completo al libro, pero no te arrepentirás de verla.
Por cierto, en esta entrega es imposible no enamorarte de Emma Watson.
Con la cuarta película, llega la nostalgia, saber que no podrás ser participe de algo tan maravilloso como debe de ser un rodaje de este tipo, ya comienza a ser parte de tu vida esta saga y que para poder vivir en ese mundo mágico solo puedas ver estas maravillosas películas del joven mago.