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España España · Leganés
Críticas de WESTERNER
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
10
15 de mayo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charles Chaplin es un autor cinematográfico clásico, él mismo dirige, elabora el guión y protagoniza esta inolvidable película, y todo lo hace de forma brillante.
Su figura goza en la actualidad de gran prestigio. Pues siempre ha suscitado la admiración unánime tanto de la crítica como del público. A mi modo de ver, sus mejores películas son las de la época muda, ya que fue en este largo periodo donde consolidó una forma de contar historias propia.
Con Chaplin y su característico personaje: Charlot, irrumpe en el arte cinematográfico el hombre cotidiano con el que millones de espectadores de todo el mundo se sentían identificados, su inconfundible iconografía: bastón, bigote corto y un gastado bombín encarna los valores prototípicos de los personajes desfavorecidos propios de las novelas de Charles Dickens, influido por supuesto por la figura del entrañable cómico de vodevil y por los personajes característicos de la Comedia del arte italiana como Arlequín o Polichinela… mas Chaplin añade ese toque distintivo tan personal transformándolo en un perdedor optimista
que jamás pierde la integridad y las buenas maneras ante la adversidad… en esta película
el buscador solitario (Charles Chaplin) no muestra cólera, sino que se sobrepone tratando
de facilitar la vida a los demás en todo momento.
Chaplin logra con La quimera del oro una de sus obras maestras más rotundas. Inspirándose en la catástrofe de la Sociedad Donner, una de las numerosas expediciones que iban a California en 1847, y cuyos miembros se perdieron en las montañas de nieve y se devoraron los unos a los otros. Chaplin traslada este suceso a la época del descubrimiento de oro en Klondike, Alaska en 1898… de hecho la película se rodó en la propia Alaska en un interminable rodaje de quince meses, algo muy poco usual para la época y que solo una figura como él pudo llevar a cabo. Así lo que cuenta en esta película son hechos trágicos pero de los que Chaplin se distancia mediante su personalísimo estilo cómico.
Con esta película los espectadores tenemos la sensación de que el cine, ese jóven
arte incipiente de apenas treinta años está creciendo ante nuestros ojos. Su inventiva le hace renunciar a estructurar la película en torno a una trama, ya que se trata más bien de una su
cesión de situaciones cohesionadas en torno a la aventura y a una historia de amor; el tiempo fílmico se alarga y se estiliza, y dichas situaciones se dilatan para acercarnos a esa cotidianeidad.
Así, por un lado hay unas secuencias en las que se muestra la tragedia de unos hombres refugiados en una cabaña pasándose frío y hambre, aquí Chaplin despliega su gran inventiva para componer precisos gags visuales, algunos forman parte de la memoria sentimental de los cinéfilos como cuando Big Jim McKay (Mack Swain) y El buscador solitario han de comerse una bota asada para no morir de inanición o as alucinaciones provocadas por el hambre llevan a Big Jim McKay) a pensar que su compañero es un pollo vivo (perfecto empleo de los encadenados visuales).
El otro bloque de secuencias tiene que ver con las visitas de El buscador solitario al pueblo más cercano. En un salón conoce a Georgia ( Georgia Hale) una jóven prostituta solicitada por Jack Cameron( Malcolm Waite) uno de los hombres más altaneros y mujerie
gos del pueblo. En un principio Georgia utiliza a El buscador solitario para provocar los celos y la ira de Jack, invitándole a bailar para desembarazarse de sus continuos requerimientos…. Pero poco a poco Georgia va enamorándose de él.... Posteriormente Georgia y sus amigas visitan la cabaña en la que vive Chaplin, juntos ríen y disfrutan, por lo que deciden volver a reunirse todos para cenar juntos en Nochevieja. Él prepara la mesa con esmero, se duerme y en su sueño llegan sus invitadas, incluida Georgia, dentro del sueño él realiza para ellas el famoso número de los panes, una pantomima genial que constituye otro de los momentos míticos de la película.
Más la realidad y la fatalidad del destino vuelven a imponerse y El buscador se ve solo de nuevo, acude al salón y observa presa de la melancolía, por entre sus cristales escarchados la fiesta de nochevieja…. El destino cambiará de nuevo y al buscador solitario y as u compañe
ro Big Jim McKay les sonreirá la suerte.
La Quimera del oro es, como bien define su autor en los créditos iniciales: una co
media dramática. La tragedia y la comedia se combinan y se superponen perfectamente por
que la maestría en la puesta en escena visual de su autor hace que los espectadores nos
ríamos ante situaciones que si nos ocurrieran a nosotros mismos no nos causarían risa en absoluto.
La fotografía corre a cargo de Rollie Totheroh y Jack Wilson y pese a que aún la movilidad de la cámara es escasa, logran sacar un partido perfecto a los decorados, a través de planos generales o suaves travellings. La distancia a la que colocan la cámara y la alternancia entre planos generales, planos medios y primeros planos reflejan transmite a la perfección las emociones humanas de una película filmada con el corazón.
Que más se puede decir de esta extraordinaria película… Pues que refleja al ser humano en todas sus facetas, que transmite ternura y a la vez melancolía, que todos nos podemos ver reflejados en ese buscador solitario que es un extraño en todas partes y que su único consuelo es su firmeza y su convicción de que en la vida nunca hay que rendirse y que las adversidades pueden superarse. Por supuesto la vida de Chaplin es un ejemplo de ello, pues su vida está en sus películas… En fin una genialidad que forma parte ya de las obras maestras del Arte mundial, una verdadera delicia en la que el espectador que tenga aún la suerte de no haberla visto reirá y se emocionará como pocas veces en su vida.
WESTERNER
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