A excepción de María León (y ojo que me parece una actriz de libro), estamos ante una película con una selección de actores muy cuidada.Nos encontramos con Javier Gutiérrez providencial (para variar) metiéndose en la piel de Álvaro, un hombre de a pié, vida insípida, estancada, anodina, y para colmo, a la sombra de su mujer, una escritora de Best Sellers. Su única meta es llegar a escribir literatura de verdad, no basura banal y vacía para rebaños. Hasta ahí, bien.

Una vez metidos en materia, el guión, y por ende, la película en sí, no acaba de enganchar del todo. Los primeros 20 minutos pueden llamar la atención pero básicamente por la pena que transmite el protagonista (remarco la soberbia actuación de Gutiérrez), viendo las hostias emocionales que se va llevando minuto a minuto, el resto de película es un bajón en picado constante, convirtiéndose en un film para tener de fondo mientras trasteas en el Facebook.

Desde mi humilde punto de vista es un argumento muchísimo más explotable sobre todo en el ámbito de los personajes, no dejamos de estar ante un drama con ligerísimos toques de thriller en el cual el morbo y el juego que podrían haber dado brilla por su ausencia.

Entretiene? Si. Pero honestamente, te deja con un sabor agridulce. Hay partes que son sencillamente soberbias, con unas interpretaciones magistrales las cuales invitan a retroceder para volverlas a ver, pero sin embargo, el vago avance de la película el poco jugo que se la ha sacado a una idea tan buena, hace que se todo se degrade hasta la categoría de telefilm emitido en Antena 3 un sábado a las 16:00.