Para mí, "Tron" nació a la sombra de "Blade Runner" y cuando todavía estaban frescas en la memoria la otra obra maestra de Scott, "Alien", "El imperio contraataca" y "La guerra de las galaxias". Quienes fuimos a ver una película de género nos aburrimos como ostras, no nos sirvieron de nada los alardes tecnológicos dentro de una historia plana como un folio en blanco. Con gusto me quedo con el derroche de creatividad "analógica" y de genio argumental clásico de las mencionadas. Frente a ellas, "Tron" es una película que sólo puede presumir de haberse anticipado a la revolución del 3D con una historia 1D, una pobre carta de presentación.

Una historia tópica pero sólida, y con algunos elementos originales, quizás hubiese dado para algo más de duración. Los personajes están bien definidos salvo algún secundario, demasiado histriónico.

En definitiva, no es una película redonda, pero muestra que la animación española va por muy buen camino. Es una película para niños que gustará a los niños y no aburrirá a los mayores.

Mi nota tan alta es para los directores artísticos, Esteban Marín y Oscar J. Vargas. Me inclino ante ellos, sus decorados dejan con la boca abierta.

Me decía alguien "Brick" le había recordado a "El Halcón Maltés". Sin duda el adolescente Brendan bebe mucho de Sam Spade en este magnífico "polar" ( policiaco parece ser una palabra demasiado larga para ser utilizada en este siglo, y "thriller" es un palabro feísimo) y el final es clavado. De hecho, "Brick" es una película de esas que van recordándote otras durante todo el pase. Podría decir también que Rian Johnson no sólo bebe de Huston; David Linch también está presente, en una versión más austera y discreta. Como la palabra "pastiche" suena despectiva y ésta es una película excelente, diré que me ha parecido una "película aglutinante", un contínuo homenaje a la historia del cine policiaco, realizado de forma magistral.
Otro punto a favor es el "dépaysement" (el problema de saber idiomas es que uno siempre encuentra la palabra justa en la lengua equivocada) el traslado de una historia arquetípica a un escenario extraño. Me parece un recurso sencillo y eficaz, sobre todo si está bien encajado y no se cae, como tantas veces, en el paralelismo torpe, en la parodia involuntaria.
¿He dicho austera? ¿He nombrado a Linch? Menos mal que sigue habiendo gente que demuestra que se pueden hacer grandes cosas con pequeños presupuestos. Apliquémonos el cuento.

Actores muy guapos (más que actores, modelos de revista), chistes de encargo y una historia romántica de lo más previsible. Producto de gran consumo y corta vida, con olor a rosa y carente del encanto de un género que puede dar mucho de sí, con algo más de ambición.