Tomando en cuenta que sólo es una película, para quien es creyente es una película que refuerza la fe, nos hace darnos cuenta qué tan solo está en camino de Dios a veces, más aún el celibato, también cómo las personas malintencionadas toman cualquier pretexto como bueno para asesinar. Para quien no es creyente también puede reforzar su impiedad, tomando en cuenta que al final se ven las personas con quien habló el buen cura, haciendo lo mismo que les recomendó dejar de lado. Un santo es aniquilado, solo, nadie lo ve venir, ni el mismo obispo se preocupa mucho por el asunto. Antes de eso, busca que sus feligreses sean mejores personas aún si tiene que recibir insultos; al final trata de escapar de su destino buscando que la curia lo mueva de sede, pero vuelve fuerte, con fe, como cualquier otro santo, muere pero no surte efecto (o al menos eso trata de dar a entender el filme). Llama la atención también la analogía que el médico hace de cómo un ateo ve la muerte, comparándola con un niño que ha perdido la vista, esperaría que sus padres enciendan la luz, pero eso no sucederá jamás. Hace alusión a lo que sería la muerte si en realidad no existe Dios, llega el final de tu existencia y estás en la eterna oscuridad, esperando a que tu Padre encienda la luz, te lleve al paraíso prometido, pero nada ocurre. En fin, esta película para quien no es creyente es un aliciente para no ser devoto, los buenos no son escuchados, son olvidados, ni sus hijos los entienden y les reclaman, son objetos de burlas y no son respetados. Muy buena actuación de Gleeson, tal parece que su mejor, vale la pena verla.