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Críticas de Gloriasolisdeo
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Críticas 11
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
28 de octubre de 2018
21 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se echa de menos el humor de la serie original. Aquí, sin embargo, resulta que el guión adolece de un inusitado hoyo argumental. Pero vamos por partes:

Sabrina, la joven bruja, está en vísperas de ser la futura novia de Satán. Ciertamente, no es que yo mismo sea un cristianísimo indivíduo al que le molesten estos asuntos. Pero a la vez, no puede decirse que sea un cambio de estilo que me haya convencido. Porque Sabrina es (era), en principio, una bruja patosa que, lejos de hacer pactos con el diablo, se mete en líos ella solita, ejerciendo una magia que no necesita de sangre, vísceras, ranas machacadas, o gallos triturados. Y en la serie original, prácticamente la trama resulta de arreglar esos líos que ella misma provoca, todo regado con dosis de sarcasmo y apoyado en la actuación de los artistas.

Esta serie sin embargo me resulta extremadamente chocante en ese apartado: Lejos de una sabrina que encandila a los críos, es una serie quizás mucho más orientada a los adultos que ya vieron la primera: Aquí hay violencia, sangre y muertos. Diría que han dinamitado la idea de una serie "familiar", que era precisamente por lo que mi generación pudo disfrutar de la "Sabrina: Bruja Adolescente". Y esta es la auténtica pena del asunto, no es una serie que se deja ver. No es la bruja inocentona y patosa: Aquí se enfrenta a peligros sobrenaturales muy reales y de consecuencias mortales. Es por tanto una serie para individuos que ya conocieron a Sabrina, pero lejos de mantener el aspecto inocente y divertido y el tono humorístico, la han decidido cambiar en una suma de historias de macabro morbo, de resultas que el aspecto que precisamente era el más recordado de la serie original, acaba siendo rechazado.

Es comprensible que entonces digan que es una serie nueva. Pero ahora bien, tampoco es una serie que responda a las aventuras de la Sabrina de los comics de Archie. La sabrina de Archie es más parecida a la Sabrina de la primera serie que a esta. Entonces ¿Qué Sabrina es la que estamos viendo? Pues la Sabrina de Netflix, supongo. Igual que el Archie de Netflix. ¿ Y qué significa esto? Que se va a quedar entre dos aguas, que promete mucho y hace poco, sobretodo porque quiere abarcar muchas cosas y no se dan cuenta los productores y los propios guionistas que es algo imposible mantener la frescura de la "serie original" (como nos han venido los paniaguados de los críticos del periódico) si precisamente sacrificas lo que le daba frescura, que era el tono humorístico.

Porque Sabrina no tiene humor. Resulta que si unimos "Terror" y "Adolescentes", algo que es muy años 50, lo que nos puede salir como producto son dos cosas: O bien una casposa adaptación de una peli de serie B, o bien una pelicula de terror con tonos de humor como "Jennifer's Body". Y Sabrina ni siquiera se ha decantado por el humor negro. No es una peli de serie B tampoco, ya que gracias al cielo, la tecnología ha avanzado mucho, y la Sabrina vive en el hoy, no en el Riverale de Archie. Es decir, está fuera del tiempo, fuera de tono, y fuera de influencia. No es una serie para adolescentes, es una serie para adultos; no ocurre en los años 50, sino en los 2000; y no tiene humor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gloriasolisdeo
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10
24 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La idea de una narración que contrapone a dos miembros de la especie humana, ya sea por que sus vidas siguieron trazados similares, o por el contrario , por ser completamente diferentes, la comenzó Plutarco hace siglos ya con sus "Vidas Paralelas", cuando decidió que su primer libro fuese "Alejandro Magno y Julio César".

Sin desmerecer a aquellos dos grandiosos generales, he aquí que este género literario es refundido dentro de la pequeña pantalla y toma como ejemplos paralelos la vida de dos mujeres que eran tan similares como para jamás llegar a comprenderse. La serie es un magnífico ejercicio de reflexión sobre el Hollywood dorado, sobre el peso de la fama, sobre la enemistad (y por tanto, sobre la amistad), sobre la vejez, y sobre la soledad. En ningún momento decae la narración, en ningún momento me he sentido aburrido por los diálogos de ambas actrices ( y he de decir que aunque amo a Jessica Lange, símplemente con Susan Sarandon se me olvidaba por momentos que era ella; era como si viese a la misma Bette Davis actuar: su caracterización es impecable). Cierto es que la imagen que se da de Crawford es sin duda la de una maniática y neurótica del orden y de las buenas formas: todo ello recargado del tinte de la hipocresía moral. Pero sin embargo, no me ha generado antipatía, en cierto modo y en algunos momentos, he visto una parte de mí en esa Joan Crawford insegura que desea que todo esté bajo su control, que sale de una familia disfuncional, y que es capaz de hacer de todo para dejar atrás ese pasado.

La Vida Paralela de Crawford, Davis, tampoco fue una santa, aunque su desparpajo y mordacidad la hacían divertida y simpática. Crawford sin embargo no usa esas armas, usa una máscara de santidad, para ocultar lo que se cuece debajo del telón: comidillas, mamandurrias y favores cuyo objeto era hundir la carrera de sus enemigos.

Pero es sublime, y la única palabra que puede decirse es esta precisamente, sublime cómo el guión entrelaza las dos vidas: Crawford admirando el talento de Davis, Davis admirando la belleza de Crawford. Ambas odiándose mutuamente por los dones divinos de la contraria, jugando a despecho por las migas de la mesa...Aquí no importa los orígenes temporales de la disputa, es algo mucho más espiritual, más trascendente, lo que se pretende narrar: ¿Envidiamos a nuestros héroes, a nuestros enemigos, porque ellos tienen algo que nosotros consideramos no poseer? Siempre se ha dicho que la peor maldición es conocer a tus ídolos: Cuando les observas, son humanos, seres falibles, a veces incluso desagradables; creamos altares y tan pronto conocemos al dios, los rompemos con amargura. Dame un ídolo, y te entregaré barro deshecho, es así cómo funciona: nuestro inconsciente nos traiciona con tal de creer que hay algo superior a nosotros mismos.

Esta serie no va de cuándo se comenzaron a odiar, va de por qué. Y de por qué ese odio se mantuvo hasta la muerte. Y es una serie que refleja algo del alma humana, y por tanto, es amarga, porque la verdad es amarga. Es un espejo en el que asusta reconocerse, y por eso mismo, es una serie fantástica.
Gloriasolisdeo
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7
8 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene momentos flojos, y le falta lo que llamaríamos un "conflicto" o "nudo", pero "El Diablo viste de Prada" símplemente modifica el esquema típico de la "comedia de embrollo": Chica novata mete la pata en el trabajo e intenta solucionarlo con planes disparatados que la meten en un lío mayor, para, finalmente en un acto de aclaración, solucionar todo ¿A quién no le suena esto?...En este caso, la trama pasa a ser un conflicto entre la vida personal de Andrea (Anne Hathtawy-muy mona y correcta ella) y su vida profesional (con la draconiana Meryl Streep como jefa), y de ahí que comente que le falta un "nudo" o embrollo como tal, pues apuesta más por lo psicológico: éxito vs. felicidad. Y aunque parezca típico, siendo realistas en este mundo post-capitalista, al final todos pasamos por ese trance entre decidir tener más que el vecino a base de aguarle la fiesta, o tener poco pero disfrutarlo.

Tomada como lo que es, esto sería, una comedia con toques dramáticos sin pretensión de volverse una "obra maestra" ni una crítica a ese mundillo de la moda (de hecho, yo diría que es una "defensa"), es un producto consumible y disfrutable, amén de muy visible: a quien le guste la moda y el mundillo de la pasarela puede hacérsele incluso más entretenida que al lego en la materia. Al tener un ritmo muy rápido,no se hace aburrida. Y toca temas que sí pueden pensarse como típicos, pero que en realidad pensamos poco: ¿Por qué visto o no visto a la moda? ¿Quiénes ganan y quiénes pierden? ¿He de vestir como el empollón de la clase para que me tomen en serio?¿Por qué no puedo valorar mi aspecto y a la vez mi personalidad? ¿Están contrapuestos, o son complementarios?...de ahí que diga que me resulta una "defensa" de la moda, en el sentido de que, queramos o no, es algo que empapa a toda las capas sociales y que las revuelve en el crisol social (¿Los pobres no emulan la cultura, los modos y las formas de vestir de los ricos?¿ No deseamos todos, quien más, quien menos, trajes de Armani o bolsos de Louis Vuitton? ¿No equiparamos un aspecto o una forma de vida al éxito?).

En definitiva, una película degustable.
Gloriasolisdeo
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8
2 de abril de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Adiós a mi Concubina"...Por donde empezar...

La historia está transida de temas variopintos: La Historia de China, el Arte y el Sacrificio, el Amor y la Amistad, la Homosexualidad y la Muerte...Es una obra ambiciosa, y lo más raro, exquisitamente balanceada. Ciertamente hay un pero, y es que a ratos se puede hacer pesada, aunque el ritmo de la historia está bien llevado.

La historia de "Adios a mi Concubina" es la historia de la ópera de Pekin (me niego a llamar Beijing al Pekín de toda la vida) en una época de encrucijadas: La lucha entre el antiguo régimen imperial y los nuevos regímenes políticos espoleados especialmente por las guerras colonialistas en China. Pero ¿Qué es la ópera (y por consiguiente, todas las óperas del mundo) sino una expresión cultural burguesa? ¿Qué hacer con ella, antigualla del antiguo régimen en el nuevo mundo chupi-comunista de Mao? La ópera china, con sus dramas históricos, sus personajes de leyenda, su mecenazgo de emperadores, emperatrices, eunucos y mandarines, parece condenada al olvido, o condenada a ser condenada. Debe ser condenada, debe ser un ejemplo de escarmiento al Antiguo Régimen, una venganza contra los emperadores del pasado que dominaron a las clases económicamente inferiores.

La historia de "Adios a mi Concubina" es la historia de la expresión artística, del Arte como "Arte-sanía" y del Sacrificio. El sacrificio de un dedo, un contrato firmado con la sangre de uno de sus protagonistas, el sacrificio diario y continuo de los niños que se hacen artistas, y de los artistas que quieren hacerse arte. La división entre vida y arte se confunde en los actores ¿Qué es actuar?¿ Que es vivir? ¿Vivir no es actuar? ¿Actúo cuando estoy viviendo, o Vivo cuando estoy actuando? ¿Dejaré de Vivir si dejo de actuar? ¿El personaje me suplanta, o en realidad yo suplanto al personaje? ¿Es más real el arquetipo que yo?...La vida como larga ópera, pero sin los dorados ni las bambalinas, la vida desnuda sin brillos, que pierde realidad porque pierde intensidad, que no es una obra de arte pero que anhela serlo. Y el arte como válvula de escape a una realidad que es insatisfactoria y caótica, entrando en un mundo en el que hay orden y jerarquía, en el que hay un centro (el escenario, y por ende, los actores) y una periferia (los espectadores, y por ende, el mundo externo al teatro), el deseo de no ser y no hacer otra cosa que vivir una ópera, en la que la vida tiene un sentido, un origen, un desarrollo y un fin ideado por un dios escritor.

La historia de "Adios a mi Concubina· es la historia del amor y la amistad como nidos de comprensión y apoyo, como centros de calor en los que se irradia una fuerza provocada por la suma y el humor.
Y la historia de la homosexualidad, en la que el personaje conoce su condición y convive con ella, como puede, a veces luchando contra sí mismo, a veces luchando contra los demás, muchas veces siendo la víctima, y otras siendo el agente del crimen.
Y la historia de la muerte. Una vez cerrado todo futuro, observando cómo toda posibilidad se ve defraudada, huyendo de la realidad, la muerte trasunto del arte. Porque si el arte era huir de la realidad, la muerte es la huida "radical" de toda realidad. Una vez que el arte se convierte en ceniza, en nada, en falsedad, surge la muerte: Ya no existe dónde huir, dónde esconderse. Todo está tomado por lo "real", los brillos han desaparecido de la fantasía y se observa a la fantasía misma como una copia de lo "real". En ese momento, la salida es cerrar toda salida.

El estilo narrativo y artístico es lo mejor de la cinta. Verdaderamente muy lograda, llega a colocarnos en los años 20 del siglo pasado para hacernos testigos de los últimos coletazos de la China imperial. También nos retrata una sociedad en el punto más bajo de su decadencia: Ancianos repulsivos alejados de la realidad del país, eunucos corruptos, fasto contrastante con la miseria en la que viven los protagonistas sus primeros años, la seda de los trajes y los ricos bordados que ocultan los moretones de las varas de avellano...Y la aparición del Nuevo Régimen comunista: Las persecuciones políticas de los frentes estudiantiles, las cazas de brujas, el miedo a ser descubierto, el miedo a ser delatado, a cometer un descuido...

Lo peor puede ser la estructura del ciertos personajes: Algunos parecen algo planos, demasiado bobalicones, ambiguos...igualmente, en algunos momentos a la cinta le falta agilidad narrativa, alguna escena puede ser ahorrada, también algún arco argumental, o sub-historias dentro de la historia principal, podrían haber sido perfectamente abolidos en pro de la ligereza de la cinta...Por lo demás, obra (ópera) admirable y recomendable.
Gloriasolisdeo
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10
29 de marzo de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La relación entre el cine y el teatro siempre ha sido tortuosa e incierta. Un ejemplo es ver cómo el inmortal Igman Bergman hizo una "Flauta Mágica" en sueco y para niños que resultó un chasco en taquilla, y otro es observar cómo el incombustible Kenneth Branagh exprime a Shakespeare a veces con acierto y otras con fallos, en sus films.

Así que ¿Qué podemos decir del Kabuki? Ese gran desconocido en occidente que nos ha dejado obras como "La Flor de Edo" o "Yamamba" (esta última de teatro Noh), obras que ante nuestro desconocimiento quedan sepultadas, irremediablemente en la ignorancia.

El film es una adaptación fílmica de una obra de kabuki. La plasticidad de los decorados es una parte intrínseca del mecanismo del director para hacer notar al espectador que no está ante una obra con pretensiones "antropológicas" ni "naturalistas" (como sí la tenía el remake de 1983, de mucho menor gusto, pero que sin embargo, ante la ignorancia supina del "club" de Cannes acerca de este primer film, se llevó la Palma de Oro; ¡Qué éxitos no abría cosechado esta!). Esto se ve desde el principio, con la aparición del narrador, y el descorrimiento de la típica cortina multicolor de los teatros tradicionales de kabuki, y se ve contínuamente reforzado con el acompañamiento de la música y el imposte vocal del rapsoda y su shamisen. Es una obra de teatro filmada, con pinceladas realistas, especialmente en la capacidad de movimiento de la cámara, las actuaciones de los personajes y los cambios de ritmo entre escenas...algo que el teatro de por sí no puede tener.

En el apartado técnico, las escenas predominantes son de planos generales cortos, y a partir de ahí,el resto de planos se desarrollan entre el primer plano y aquel, dando especial importancia a los aspectos humanos y psicológicos de los personajes. El uso teatral de la escena,cierta sobreactuación, y el uso de focos de luz y sus colores para resaltar aspectos psicológicos son en gran medida enriquecedores. Es el teatro hecho cine, y el ingenioso uso de recursos teatrales mejoran el aspecto "artesanal" del film, ver la "mano" del teatro que se monta, por decirlo así, ante nuestros ojos, olvidándonos de que lo que vemos es al fin y al cabo una película.

La historia no creo que pueda ser criticada en un sentido estricto, puede gustar o disgustar, pero sería como criticar a "El Quijote" por inverosimil o por poco realista. La anciana Orin debe hacer lugar a las nuevas generaciones, y en una villa incomunicada durante el invierno, en la que existen escasos recursos, la tradición es dejarlos abandonados en el Narayama cuando cumplen la edad de 70 años. Su hijo no desea complacer a su madre, hay una lucha interna, tensión...y hasta aquí puedo leer.

En definitiva, obra maestra del cine.
Gloriasolisdeo
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