"Franzt" es, en principio, un serio alegato contra la guerra.

Película elegante y sobria, que permite entrar en el interior de los personajes y vislumbrar sentimientos muy difíciles de sobrellevar: el dolor, la culpa, la duda, el recuerdo y la pérdida absurda de seres queridos, todo ello sin entrar en maniqueísmos.

Sin obviar, tampoco, la parte de responsabilidad que toda persona tiene sobre los hechos.

La lucha interna de los personajes, a poco que se empatice con ellos, se siente durísima. ¿Qué hacer? ¿Cómo seguir? ¿Cuándo parar? ¿Dónde están los límites?.

Es también, a mi modo de ver, una historia de amor, no de amor romántico , ni tan siquiera dual, no, es más bien un amor a la verdad que se encuentra con muchas trabas.

Te pasa los capítulos pensando en a ver cuándo alguno revienta.

Es tremenda. Nada se antepone al narcisismo masculino, es más se reivindica como "conditio sine qua non"...non te haces millonario antes de los 30.

La exposición clarísima de la homoafectividad, amistad la llaman es genial.

Los discursos de defensa del capitalismo salvaje de alguno de los personajes están muy bien atados, hay que reconocerlo.

Una serie muy entretenida, con cabos sueltos.

Tristisimo y desesperante todo.
Un ejercicio de crueldad que traspasa los límites del hiperrealismo recreándose en un testimonio ficticio tremendo.
Los actores...magníficos.
Secuencias ágiles que aumentan la angustia.
Creo que el libro en el que está basada, será digno de leer.