Tan sencillo como eso: sabías a lo que venías. Con esta simple frase podemos describir este film, que... ¿por qué? Tan simple como el mero desarrollo de la película en sí misma... un personaje principal "carismático", típica apariencia de tipo duro, y una velocidad endiablada en el ritmo de la película desde el primer minuto hasta el último, escena tras escena, plano tras plano, acontecimiento tras acontecimiento. No busqueis tres pies al gato, normalmente tiene cuatro y esta no es la excepción, no busqueis un guion extraordinario, es de lo mas vulgar, no busqueis un director excelente, no lo encontrareis, y en definitiva, no busqueis una película sublime, pocas hay y no es esta precisamente... señores, sabiais a lo k veníais, es un film de simple entretenimiento audiovisual, simplemente una manera de echar el rato con un par de risas y un par de mantecados para aquí y para allá, no busqueis más. esto no es una película de culto ni un clásico, es simplemente una película, puro entretenimiento para un rato de cara al público, no es la mejor película del mundo, pero ni mucho menos la peor, simplemente es eso, una película cuya finalidad es pasar un rato semi agradable frente a la caja tonta, lo cual, por mucho que a ciertos supuestos entendidos en la materia les pese, también es cine...os la recomiendo con un par de cervezas en el cuerpo y un par de buenos colegas alrededor, desde luego sera un buen rato que recordar, siempre y cuando tengais en cuenta lo ya mas que repetido : SABÍAIS A LO QUE VENÍAIS!!!

Tengo un gran amigo al que le decimos "moñino". No es su apellido, simplemente su padre consideró hace unos años, cuando el chico era aún un niño inocente, que si le rapaba la cabeza y le dejaba una moña sería el chaval más vacilón y adorado de su colegio. En consecuencia, así actuó, consiguiendo con ello que, a raíz de tal moño, mi gran amigo se ganara un apodo para toda su vida, de tal forma que hasta su madre lo conoce por ese gran mote.

Y os preguntareis ¿por qué el idiota este pierde su tiempo contando esta historia que no me interesa?

La respuesta es sencilla: Esta serie es tan sumamente patética, odiosa, aburrida, fantasma, irreverente, tediosa, soporífera, vergonzosa, desastrosa, asquerosa, irreal, burda, absurda, prescindible, rescindible, censurable, defenestrable, ponzoñosa, vácua, desesperante, flagelante, tortuosa, esperpéntica, desagradable, yerma, vacía, cargante y todo lo que se quiera poner en la lista y más, que cualquier crítica está de más, por lo que prefiero haberos contado la historia de mi gran colega moñino, que es de largo, mucho más interesante.

Espero que pronto hagan una reforma del código penal para poder procesar a todos los partícipes de esta serie por crímenes contra la humanidad, y todas las personas que la hayan seguido, y sobre todo a los padres que permiten que, en gran mayoría, sus hijas, observen esta santa bazofia e intenten imitar las santas tonterías que se muestran en sus colegios e institutos.

Tela con la gente...

Clint Eastwood poniendo cara al protagonista, encendiéndose una cerilla en el primer resquicio que encuentra, observando a los enemigos con la frialdad que le caracteriza, con frases lapidarias tales como "los Rojo a un lado, los Buster a otro y yo en medio", y con escenas memorables, tan inimitables y auténticas como el mismo actor, ejemplo paradigmático el momento en que, tras hablar con el sepulturero, se planta frente a los Buster para increparles por molestar a su caballo...tengo que seguir o no? no, mejor voy a fumarme un cigarrito, eso sí, encendiéndolo como Clint!

Amelie, una película que es capaz de depertar los más profundos sentimientos del espectador...



A mí personalmente, me produce un cúmulo de sentimientos y sensaciones desproporcionadas, confusas, que no soy capaz de discernir con exactitud.



En concreto, la mezcolanza entre las ganas de vomitar hasta la primera papilla que me dio mi madre cada vez que veo 10 segundos seguidos, junto con el ansia por defecarle en la cuenca ocular izquierda a la moza, así como la constante y soporífera sensación que me invade escuchando los vácuos diálogos tan idiotas como desafortunados, y la desesperación inherente al desarrollo de la trama desde el segundo uno al último, hacen de Amelie una película imprescindible para mí a la hora de hacer una barbacoa, como combustible para hacerme unas brasas y cocinarme un buen tocino. Eso sí, la música durante 30 segundos mola, al segundo 31 duele en el tímpano, cuando llega al oído interno.



Os la recomiendo.