Por lo general, no me gusta puntuar series hasta que concluyen, pues cada nueva temporada afecta a la valoración global. Por desgracia, la BBC ha confirmado que se ha cancelado la 4.ª temporada de Detectorists y ya puedo recomendarla sin reservas.

El argumento es casi inexistente, un par de amigos en un pueblo pequeño que salen al campo con sus detectores de metal con la esperanza de encontrar oro. Por suerte, el resto es impecable: diálogos ingeniosos, personajes que parecen patéticos al principio, pero a los que acabas cogiendo cariño gracias a unas magníficas interpretaciones, la campiña inglesa ofreciendo sus mejores tomas, una banda sonora folk que siempre sabe cuándo entrar…

Claro, tiene sus fallos. Para empezar, si lo británico te causa rechazo, olvídate porque la serie es muy inglesa (recomendable escuchar las voces originales). Además, la trama suele sustentarse en los típicos malentendidos que podrían solucionarse fácilmente si los protagonistas se decidieran a hablar y hay subtramas y personajes que desaparecen cuando podrían haberse explotado más.

En fin, una de esas series reconfortantes, capaces de arreglarte un mal día. Sírvete un té y déjate llevar por los prados de Essex. Podrías encontrar oro.

Tras ver la película, lo primero que te preguntas es: “¿Era una de espías?”. Porque sí, marca todas las casillas del género: agentes dobles, viajes por medio mundo, peleas, persecuciones, microchips encriptados… Pero la verdad es que esa sutileza, por decirlo de algún modo, que se le presuponen a este tipo de películas brilla por su ausencia. Aquí no hay dudas sobre la moralidad, ni sobre la lealtad a tu país o a uno mismo, ni complejos juegos políticos. O quizás sí, porque el guion, por llamarlo algo, es tan difuso y tiene tantos agujeros que, si no apagas el cerebro, te va a resultar imposible disfrutar de la película.
En cuanto a los actores, se les exige poco y aun así parece que están más por el colegueo que por intentar dejar algo memorable. Tampoco se les puede culpar.

¿Entonces es una mala película? Pues no. Al menos yo me lo he pasado pipa, con unas persecuciones muy bien rodadas, combates con una buena coreografía (nota para todos los que se empeñan en meter mujeres en películas de acción; aquí sí parece que Ana pelea y no que el pobre secundario está en un combate de la WWE) y, en general, toda la acción es muy disfrutable. Excesiva hasta el ridículo a veces, sí, pero aquí hemos venido a jugar.

De modo que, si quieres ver a gente guapa peleando y corriendo, explosiones que hacen volar la pantalla y olvidarte del número de viudas que ha dejado esa operación “limpia” o de la cantidad de lesiones potencialmente fatales con las que Ryan Gosling sigue sonriendo y haciendo cabriolas, no te defraudará.

Mejor con palomitas y refresco grande.

En pocas palabras, ¿Podrás perdonarme algún día? es una película plana sostenida por un par de protagonistas magníficos. Puedes ahorrarte el resto de la crítica.

Sí, la música es envolvente y la fotografía elegante y los secundarios están a un gran nivel. Técnicamente la película es irreprochable, pero es que no hay más. La historia de la estafa es casi costumbrista; no hay grandes sumas de dinero ni exóticas obras de arte ni medidas de seguridad extremas.* Y cuando empiezas a preguntarte cuándo va a empezar la acción (no me refiero a peleas o tiroteos, evidentemente) ves que ya apenas quedan 20 minutos de película.

En definitiva, un eficiente biopic, aunque al no ser un personaje conocido, supongo que dejará fríos a muchos.