Desde ya el concepto es genial, una película de "adolescentes" (aunque la película esquiva géneros y los utiliza todos) que reflexiona sobre la vejez y el paso del tiempo.
El cine arte del presente, dijo Daney. También el cine es un arte que tiene muy presente su historia, su historia es físicamente en si el cine (el celuloide), las imágenes están ahí. Y en esta película es donde la inmediatez del presente (gags sobre facebook y I-pods) hace aparecer el pasado y las imágenes de Caligari o Nosferatu pasan a habitar las pantallas plasmas rodeadas de colores chillones, el pasado y el presente se unen con excusa de una temática vampirica.
Pero lo que pesa en el personaje de Silverstone es no solo el tiempo y la vejez si no el peso de la historia que esta conlleva, la memoria que no puede eludir.
Es inentendible por que esta gran película del Hollywood contemporáneo no llego a salas argentinas.

Si hay una película cuyo tema es la mirada, el lenguaje de esta, la mirada de, y la mirada sobre, es Behindert de Stephen Dwoskin.
El juego, el intercambio de miradas es lo único que nos ocupa en los primeros 15 minutos (y en el resto de la película más o menos también), la mirada intenta parecer natural, o distraída, dispersa, pero no puede evitar ser atraída hacia el centro gravitacional del lugar, a donde no puede dejar de posar la mirada, una mujer por supuesto.
Primero nota la mirada, luego nota el tono, la sensualidad o la fascinación, entonces lo que refleja la otra mirada, la mirada de respuesta pasa de ser curiosa a una bastante nerviosa ante la insistencia. Lo más sorprendente es que la primera mirada de la que hablo es la cámara en si como si fuera naturalmente un ojo, una mirada.
Esta fue una pareja real de Dwoskin, una actriz, en esta película cada uno se interpreta a sí mismo, capaz por eso directamente logran reducir todo a la mirada. Igual la mirada cambia con la relación, pasa de ser amor, a algo más tranquilo, más ligero, algo más cercano a la costumbre, y por último la separación, y varios minutos, incontables minutos de una mirada de sufrimiento, de darse cuenta de la decadencia y el cambio para mal, pero sobre todo lo peor es que la mirada muestra que es un sufrimiento soportable, se puede vivir con él, pero no con Dwoskin. Así que el plano final se aleja de los rostros y las miradas, y solo vemos un cuerpo alejándose, durante unos segundos. Y el final.

(publicada originalmente en pasteldementa.wordpress.com)

“La Quintrala” de ese director que cada vez me parece más importante, Hugo del Carril, allá por los 50 ya director independiente, unos años antes que Cassavetes. La película cuenta el conflicto de una mujer “pasional” que se enamora de un cura, casi un santo. Pero siempre desde el egoísmo o la maldad. Así que a pesar de los intentos del buen cura todo terminal mal, dios se harta de esta mina y les manda un terremoto a los pobres chilenos que lo destruye todo, menos a ella claro. La película tiene un tratamiento plástico muy diferente al cine argentino de la época, el cine de Hugo del Carril en general lo tiene, se trabaja mucho con la composición desde la sombras y con unos geniales travellings, algo muy distinto a ese cine clásico argentino de las “comedias blancas”. Lo que hace Del Carril es trabajar en un mundo distinto al de los estudios que le permite contar historias distintas como “La Quintrala”, el conflicto social de “Las aguas bajas turbias” o la historia del amor obsesivo y enfermo de “Más allá del olvido”.

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Brad Bird es un gran director, sus 3 películas anteriores a “Misión imposible 4” son geniales, y esta última que aunque quizás se la menos buena (por lo menos en apariencia) de su corta filmografía es también la mejor entrega de la saga de Misión Imposible. El merito esta en pensar en el cine de acción como justamente eso, una acción-reacción y la cámara registrándola, nada de los montajes frenéticos y recortadores de Michael Bay o Nolan, si no la misma esencia del cine de Keaton, ya que Tom Cruise escalando ese edifico altísimo (y que nos da un tremendo vértigo) podría ser el equivalente a Harold Loyd colgado del reloj.

El protagonista de esta película es Brana “Floyd” un vago de 28 años que vive con sus padres, que se levanta tardísimo, y se pasa de facultad a facultad para así evitar ir al ejercito, también tiene una novia a la cual deja embarazada justo antes de dejarla y su mayor amor un Fiat 600 versión yugoslava, el cual arregla y repara durante el trabajo, en un taller mecánico, cuando tendría que estar arreglando los autos de los clientes, su sueño es ganar la Nacionalna Klasa un evento de carreras amateur de fiats 600. Pero toda las actitudes irresponsable de Floyd son en realidad actos de desesperados por conseguir la libertad, sin su única meta es ganar esa carrera (para que lo llamen de un equipo de rally profesional supuestamente) y queda cegado solo por ese objetivo es porque las otras opciones, las cuales va ignorado a lo largo de la película, son horribles, el ejercito, los padres de su novia que lo quieren casar (aún ella odiándolo) o la ridícula caricatura que es la facultad de teatro.
Así la película va mostrando varios gags, al protagonista haciendo malabarismos entre distintas situaciones y personajes para llegar a la carrera, con una narración rápida y donde todos los elementos van funcionando en función a la situación que va a surgir luego. Luego de todos los giros el final es ciertamente pesimista incluyendo una trágica última cena.

(publicada originalmente en pasteldementa.wordpress.com)